Este recuento histórico,
que ha tenido como protagonistas a las mujeres
mexicanas, en el que se ha buscado destacar
algunos de los hitos en la conquista y apropiación
de los espacios públicos en la sociedad
mexicana, tiene por objeto recuperar una
perspectiva temporal que nos permita visualizar
la dimensión
múltiple de los procesos que nos han conducido
al momento actual; esta historia no solamente es
la historia de las mujeres, es, sin duda, parte
de la historia de la nación, y así debe ser
considerada.La diversidad de luchas emprendidas,
la multiplicidad de visiones con las cuales se ha
construidoeste gran movimiento de mujeres en México,
nos enseña la riqueza ideológica y cultural de
lasociedad mexicana, pero también se nos muestra
que la lucha por la equidad y el
reconocimientopleno de nuestras capacidades no
puede ser resuelto en un solo acto: el derecho al
voto; debemos asumir que este derecho es apenas
una puerta de entrada al despliegue de nuestras
diversas presencias sociales, políticas y
culturales. Hoy la tarea de todas nosotras es
construirnos como ciudadanas a parte entera,
comprometernos en cada una de las esferas de
nuestro que hacer, en cada uno de los espacios
que ocupamos, sin olvidar que la meta es
transformar las relaciones entre mujeres y
hombres, y las culturas que las sustentan y que
limitan nuestro pleno reconocimiento social. q Catalina Pérez
Osorio
Medio siglo de un derecho
Carmen Caballero de Cortes
Cronología integrada del movimiento
de mujeres en México
Selección bibliográfica sobre
el voto femenino en México
A 50 años, en la izquierda seguimos
en la lucha
Medio siglo de un derecho
Alejandra Montero Clavel q Somos herederas de sueños,
deseos y de luchas de nuestras abuelas y madres
políticas. El voto femenino es regalo de amor
persistente y probado que aprendió a "sacar
la voz y las garras" para defender lo que
nos pertenece: nuestros derechos políticos. El
derecho al voto de las mujeres es como aire
delgado, como claro viento que nos viene de
esfuerzos del pasado y que nos anima a lograr
otras conquistas.
Hace 50 años las mujeres ejercemos nuestro
derecho a votar y ser votadas.
Al votar afirmamos que somos personas y
ciudadanas capaces de tomar decisiones en todos
los ámbitos de nuestra vida; que podemos emitir
un sufragio propio, informado y meditado desde la
sabiduría de nuestra existencia; que podemos
elegir sin dejarnos presionar por los amigos, el
padre, el esposo, o alguna autoridad civil o
religiosa.
Ejercer nuestro derecho al voto nos recuerda la
gran subversión democrática: la transformación
de súbditas a ciudadanas; y nos permite un
ejercicio personal que requiere información,
como todas las decisiones de nuestra vida.
La herencia del derecho a ser votadas implica el
acceso al poder, pero a un poder diferente. No
para dominar , sino para lograr el desarrollo de
las mexicanas, con todo aquello que se requiere
para vivir una ciudadanía plena.
Nuestros votos son un estímulo y una experiencia
de libertad; son un reconocimiento de nuestro
poder para decidir e influir en nuestra vida política,
y es confirmar que una decisión privada puede
ser pública.
La voz y la garra de las mujeres sufragistas nos
hablan de la lucha de las mujeres por sus
derechos civiles y políticos con los que ganaron
y ganamos legitimidad, espacios y oídos atentos
a nuestras palabras.
A 50 años de los sueños, deseos y luchas de
nuestras abuelas y madres políticas, en nuestro
panorama se puede extender nuestra mirada para
observar la gran diversidad de partidos políticos
y darnos cuenta que algunos en su historia, en
sus hechos concretos y sus proyectos son más
cercanos a nuestras necesidades y a nuestros sueños
como personas, como ciudadanas y como mujeres
Las herencias no son materia de tesoros guardados
en baúl. Son recuerdos para vivirlos y hacerlos
vivir. Así que como herederas de derechos políticos
tenemos que seguir trazando estrategias para
fortalecer la solidaridad entre las mujeres y
dejar clara su posición ante la sociedad en
general. Debemos seguir desarrollando la
capacidad de lograr que los hacedores de políticas
se comprometan a desarrollar estrategias
equitativas para las mujeres.
Así como cada gota puede romper la piedra, cada
voto femenino puede influir en el rumbo económico
y político de nuestro país.
Carmen Caballero de Cortes
Rocío García
Olmedo q
La lucha femenina en nuestro país por el acceso al poder corrió
en forma paralela a la que se libró por el sufragio.
Si bien la campaña en pro del voto femenino antes de 1916 alcanzó
pequeños logros, no fue hasta Hermila Galindo que se desempeñaba
como secretaria particular del presidente Venustiano Carranza cuando
se vuelve "oficial", con la solicitud que hizo al Congreso
Constituyente, y que fue rechazada con el argumento de que "la
mujer no estaba preparada para actuar en política y por lo tanto
existía la necesidad de capacitarla mediante su incorporación paulatina
a esta actividad".
De manera que, como lo sostiene la investigadora del PIEM del Colegio
de México Luz de Lourdes de Silva, la lucha de las mujeres no puede
estudiarse fuera del marco de los estudios de formación, consolidación
y estabilización del Estado posrevolucionario, toda vez que la reorganización
del poder público incidió en la evolución del movimiento sufragista,
en el que se observa tres etapas:
La primera, "el surgimiento", entre 1916 y 1934, que principia
con la instauración del Congreso Constituyente y concluye con el
gobierno de Abelardo L. Rodríguez. La segunda, "el auge",
de 1934 a 1940, que comprende el gobierno de Lázaro Cárdenas. La
tercera, "el refugio", de 1942 hasta 1952, que se refiere
a las gestiones presidenciales de Manuel ¡vila Camacho y Miguel
Alemán y termina con la intervención de la sección femenina del
PRI y la Alianza de Mujeres de México con la publicación de las
reformas a los artículos 34 y 115 constitucionales, siendo presidente
Adolfo Ruiz Cortines.
Puebla es considerado en este marco histórico como otros gobiernos
del sureste del país como un estado progresista, en el que fueron
integrándose a las mujeres no solamente al concederles el derecho
de voto municipal, sino también apoyándolas en candidaturas.
Surge a nivel nacional la unificación del movimiento feminista en
el año de 1935, que adoptó la modalidad organizativa de frente único
multiclasista, constituyéndose el Frente Unico ProDerechos de la
Mujer, cuyo programa atendía las demandas democráticas y femeninas,
de las cuales un tema coincidente era justamente el derecho al voto
y a ocupar cargos públicos, pero también, demandas económicas y
sociales en beneficio de la mujer y de la niñez.
Este frente integró a 800 organizaciones que afiliaban a 50 mil
socias; una de estas organizaciones fue la Agrupación de Mujeres
Poblanas, presidida por Carmen Caballero de Cortes.
Poblana nacida en el municipio de Acatlán de Osorio, profesora de
Educación Primaria y Superior por el Instituto Normal del Estado,
desde estudiante se identificó por su apoyo a las causas de las
mujeres y las de los niños.
Con esta agrupación funda el sector femenil del PRI en Puebla, siendo
su primera dirigente y convocando a mujeres de todos los sectores
sociales a participar. Cuando el movimiento nacional de mujeres
se unifica, ellas se suman a la lucha sufragista.
Carmen Caballero de Cortes, junto con Irene Pacheco de Luna, María
Camacho, Consuelo Lima de Valdemar, la licenciada Concepción Sarmiento,
la profesora Evangelina Osorio Palacios, Matilde Leblanc, Mimi García
Barna, Camerina Camacho, profesora Elena Luna de Bernal, la doctora
Liz de Gante de Rosales, Xeruthza Rangel Navarro, Fabiola y María
del Carmen García Rossetti, ángela Parra de Madrid, Elvira Olea,
Evelia Onofre, Angelina Martínez Cacho, Alicia Torres de Araujo,
Aurora Artime, Amelia Jofre y María de los ángeles Flores de Beristáin.
Se incorporan también Aída y Guadalupe Pardo, María de los ángeles
Flores Fernández de Lara, Bertha Yeverino Muñoz, Flora Amador, Ana
María Garrido y Adoración Youtzimats, y muchas otras que quedaron
en el anonimato.
En 1952, cuando el entonces candidato a la presidencia Adolfo Ruiz
Cortines visita Puebla en su campaña electoral, es la profesora
Carmen Caballero de Cortes quien participa exigiéndole, en un discurso
histórico, su compromiso con las mujeres para reconocer sus derechos
políticos.
Ellas participan en la concentración femenil que concluyó con la
celebración de la Asamblea Nacional Femenil del PRI, realizada con
la presencia del candidato Ruiz Cortines. El 5 de agosto de 1953
la asamblea duró tres días toca la intervención de la delegación
de Puebla, Carmen Caballero de Cortes expresó: "... sin la
plenitud de los derechos cívicos, las mujeres no pueden enfrentarse
a la solución de sus problemas. Algunos de gran trascendencia para
el desenvolvimiento del progreso nacional, otros, que por su importancia
mínima no desmerecen ni demeritan la actividad femenil para realizar
obras de índole social que puedan a la postre cristalizar en mandamientos
legales para constituir perfecta garantía de los derechos de la
mujer, que hasta hoy, por discriminación sistemática y permanente,
el hombre venía haciendo, convirtiéndola en víctima de las circunstancias
políticas y defraudando en parte los ideales de la Revolución Mexicana,
que tiene todavía postergadas a las mujeres, colocándolas en un
plan de inferioridad, en todos, en todos los aspectos de la vida
nacional..."
Un 17 de octubre de 1953 fueron aprobadas las reformas constitucionales
a los artículos 34 y 115, las mujeres lograban el reconocimiento
de sus derechos políticos, a partir de entonces y en base a las
luchas de estas mujeres que nos antecedieron, las primeras mujeres
empezaron a ocupar cargos de elección popular en nuestro estado:
Luz Maria Martínez Contreras, primera presidente municipal, por
San Martín Texmelucan (1957); Esperanza Ramos de Naranjo, primera
diputada al Congreso del estado por el entonces Distrito III, de
San Martín Texmelucan (1963); Esperanza Téllez Oropeza, primera
diputada al Congreso de la Unión por el entonces X Distrito, que
comprendía a Huauchinango y Zacatlán (1958), y Guadalupe López Bretón,
primera senadora de la República (1973).
Carmen Caballero de Cortes creó el primer albergue para niños en
los altos del entonces mercado de La Victoria, en esta ciudad; fundó
lo que denominó "maternidades" para mujeres campesinas,
donde recibían capacitación sobre diversos rubros; fundó centros
de salud y escuelas en muchos municipios del estado; fue miembro
fundador de la Mesa Redonda Panamericana, sólo por mencionar algunas
de sus aportaciones.
Su activa y permanente militancia política la llevó a ocupar cargos
de elección popular: fue regidora suplente, posteriormente propietaria
por el municipio de Puebla; diputada suplente y después propietaria;
presidente municipal de Tetela de Ocampo.
Humberto Ferniza escribió en su semanario Gente de Hoy y Siempre
la semblanza de Carmelita como la llamábamos quienes tuvimos la
fortuna de conocerla días después de su fallecimiento: "...aun
enferma y en estado agónico, se disculpaba por no poder ayudar a
sus semejantes debido a su enfermedad y decía: 'Ahora que me levante'.
Ya no fue así. Un 7 de marzo de 1991 muere Carmen Caballero de Cortes".
Su aportación a favor de las mujeres poblanas que alcanzó a las
mujeres de todo el país me permitió proponer, defender y lograr
la aprobación por unanimidad de todos los partidos políticos a la
propuesta presentada en mi calidad entonces de presidente de la
Comisión de Igualdad y Género en el cabildo de la ciudad de Puebla
19992001, de colocar un busto de Carmen Caballero de Cortes que
está ubicado en la avenida 43 Poniente y 3 Sur de esta ciudad de
Puebla y con ello cumplir como mujer, amiga de Carmelita, militante
priista y regidora con el doble objetivo que tiene la historia
de la mujer: "restituir a la mujer en la historia y devolver
nuestra historia a las mujeres".
Fuentes:
Trabajo, poder y sexualidad. Programa interdisciplinario de estudios
de la Mujer. El Colegio de México.
Archivo personal de la profesora Carmen Caballero de Cortes y diversas
investigaciones de la autora.
Cronología integrada del movimiento de
mujeres en México
Catalina Pérez
Osorio q
1932. Se inicia la Constitución de Ligas Femeniles Campesinas y
de Centros Femeniles Revolucionarios impulsados por el Partido Comunista
Mexicano para luchar por los derechos de las mujeres trabajadoras.
1934. Durante la campaña presidencial del general Lázaro Cárdenas,
se da la mayor organización de mujeres hasta entonces, y se conforma
el Frente de Mujeres Mexicanas. Por su parte, Carlos Riva Palacio,
líder del Partido Nacional Revolucionario, convoca a la formación
del sector femenino del partido. Las principales asociaciones de
mujeres que se suman a las filas del PNR son: la Liga Orientadora
de Acción Femenina (creada en 1927), dirigida por Elvia Carrillo
Puerto; el Bloque Nacional de Mujeres Revolucionarias (creado en
1929), presidido por Florinda Lazos León; el Partido Feminista Revolucionario
(creado en 1929), de donde saldrá la primera dirigente del Sector
Femenil del PNR, Edelmira Rojas viuda de Escudero, y la Confederación
Femenil Mexicana (creada en 1931), encabezada por María Ríos Cárdenas.
1935. En su primer informe de gobierno, el presidente Lázaro Cárdenas
señala la necesidad de que el PNR busque un mayor acercamiento con
las masas, particularmente con los sectores juvenil y femenil. En
consecuencia, el PNR transforma la sección femenina en una Oficina
de Acción Femenina, dependiente del Comité Ejecutivo Nacional. Su
primera directora es Margarita Robles.
Promovido por el Partido Comunista Mexicano y por otras fuerzas,
se crea el Frente Único Pro Derechos de la Mujer, que llegó a contar
con 60 mil afiliadas. Luchó por el voto, la extensión de la alfabetización,
guarderías, maternidades y hospitales; además, incorporó a las mujeres
a la lucha política, obtuvo algunas de sus reivindicaciones. Entre
sus dirigentes destacaron Consuelo Uranga, Frida Kahlo, Adelina
Zendejas y María del Refugio García.
1936. En Puebla se reforma el artículo 33 de la Ley Electoral para
poderes locales, donde reconoce que "son electores y por lo
mismo tienen derechos a ser inscritos en el padrón electoral los
varones y las mujeres poblanas".
Nace el Comité Femenino Interamericano Pro Democracia, que apoya
y divulga los principios de la política exterior del gobierno ante
la guerra civil en España.
Margarita Robles, directora de la Oficina de Acción Femenina del
CEN del PNR, informa al Presidente Cárdenas sobre la fusión de diversas
agrupaciones femeninas en el Consejo Nacional del Sufragio Femenino.
1937. El presidente Cárdenas anuncia en Veracruz, en un mitin de
la Confederación Femenina Mexicana, y declara a la prensa, el 26
de agosto de 1937, que "el gobierno no se detendrá únicamente
a tratar cuestiones que interesen o más convengan a los hombres,
sino que colocará a las mujeres en el mismo plano que a los hombres,
y para tal efecto, presentaré a las cámaras las reformas necesarias
para que las mujeres queden definitivamente incorporadas a la función
social y política. Porque no sería justo que estuviéramos reclamando
la presencia de la mujer en los actos sociales, si no la hemos colocado
en un plano de igualdad política". El presidente Lázaro Cárdenas
envió a la Cámara de Senadores la iniciativa para reformar el artículo
34 constitucional como primer paso para que las mujeres obtengan
la ciudadanía. No se otorgó.
1938. El Frente Único fundado en 1935 despliega una intensa campaña
para reformar el artículo 34 Constitucional a fin de que fueran
reconocidos los derechos políticos de las mujeres. Estas reforma
se logró en 21 estados, pero el Congreso de la Unión no aprobó el
proyecto, debido a una campaña en la que se expresó el temor de
que las mujeres se sumaran a la oposición derechista.
1939. El presidente Cárdenas reitera su iniciativa de reformas y
explica que "por falta de declaratoria" no se ha llevado
a cabo la reforma constitucional.
1941. Las secretarías femeniles de la CTM, la CNOP, la CNC, la FSTSE
y el SNTE integran la Alianza Nacional Femenina, que se conforma
con pedir acceso a los puestos públicos para las mujeres. Matilde
Rodríguez Cabo es nombrada jefe del departamento de previsión social
de la Secretaría de Gobernación; Palma Guillén es nombrada embajadora
en Colombia.
1946. El 24 de diciembre, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa
enviada por el presidente Miguel Alemán, en la que se adicionó el
Artículo 115 Constitucional, que entró en vigor el 12 de febrero
del siguiente año. Se establecía que en las elecciones municipales
participarían las mujeres en igualdad de condiciones que los varones,
con el derecho a votar y ser elegidas.
1947. Tres días después de haber iniciado su periodo presidencial,
Miguel Alemán envía a la Cámara de Senadores la iniciativa de adición
al artículo 115 de la Constitución, por la que otorga el derecho
a la mujer de votar y ser votada en elecciones municipales. Esta
iniciativa fue aprobada, después de interesantes debates, el martes
31 de diciembre de 1946, en sesión ordinaria de la Cámara de Senadores.
Se publicó en el Diario Oficial de la Federación del 12 de febrero
de 1947, fecha en que entró en vigencia.
En Aguascalientes, María del Carmen Martín del Campo se convierte
en la primera presidente municipal de esta ciudad.
1952. Ante un mitin de 20 mil mujeres el candidato Ruiz Cortines
promete en su discurso: "... si el voto nos favorece en los
próximos comicios, nos proponemos iniciar ante las Cámaras las reformas
legales necesarias para que la mujer disfrute los mismos derechos
políticos del hombre".
1953. El 6 de octubre en sesión ordinaria de la Cámara de Diputados
se declara reformados los artículos 34 y 115, fracción I, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La aprobación
se dio por unanimidad.
El 17 de octubre se publica en el Diario Oficial de la Federación
el nuevo texto del artículo 34 constitucional: "Son ciudadanos
de la República los varones y las mujeres que, teniendo la calidad
de mexicanos reúnan además los siguientes requisitos: haber cumplido
18 años de edad, siendo casados, o 21 si no lo son y tener un modo
honesto de vivir"
Las mujeres mexicanas adquieren la ciudadanía plena; reivindicada
por primera vez hacia 1824 y formulada por primera vez en un programa
político en 1876.
1954. Aurora Jiménez de Palacios se convierte en la primera diputada
federal, por el Distrito I del estado de Baja California, como resultado
de las elecciones extraordinarias verificadas el 4 de julio de 1954
en esa entidad. Rindió protesta ante la XLII Legislatura (19521955)
el 7 de septiembre de 1954.
1955. Las mujeres acuden a las urnas para elegir diputados federales
para la XLIII Legislatura (19551958). La primera en depositar su
voto fue doña María Izaguirre de Ruiz Cortines. Resultaron electas:
Remedios Albertina Ezeta, por el estado de México; Margarita García
Flores, por Nuevo León; Guadalupe Ursúa Flores, por Jalisco, y Marcelina
Galindo Arce, por Chiapas.
1958. Macrina Rabadán se convierte en la primera diputada propietaria
de la oposición, por el Partido Popular Socialista, en la XLIV Legislatura
(19581961).
1967. Alicia Arellano Tapia y María Lavalle Urbina se convierten
en las primeras dos senadoras de la República por el partido en
el poder, representando a Sonora y Campeche, respectivamente, en
las XLVI (19641967) y XLVII (19671970) Legislaturas. Lavalle Urbina
llegó a ser presidente del Senado.
1971. Nace Mujeres en Acción Solidaria (MAS). éste es el primero
de una serie de grupos feministas influenciados por el feminismo
estadounidense y europeo posterior a 1968; el feminismo enarbola
la frase "lo personal es político".
1979. Griselda ¡lvarez Ponce de León se convierte en la primera
gobernadora de un estado de la República Mexicana: Colima. Ocupa
el cargo hasta 1985.
1980. Se crea el Programa Nacional de Integración de la Mujer al
Desarrollo dependiendo del Conapo.
1985. Se crea la Comisión Nacional de la Mujer .
1988. Ifigenia Martínez Hernández se convierte en la primera senadora
de oposición, como parte de la LIV Legislatura (19881991).
1993. La Cámara de Diputados debate la fracción III del artículo
175 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Este mismo día se aprueba la propuesta de varias diputadas que dice:
"Los partidos políticos promoverán en los términos que determinen
sus documentos internos, una mayor participación de las mujeres
en la vida política del país, a través de su postulación a cargos
de elección popular".
1996. El gobierno de México crea el Programa Nacional de la Mujer,
Alianza para la Igualdad como programa sectorial que dependiente
de la Secretaria de Gobernación, dentro del Programa Nacional de
Desarrollo 19952000.
1997. En Puebla se crea el Programa Estatal de la Mujer, impulsado
por el Grupo Plural de Mujeres Poblanas.
En debate de la Cámara de Diputados, las mujeres proponen y se aprueba
una adición a la fracción XXII transitoria del artículo 1 del Código
Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, que señala
que "los partidos políticos nacionales considerarán en sus
estatutos que las candidaturas a diputados y senadores no excedan
del 70 por ciento para un mismo género. Asimismo, promoverán la
mayor participación política de las mujeres".
1998. Para darle seguimiento al Programa Nacional de la Mujer el
gobierno crea la Comisión Nacional de la Mujer.
1999. En Puebla se crea el Instituto Poblano de la Mujer.
2000. Artículo 201 del Código Electoral del Estado de Puebla: "....en
ningún caso los partidos políticos podrán postular a cargos de elección
popular, un porcentaje mayor al 75% de candidatos propietarios de
un mismo género para integrar el Congreso del estado y los ayuntamientos
de la entidad".
2001. Se crea el Instituto Nacional de las Mujeres, el 8 de marzo.
2002. El 25 de junio se publica en el Diario Oficial de la Federación
las reformas al Cofipe, donde se obliga a los partidos políticos
a inscribir por lo menos el 30 por ciento de las candidaturas femeninas
en las listas a puestos de elección popular en calidad de propietarias;
además de asegurar en las listas plurinominales, una mujer por cada
tres hombres.
2003. Se conmemora, el 17 de octubre, el 50 aniversario del otorgamiento
del voto a las mujeres en México.
Selección bibliográfica sobre el voto
femenino en México
Silvia Reyna
Pacheco q
La historia de la lucha de las mujeres por conquistar espacios en
la sociedad, pasa por el rescate de las fuentes bibliográficas,
hemerográficas, gráficas, etcétera, que permitan recuperar la memoria
colectiva, con una visión objetiva y veraz de los procesos, en los
distintos ámbitos de la vida pública de nuestro país.
Esta selección bibliográfica, espera ser un aporte para los interesados
en recobrar la historia desde las mujeres.
Agrupación Nacional Femenil Revolucionaria. Participación política
de la mujer en México. México: ICAP, 1984.
Bremauntz, Alberto. El sufragio femenino desde el punto de vista
constitucional. México: Frente Socialista de Abogados, 1937.
Cano, Gabriela. Las feministas en campaña, en Debate feminista,
año 2, Vol. 4, Septiembre, México, 1991.
Cano, Gabriela. Adelina Zendejas: arquitecta de su memoria, en Debate
Feminista, año 4. Septiembre, 1993..
Cano, Gabriela. Revolución, feminismo y ciudadanía en México, 19151940
en Historia de las mujeres. Vol. IV. Madrid: Taurus, 1993.
Contreras, Gabriela. El día cuando las mujeres se vistieron de verde,
en Política y Cultura, No. 1, Otoño, México, UAM.X.
El ¡lbum de la mujer. Antología ilustrada de las mexicanas: vol.
3. México: INAH, 1991.
Flores, Ana María. La mujer en la sociedad en México, 50 años de
Revolución mexicana. La vida social. Tomo II.México: FCE, 1961.
Jiménez ¡lvarez, Ana Victoria y Francisca Reyes Castellano. Sembradoras
de futuro: Memorias de la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas. México:
UNAM, 2000.
Las mujeres en la Revolución mexicana. Biografías de mujeres revolucionarias
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INEHRM: H. Cámara de Diputados LV legislatura, 1992.
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ciclo de conferencias Siglo XX, revoluciones, sueños y pendientes.
México: Instituto de Cultura de la Ciudad de México, 2001.
Macías, Ana. Felipe Carrillo Puerto y la liberación de las mujeres
en México en Las mujeres latinoamericanas: perspectivas históricas.
México: FCE, 1985.
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Tecuanhuey Sandoval, Alicia. Cronología Política del Estado de Puebla,
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Zendejas, Adelina. No nos detendrá nada, en García Flores, Margarita.
¿Sólo para mujeres?: y en medio de nosotros el macho como un dios.
México: UNAM, 1979. pp. 2739.
A 50 años, en la izquierda seguimos en la
lucha
Susana Wuotto Cruz q Hoy en día las
mujeres en nuestro país podemos votar gracias a
la batalla por el sufragio femenino ganada hace
50 años por las mujeres de la izquierda;
anteriormente los derechos ciudadanos solo eran
para los hombres.
Pero, ¿cuántos sabemos que el voto de las
mujeres es un ejercicio pleno de la ciudadanía?
El mayor acontecimiento social en la historia del
siglo XX fue la irrupción de las mujeres en la
refundación de la vida privada y pública en un
contexto prácticamente universal. La profunda
revolución hecha por las mujeres, la
transformación de nuestra condición de entes
heterónomos, adheridas al universo masculino, en
un sujeto con identidades, caminos y decires
propios: la revolución de las mujeres.
El esfuerzo de las mujeres, de esas mujeres que
hoy debemos reivindicar el reconocimiento de
nuestra lucha, las mujeres de izquierda que
construimos un sujeto de identidades propias a
partir de la generalización del acceso de las
mujeres a la educación, y con ello nuestra
pertenencia a los dominios del saber formal e
informal, la incorporación masiva al trabajo que
dio piso y materialidad a nuestra independencia
como sujeto; la utilización masiva de los
anticonceptivos, que nos permitió una apropiación
y liberación de nuestro cuerpo y del sexo; de la
existencia del divorcio sin las cargas del
cuestionamiento social, que nos dio personalidad
civil; de la generalización del sufragio que nos
instituyó como ciudadanas, a contrapelo de la
visión patriarcal del quehacer político; y
desde luego, de los movimientos feministas que
dieron ese paso adelante en el plano de las ideas
y de las acciones para reivindicar para las
mujeres aquel trozo de historia que nos había
sido expropiado impunemente.
Las mujeres sufragistas, las de avanzada, las de
ideas libertarias, que iniciaron el movimiento
por el reconocimiento de los derechos de las
mujeres a votar y ser votadas en México en el
siglo XIX, ya no pudieron ver cómo después de
50 años esa lucha logró elevar nuestra
presencia en las responsabilidades políticas de
la nación, con el establecimiento a nivel
federal del sistema de cuotas.
Las mujeres en la izquierda, que hemos encontrado
en el PRD un espacio político de representación,
opción política que con todo y sus profundos
desatinos, tiene la suficiente claridad y
congruencia para reivindicar la lucha por la
construcción de una ciudadanía para las mujeres
y sus resultados.
"... en el Partido de la Revolución Democrática
las mujeres representamos el 48 por ciento del
total de afiliados del partido; somos el 36 por
ciento de las y los integrantes del Comité
Ejecutivo Nacional; ocupamos el 16 por ciento de
las diputaciones locales, y casi el 3 por ciento
de las presidencias municipales. Además, en la
totalidad de los Comités Ejecutivos Estatales se
ha constituido la Secretaría de la Mujer, que
durante la presidencia del partido de Rosario
Robles fue sustituida por la Secretaría de
Equidad, instancia a través de la cual, desde
1996, se impulsa la perspectiva de género en las
acciones políticas del PRD a nivel nacional".
La década de los 90 es hasta ahora la más
prolifera en el empeño y los logros a favor de
la equidad entre las mujeres y los hombres. Pero
esto no ha sido gratis, en este proceso ha sido
clave la disposición de las mujeres para la
concertación, los acuerdos, los pactos y el
intenso diálogo que ha trascendido de posiciones
partidistas, individuales para pasar a la acción
común por el reconocimiento de la diversidad y
la lucha por la igualdad y la justicia hacia las
mujeres y sobre todo de las mujeres de la
izquierda, que sabemos defender nuestros logros,
haciendo política "como mujeres"; la
lucha es por ocupar los espacios y hacer política,
pero no como a lo largo de la historia la han
hecho "los hombres".
Las mujeres como en muchos otros aspectos
hemos puesto el ejemplo: cuando de mujeres se
trata, sólo nos vemos en blanco y negro, sabemos
pactar y cumplimos acuerdos.
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