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Miércoles, 6 de febrero de 2008
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MEDIEROS
desde los comunicadores
 

Marcial Maciel. Ni perdón ni olvido

 
Ana Lidya Flores

La muerte de Marcial Maciel, fundador de la Congregación Legionarios de Cristo, generó un ejercicio informativo y de opinión digno de ser documentado. La manera como se polarizaron las agendas de los medios afines y críticos a la figura de este polémico sacerdote, nos permiten hacer una revisión de las posiciones que los periodistas ejercen en momentos como este.

Empecé a dar seguimiento al caso, el viernes 1 de febrero, a las 7 horas y cerré el lunes 4 a las 12 de la noche. Empecé con Solórzano y cerré con Aristegui. No, no es casualidad y aquí está la crónica de esta revisión.

Iniciemos con el 1 de febrero. En Radio Trece, Solórzano le dio un amplio espacio al tema. Con un cabal contexto, tuvo como entrevistado estelar a José Barba, ex legionario, ex sacerdote y personaje emblemático en la causa mediática para exponer a la opinión pública a Maciel no como santo varón, sino como pederasta de altísimo nivel. Hubo otro invitado, pero no quiero falsear el nombre, de tal manera que omitiré ese dato.

Si alguien no sabía quién era Marcial Maciel, Solórzano y sus entrevistados nos recordaron que el sacerdote fue objeto de acusaciones de pedofilia de varios ex miembros de la orden religiosa, y pusieron en claro la operación de la alta jerarquía del Vaticano para considerar improcedentes los señalamientos. Tan amplio fue el tratamiento del tema, que el noticiario tuvo que reacomodar secciones para retomar el ritmo informativo de la mañana.

Minutos más tarde, a las 8:30, Miguel Ángel Granados Chapa, en su Plaza Pública de Radio UNAM, tomó como tema de inicio la muerte de Marcial Maciel, y expresó su indignación ante los espacios de Pedro Ferriz de Con y Sergio Sarmiento, en su afán de ensalzar al sacerdote y presentarlo como un hombre de iglesia perseguido por versiones maledicentes y tendenciosas. Señaló también un efecto de la prensa: las esquelas.

Como a Granados lo escucho en el tránsito rumbo a mi trabajo, tuve la oportunidad de comprar los diarios que supuse estarían repletos de condolencias: El Universal, Reforma y Excelsior. Pero me equivoqué. Repletos no estaban. Con certeza, los ejemplares del 31 de enero deben registrar el fenómeno, puesto que sí había esquelas, pero no ocuparon de forma desmesurada las ediciones de aquel viernes.

Curiosamente, ese viernes CNN decidió retransmitir la entrevista que Carmen Aristegui llevó a cabo a propósito del reciente nombramiento del nuevo general de los jesuitas. Digo curiosamente, porque la opinión del especialista en cuestiones religiosas, Bernardo Barranco, a propósito de Adolfo Nicolás, el nuevo superior general de los jesuitas, fue francamente positiva. Para quien no haya visto el programa, puede consultar en La Jornada el texto “El Papa negro de la esperanza”, que Barranco publicó el miércoles 23 de enero de 2008.

En contraste, el mismo especialista acudió al programa Aristegui el lunes 4 de agosto y su perspectiva a propósito de Maciel fue lapidaria. A ese programa también acudió José Barba, y quizá la imagen que faltó al programa de Solórzano aquí se completó. Con esa parsimoniosa pasión con la que el ex legionario se refiere al caso Maciel, en los últimos minutos del programa se refirió al legado de Maciel: una muerte que impidió el ejercicio de la justicia para todos aquellos niños y jóvenes que fueron abusados psicológica y sexualmente por el fundador de los Legionarios de Cristo.

Vale acotar que la semana del lunes 28 de enero al viernes 1 de febrero, Carmen Aristegui estuvo fuera del país y por tanto, CNN retransmitió cinco programas, entre ellos el que atañe a los jesuitas. Así, el lunes 4 de febrero, la periodista convocó al estudio de televisión a José Barba y a Bernardo Barranco. Sobra decir que el veredicto sobre Maciel fue demoledor.

También vale decir que las audiencias de Aristegui y de Primer Plano del Canal Once tuvimos que hacer piruetas para asistir al tratamiento del caso Maciel. Como se sabe, el programa de análisis del canal del Instituto Politécnico Nacional se trasmite los lunes a las 22 horas, de manera simultánea con el programa de entrevistas de Aristegui. Así, la técnica de brincar de un canal a otro se impuso. La periodista trató el tema en vivo, y no tuvo desperdicio. Por su parte, Lorenzo Meyer, Sergio Aguayo, María Amparo Casar y Francisco José Paoli, de Primer Plano, abordaron el asunto en el segundo bloque de su programa. Muchos decidimos quedaros en el Canal Once y ver la retransmisión de Aristegui. Ninguno de los dos tuvo desperdicio.

Meyer se refirió al histórico programa que realizaron Aristegui y Solórzano en Circulo Rojo, que transmitía el canal 2 de Televisa. Es aquella emisión que les valió la salida del Canal de las Estrellas. Ese programa de colección, emitido el lunes 15 de abril de 2002, es una de las joyas de mi videoteca, que, por supuesto, pongo a disposición de los lectores. Ni perdón, ni olvido, pero Marcial Maciel murió y sus crímenes quedaron impunes.

 
 

De la escasez informativa a la sociedad de la información

Gabriela Pinto

Los medios masivos de información como la radio y la televisión desempeñan una función especial en la vida cotidiana: la del acompañamiento. No es extraño saber que las amas de casa o algunas personas que se encuentran en su hogar o en el trabajo enciendan sus aparatos receptores para evitar sentirse solas.

En este momento reconozco que además de parecerme un excelente noticiario por el tratamiento crítico de la información, la síntesis de las principales noticias a nivel nacional, un resumen diario de los titulares más importantes y otras particularidades, el de Carmen Aristegui me acompañaba cada mañana mientras me alistaba para dirigirme al trabajo.

Desde hace algunas semanas que este programa salió del aire, he tratado de buscar una opción alternativa sin encontrar algo que me satisfaga por completo, ni en la radio, ni en la televisión ni en la web.

En fechas recientes leía sobre los términos sociedad de la información y  sociedad del conocimiento, que hacen referencia al ideal de desarrollo de las agrupaciones sociales, conseguido a través de la asimilación y aplicación de los conocimientos que se pueden obtener de información local o del exterior: una mejor calidad de vida lograda con el aprendizaje que se fomenta entre las redes interpersonales.

Bajo esta premisa me pregunto cómo es que podemos lograr que nuestra sociedad se desarrolle si no tenemos los insumos suficientes para generar un genuino aprendizaje; si la información que obtenemos de los medios llega tratada, filtrada y en el peor de los casos no es difundida.

Es bien sabido que nuestro país presenta un grave rezago en la educación, que se trata de combatir con estrategias que inician en las aulas de educación básica y creo que también deberíamos fomentar la curiosidad por saber qué es lo que pasa en nuestro entorno y en el mundo; la avidez de información que sin duda logrará un cambio en nuestras sociedades e impedirá que el común de los ciudadanos puedan ser llevados como una masa uniforme a la que sólo se le da pan y circo.

 
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