El ProÁrbol es perfectible y no se tiene que aplicar como una “receta para todo el país”, afirmó la presidente de la Asociación Estatal de Silvicultores de Tlaxcala, Alejandra Caballero Cervantes quien consideró que ese esquema se debería reestructurar tras la salida del director general de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), José Cifrián Tovar el pasado 14 de marzo.
Caballero Cervantes aclaró que el programa federal que tiene como objetivo reforestar de manera sustentable áreas boscosas y zonas áridas, a través de estímulos a los poseedores y propietarios de terrenos, tiene bondades pero también varios “desaciertos”.
Por ello, criticó los tiempos de entrega de las plantas, cuestiones logísticas y las especies que se utilizan para reforestar los predios boscosos del estado, en virtud de que son iguales a las de otras entidades del país, por lo que pidió que esos asuntos sean analizados por la Dirección General de la Conafor.
“Considero que es tiempo que la sociedad y el gobierno se sienten a diseñar nuevos mecanismos, porque el ProÁrbol se ha tomado como la salvación del bosque cuando en la realidad no es así, pero reiteramos que tiene aciertos y deben reforzarse”, enfatizó la silvicultora.
Abundó que los integrantes de la Asociación Estatal de Silvicultores de Tlaxcala ya sostuvieron algunos acercamientos con el Consejo Forestal Estatal para tratar las debilidades y fortalezas del programa, por lo que mencionó que ese proceso se tiene que examinar a nivel nacional y en el resto de los estados de la República mexicana.
El ProÁrbol –en el que se ejercieron 90 millones de pesos en Tlaxcala durante 2008–, es un buen intento para acercar los recursos federales a la actividad forestal, no obstante “se debe hacer un análisis preciso y objetivo de la política pública en cuestión forestal que hay en México y que repercute directamente en los estados”, insistió.
Reiteró que la Federación hizo de ese esquema “una receta para todo el país y en materia forestal deben tomarse en cuenta las necesidades de cada zona. El programa tiene sus bondades, creo que solamente se analiza una de las vertientes del ProÁrbol que se refiere a la cuestión de reforestación y no es lo único, no debemos evidenciar de manera espectacular las fallas, sino sentarnos a analizar cuáles son los puntos débiles para avanzar”.
Añadió que es imposible obtener resultados a corto plazo, por ello los programas deben proyectarse a futuro. “hablamos de acciones a largo plazo, no es un programa inmediatista, (…) hay una parte compartida (productores– gobierno), pero vemos que por primera vez hay recursos para el ámbito forestal.