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miércoles 17 de octubre de 2007

ECONOMÍA A RETAZOS



Calidad de las escuelas

Edith Báez

La educación que se imparte en las escuelas de nuestro país, suele ser objeto de muchas evaluaciones, análisis y comentarios. Las políticas públicas al respecto, se diseñan con la intención de mejorar esa calidad, por lo menos es intención que aparece invariablemente en su justificación. Sin embargo, en los hechos, cualquiera puede percatarse de que hay muchísimo por hacer al respecto.

Las características de las escuelas que imparten educación de calidad, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), son, a grandes rasgos: (el lector puede ir palomeando la característica de la escuela que conozca): un clima favorable para el aprendizaje pues hay reglas bien definidas y objetivos claros; los profesores trabajan en equipo, tienen estabilidad laboral y están comprometidos con la innovación; la evaluación se aplica al currículum, al aprendizaje, la enseñanza, el desempeño de los directivos, la colaboración de los padres de familia; la dirección es ejercida con eficacia sin que se contraponga con el trabajo colaborativo; se establecen procesos de innovación constante; tienen un currículum flexible que permite desarrollar los conocimientos, actitudes y valores de cada alumno; hay una estrecha interrelación con los padres de familia; se poseen valores propios de la institución y propósitos compartidos; el tiempo se encuentra debidamente racionalizado y, por último, reciben un apoyo amplio de las autoridades educativas.

Supongo que el lector ya identificó las características que, a su parecer, se presentan en la escuela de sus hijos, sobrinos, ahijados, etcétera. Es muy probable también, que haya llegado a la conclusión de que en la escuela tomada como ejemplo no se imparte educación de calidad, porque así ocurre en buena parte de ellas. El lector puede analizar las actitudes de los profesores, directivos y padres de familia y llegar a alguna conclusión teniendo como parámetro lo señalado anteriormente.

Con respecto a la evaluación, sólo se aplican exámenes a los alumnos, se miden conocimientos pero poco se usa una evaluación de actitudes o valores y ni se diga de una evaluación sistemática de todos los proceso o de todos los involucrados; con respecto a la racionalización del tiempo, los profesores deben desarrollar actividades ajenas al currículum: concursos, desfiles, ceremonias; y por último, les recordaré que con cierta frecuencia son los padres de familia quienes deben aportar recursos económicos para construir aulas, laboratorios, talleres, equipos, etcétera.

Sin duda, la educación de calidad todavía está lejana y no es gratuito que Puebla ocupe uno de los últimos lugares a nivel nacional en ese rubro; sin embargo, los elementos que caracterizan a las escuelas de calidad no se circunscriben al interior del edificio escolar, lo q significa que todos, en mayor o menor medida, debiéramos involucrarnos en alcanzarla.



Ser revolucionario...

 

No creo que valga la pena la vida si no es una vida revolucionaria, si no es una vida a contracorriente de un mundo miserable que está por ahí. Nosotros nos debemos a los grandes ideales de los grandes revolucionarios, los grandes ideales libertarios de la humanidad.

Vivir para reproducirse como un animal, no vale la pena. Vale la pena la vida emancipada, la vida libertaria, la vida desalienada y yo creo que lo que podemos hacer hoy es invitar a la gente a que rescate la idea de militancia política, de dedicación a las causas revolucionarias, a los ideales revolucionarios, eso sí vale la pena. La vida no pasará en vano si uno entregó su vida, lo mejor de su vida, no su muerte, sino sus décadas y décadas de vida, ojalá cien años que tengamos, a la lucha por la emancipación de la humanidad.”

Emir Sader. Sociólogo, profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro. Actual Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

(CLACSO). Revista Punto de Vista, publicación electrónica del Laboratorio de Políticas Públicas

(LPP) de Río de Janeiro y Buenos Aires.



Y a este señor le pagaron 2 millones de pesos en Puebla

 

“El ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, ha sido uno de los ganadores del Premio Nobel de la Paz 2007, ‘por sus esfuerzos por construir y divulgar un mayor conocimiento sobre el cambio climático’.

“Al Comité Nobel le habrán pasado dos males para tomar tal decisión: el no encontrar en su lista de candidatos a ningún verdadero defensor de la paz, y desconocer el currículo del ex vicepresidente, pues Al Gore no es ni hombre de paz ni un aspirante a salvar la tierra con su visión ecologista.

“En cuanto pacifista, sólo hay que recordar que la administración Clinton–Gore bombardeó Yugoslavia, Albania, Sudán, Afganistán, Irak, Haití, Zaire, y Liberia, utilizando toda clase de municiones destructivas, incluidos proyectiles que contenían uranio empobrecido, causando la muerte de decenas de miles de civiles y de paso provocó irreparables daños ambientales cuyos efectos perdurarán cientos de años en sus tierras, aires, y aguas.

“El honorable Comité debería saber, además, que el actual héroe del ecologismo, entre 1993 y 2000, siendo vicepresidente del país más contaminador del mundo, se hizo cargo de todos los asuntos ambientales, domésticos e internacionales de su país y se negó rotundamente a firmar el Protocolo de Kyoto, acuerdo internacional para reducir las emisiones de gases que causan el calentamiento del planeta.”

(Tomado de: http://www.magec.info/articulo.php?id=1143)



Un mundo extraño

Jesús Rivera de la Rosa

La próxima semana tendrá lugar la reunión semestral de los organismos internacionales creados, entre 1950 y 1970, por Estados Unidos para ejercer su hegemonía en esa época y, ahora, su dominio a escala planetaria: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. En este contexto, resulta necesario analizar críticamente lo que estos organismos señalan respecto a la situación actual y perspectivas de la economía del mundo.

Mientras en el informe de abril, el FMI señalaba que la situación de crisis desatada en Estados Unidos, a propósito de la especulación y auge de los créditos hipotecarios, estaba siendo superada gracias, entre otras cosas, al buen manejo de la política macroeconómica (¿cómo el terrible aumento del gasto militar?) y de que los inversionistas ya habían “descontado” el efecto negativo de tal situación, y que, por tanto, los efectos de la crisis no desbordarían las fronteras estadounidenses, en el informe de octubre se destacan cosas diferentes pues ahora resulta que, luego de un estudio “científico” de la situación a escala mundial, los pobres de la tierra viven mejor hoy que hace 30 años, gracias por supuesto a la globalización.

Esta afirmación está sustentada en el hecho de que, en términos de sus ingresos, ahora son mayores que hace tres décadas. Por supuesto esto no significa, señala el FMI, que haya disminuido la desigualdad entre pobres y ricos, por el contrario la brecha entre ambos grupos se ha ensanchado enormemente. Por ejemplo, hoy México, gracias a la globalización diría el FMI, tiene a Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, junto a 14 millones de pobres extremos, quienes probablemente tengan un ingreso mayor al que tenían hace treinta años, aunque este no les sirva para salir de la extrema pobreza. Una forma cínica de hacer las cuentas tienen los “científicos” neoliberales.

También se dice en el informe mas reciente, que la economía mundial vive un momento prácticamente de auge a partir del año 2004, comparado a lo que se vivió a finales de los años sesenta, pero, a diferencia de aquel entonces, ahora el crecimiento es más generalizado, abarca a mas países, y más sólido, gracias a las políticas fiscales y monetarias que se están aplicado –seguramente se les olvidó analizar lo que está haciendo la administración Bush– y a la globalización comercial y financiera.

Sin lugar a dudas, la visión del mundo de los organismos internacionales resulta bastante extraña a los ojos del común de la población, pues aunque puedan manipular las estadísticas para “demostrar” lo que ideológicamente les interesa, la realidad se empecina en cuestionar sus “sabias” conclusiones.


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