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Lunes, 16 de febrero de 2009
La Jornada de Oriente - Puebla - Ecología
 
 

Siembran en Cuautlancingo con aguas negras del Atoyac

 

El canal de riego, a un costado del Atoyac, es también el drenaje a cielo abierto de la colonia Nueva Alemania / Foto Tania Damián
JAVIER PUGA MARTÍNEZ

A un costado del río Atoyac, sobre la autopista México–Puebla, está un canal de aguas negras que proviene de una represa de ese cuerpo de agua. Desde hace varias décadas ese canal sirve para regar los sembradíos de maíz y frijol que todavía persisten en los municipios de Cuatlancingo y de Coronango.

Ni siquiera los más ancianos recuerdan si alguna vez ese canal tuvo agua limpia, pues desde hace muchas décadas ha estado así, contaminado, con las descargas de empresas y fábricas y cientos de colonias y pueblos de Tlaxcala y Puebla asentados a las orillas del Atoyac.

Por si fuera poco, el canal de riego es también el drenaje a cielo abierto de la colonia Nueva Alemania, y más adelante de las unidades habitacionales de la Volkswagen I y II. El olor es apenas soportable; la alcantarilla, que sirve para que el agua residual pase por debajo de la autopista, está parcialmente tapada por los kilos de botellas de plástico y la basura de la zona.

“Con esta agua nosotros regamos lo que nos comemos”, afirmó Andrés Ramírez García, presidente auxiliar municipal de Sanctórum.

El drenaje en Nueva Alemania va para largo; el Ceaspue, encargado de la obra, tiene que sortear ductos subterráneos de Pemex, fibra óptica de Telmex, a Maxigas y a otras empresas con servicios ocultos; mientras, los niños tienen que seguir jugando en el lodo, los ancianos cruzar charcos de aguas residual y el ganado doméstico –borregos y chivos– comen del pasto que crece a orillas del drenaje a cielo abierto de Nueva Alemania.

 
 
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