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Miércoles, 27 de febrero de 2008
La Jornada de Oriente Puebla Suplementos
 
 
ECONOMÍA A RETAZOS
 

Carta de Lydia Cacho: ¿irse o quedarse en México?

 

 

He recibido cientos de correos, algunos me piden que me vaya del país y otros me dicen que me quede, que no me raje, que no estoy sola. Los leo todos, y quisiera tener el tiempo para responder a cada persona que se tomó el tiempo de escribirme, de compartir sus preocupaciones, o sus propias experiencias con la justicia mexicana.

Me escriben las familias de padres o hijos que fueron secuestrados, algunos asesinados, otros  sobrevivientes de la ambición criminal. Mujeres y hombres que buscan angustiados a sus niños o niñas arrebatados por “robachicos” en algún parque o esquina de México. Me escriben amas de casa indignadas, empresarios que confiesan no tener mi valentía pero ser solidarios, me escriben niñas de 14 años que no entienden, ni quieren entender, la crueldad humana. Me escriben familiares, abogados, amistades de cientos de víctimas de pederastas en todo el país. De un niño violado en un colegio de los Legionarios de Cristo, de una niña violada por su abuelo, de tres pequeños abusados por un político. Me escriben amigas y amigos de la infancia a quienes les perdí la pista; desconocidos de Barcelona, de Madrid, de Berlín, de Italia, de Portugal, de Dublin. Compatriotas de Tijuana, de Torreón, de Nuevo León. Llueven correos de monjas que salvan niñas en La Merced, de chavos banda que piensan que soy “una vieja a toda madre”. Leo correos de mi sobrino Santiago que a sus 12 años descubrió que en su país hay una Suprema Corte y que se indigna porque los jueces y juezas no puedan ver lo que “Un niño mexicano sí entiende: que un gobernador ayudó a proteger a unos pederastas y torturaron a Lydia Cacho por eso”.

Recibo un correo de mi amiga Itzel, que me dice que ella no tiene mi valentía. Y aquí el respondo que para ser valiente se necesita conocer el miedo, y el mundo sería mucho mejor si hubiera menos personas valientes y más personas felices y pacifistas.

No me voy, no voy a ninguna parte más que para adelante, hasta esclarecerlo todo. Porque perdemos en los tribunales pero ganamos al reivindicar el buen periodismo, nuestro derecho a conocer al verdad, a rescatar la honestidad, la solidaridad y la cultura aplicada de nuestros derechos humanos.

No me quedo en México por ser valiente, me quedo por dignidad. Ya nos han arrebatado suficiente a millones de mexicanos y mexicanas.

Yo, Lydia Cacho, a las mafias político–empresarialescriminales no les regalo mi libertad, ni mi derecho a estar cerca de mis amores y amistades. No les regalo ni una pesadilla más en su nombre, no les doy mi enojo sino mi paz interior; no les doy poder de ahuyentarme sino de saberse hombres y mujeres de espíritu pequeño.

Cada año, 400 mil personas huyen de México expulsadas por la pobreza, la violencia y la corrupción. No podemos seguir sumándonos al exilio mexicano. Respeto a quienes eligen salir y cambiar su vida, abandonar la patria es un acto de valentía. Somos millones quienes soñamos con un país distinto, por eso sé, como ustedes me escriben, que no estoy sola. Parafraseando al maravilloso poeta Eliseo Alberto, compañero de mirada amorosa: “Si un minuto basta para morir, qué no va a ser suficiente para cambiar”.

Ellos, los corruptos y malos son en realidad muy pocos. Nosotras, nosotros, en cambio, seguimos siendo mayoría, por eso no pierdo la esperanza de que México pueda cambiar. Y por si las dudas, yo me quedo aquí para celebrarlo.

 

El obrero crítico

 

 

La globalización económica trae más daños que beneficios a los trabajadores de este país en el que subsistimos, desgraciadamente, bajo su mandato secundado por la clase política que usurpa el gobierno.

En los movimientos de la oferta y la demanda hay empresas que se pulverizan por alguna mala estrategia empresarial, aderezada con las equivocadas políticas económicas gubernamentales, impulsadas por el duopolio PRIAN, que dejan a las plantillas laborales prácticamente indefensas.  

Un caso como muchos que suceden en este país, es el de unos trabajadores de la ex textilera llamada Cartex, ubicada en San Pedro Cholula, sobre la 12 Poniente camino a Huejotzingo, la cual al ser totalmente destruida por el “libre y equitativo comercio” que hay en este país, hizo que los trabajadores comenzaran una lucha ante todas las instancias que es necesario recorrer para obtener sus justas liquidaciones. Al fin, después de duras batallas contra el burocratismo, les adjudicaron totalmente la fábrica y su maquinaria, prácticamente inservible por obsoleta y el largo paro de labores. Posteriormente a estos tediosos episodios, comienza la otra batalla que no es tan conocida por el público, pero que cuánto dañan a los trabajadores: la de ponerse de acuerdo para saber que hacer.

Es tan duro preservar la solidaridad y la organización que nadie nos capacita competitivamente para seguir este siguiente proceso, pues la avaricia, falta de visión y la inexperiencia, entre otras “virtudes” neoliberales, nos limitan de una forma imperativa. Todo esto aderezado con la nula exposición de una estructura de apoyo en estos casos por las “autoridades” laborales para poder reinsertarte al mundo del trabajo con otra perspectiva social, que no sea la del libre comercio, merma moralmente a estos trabajadores.

Esta falta de opciones, nos obliga a voltear hacia quien nos ofrezca alguna alternativa, sea una universidad, una cooperativa u otros trabajadores con alguna experiencia similar para conocer  y llevar a la practica alguna sinergia que nos de capacidad de continuar, pero siempre demostrando a los mártires de la solución económica de nuestro país, los empresarios y sus protectores del cambio y la continuidad, que nosotros los trabajadores podemos echar a andar opciones de empleo y producción de una verdadera forma socialmente responsable.

Comentarios en http://netasindical.blogspot.com 

 

 

Discurso de la senadora Rosalinda López en la Asamblea general por la Defensa de la Constitución y del petróleo, realizada frente a la torre de petróleos

 

 

El día de hoy, el movimiento en defensa del petróleo vislumbra una nueva etapa que ratificará nuestra firme decisión de proteger el patrimonio de la nación a través de acciones de resistencia civil pacífica.

Nuestro movimiento pacífico se inscribe en el marco de las acciones admitidas en una auténtica democracia, porque ésta no se agota con el simple ejercicio del voto; eso quisieran los adversarios políticos: que el pueblo se mantuviera callado, sumiso, sereno ante la entrega irresponsable, inmoral del patrimonio nacional.

Por el contrario, quienes libremente formamos parte de este movimiento estamos obligados a ejercer en forma integral nuestros derechos civiles y políticos, sí por la vía pacífica, pero sin ceder ni un centímetro en la defensa de la riqueza energética.

Sabemos que los riesgos de la represión estarán presentes y que los medios de comunicación dominados por la mafia arreciarán sus vulgares ataques para tratar de desacreditarnos.

Pero contamos con el apoyo popular, nos anima que después de casi 70 años de la expropiación petrolera decretada por el general Lázaro Cárdenas del Río, el pueblo de México mantenga la firme convicción de que el petróleo debe seguir bajo dominio de la nación y de que Pemex genera los recursos suficientes para su fortalecimiento.

Privatizar la riqueza del país ofende doblemente al pueblo de México, primero porque se trata de un acto de traición a la patria, y segundo, porque la intentona privatizadora proviene de un gobierno usurpador, de esa minoría voraz que se siente dueña de México y que en el 2006 robó la voluntad popular.

No nos engañan: bursatilización, asociación, coinversión, autonomía de gestión y demás propuestas similares que se hacen en nombre de la modernización de Pemex no son otra cosa que una privatización disfrazada, que busca sacar al estado de la toma de decisiones con respecto a la paraestatal.

¡Pobre modernización, cuántos crímenes y atracos se comenten en su nombre!

Ante esta situación de emergencia en que se encuentra el país y en nombre de la Comisión Coordinadora en Defensa del Petróleo, ponemos a consideración de esta Asamblea la propuesta de acciones de resistencia civil pacífica que se pondrían en marcha progresivamente en todo el país.

Como parte de esta primera etapa continuaremos con las jornadas de constitución de los Comités Coordinadores Estatales, de Brigadas Patrióticas y Brigadas Permanentes de Información en plazas públicas, universidades, foros, municipios, villas, pueblos, rancherías, colonias y barrios.

En el momento en que sea presentada la iniciativa privatizadora, nuestra segunda etapa consistirá en:

1. Huelga legislativa a cargo de los grupos parlamentarios en el Congreso de la Unión de los partidos políticos que integran el Frente Amplio Progresista;

2. Inmediatamente se instalarán cercos ciudadanos en las instalaciones de la Cámara de Senadores y de la Cámara de Diputados;

3. En los estados reforzaremos las acciones de los legisladores federales con cercos ciudadanos en los palacios de gobiernos estatales y Congresos locales.

En caso de que la iniciativa privatizadora no sea retirada, el movimiento será convocado por el Frente Amplio Progresista, legisladores federales, y la Comisión Coordinadora en Defensa del Petróleo a iniciar las siguientes acciones escalonadamente:

1. Cercos ciudadanos a los aeropuertos del país.

2. Cercos ciudadanos a las instalaciones administrativas estratégicas petroleras y financieras.

3. Bloqueos ciudadanos a carreteras en todo el país.

4. Paro patriótico nacional.

Mexicanos y mexicanas:

No hay de otra. Es la única opción que nos dejan quienes mantienen una alianza vergonzante en contra de la nación.

Hoy les decimos a los enemigos de México que, pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, la resistencia civil pacífica crecerá y no dejará de movilizarse hasta que cesen los intentos de entregar el patrimonio del país al capital privado, nacional y extranjero.

La historia nos llama, el destino de la patria está en nuestras manos.

 
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