Perfil

50 años de voto de las mujeres
Este recuento histórico, que ha tenido como protagonistas a las mujeres mexicanas, en el que se ha buscado destacar algunos de los hitos en la conquista y apropiación de los espacios públicos en la sociedad mexicana, tiene por objeto recuperar una perspectiva temporal que nos permita visualizar la dimensión
múltiple de los procesos que nos han conducido al momento actual; esta historia no solamente es la historia de las mujeres, es, sin duda, parte de la historia de la nación, y así debe ser considerada.La diversidad de luchas emprendidas, la multiplicidad de visiones con las cuales se ha construidoeste gran movimiento de mujeres en México, nos enseña la riqueza ideológica y cultural de lasociedad mexicana, pero también se nos muestra que la lucha por la equidad y el
reconocimientopleno de nuestras capacidades no puede ser resuelto en un solo acto: el derecho al voto; debemos asumir que este derecho es apenas una puerta de entrada al despliegue de nuestras diversas presencias sociales, políticas y culturales. Hoy la tarea de todas nosotras es construirnos como ciudadanas a parte entera, comprometernos en cada una de las esferas de nuestro que hacer, en cada uno de los espacios que ocupamos, sin olvidar que la meta es transformar las relaciones entre mujeres y hombres, y las culturas que las sustentan y que limitan nuestro pleno reconocimiento social.
q Catalina Pérez Osorio

 

Medio siglo de un derecho

Carmen Caballero de Cortes

Cronología integrada del movimiento de mujeres en México

Selección bibliográfica sobre el voto femenino en México

A 50 años, en la izquierda seguimos en la lucha

 

 

 

 

 

 

 

Medio siglo de un derecho

Alejandra Montero Clavel q Somos herederas de sueños, deseos y de luchas de nuestras abuelas y madres políticas. El voto femenino es regalo de amor persistente y probado que aprendió a "sacar la voz y las garras" para defender lo que nos pertenece: nuestros derechos políticos. El derecho al voto de las mujeres es como aire delgado, como claro viento que nos viene de esfuerzos del pasado y que nos anima a lograr otras conquistas.
Hace 50 años las mujeres ejercemos nuestro derecho a votar y ser votadas.
Al votar afirmamos que somos personas y ciudadanas capaces de tomar decisiones en todos los ámbitos de nuestra vida; que podemos emitir un sufragio propio, informado y meditado desde la sabiduría de nuestra existencia; que podemos elegir sin dejarnos presionar por los amigos, el padre, el esposo, o alguna autoridad civil o religiosa.
Ejercer nuestro derecho al voto nos recuerda la gran subversión democrática: la transformación de súbditas a ciudadanas; y nos permite un ejercicio personal que requiere información, como todas las decisiones de nuestra vida.
La herencia del derecho a ser votadas implica el acceso al poder, pero a un poder diferente. No para dominar , sino para lograr el desarrollo de las mexicanas, con todo aquello que se requiere para vivir una ciudadanía plena.
Nuestros votos son un estímulo y una experiencia de libertad; son un reconocimiento de nuestro poder para decidir e influir en nuestra vida política, y es confirmar que una decisión privada puede ser pública.
La voz y la garra de las mujeres sufragistas nos hablan de la lucha de las mujeres por sus derechos civiles y políticos con los que ganaron y ganamos legitimidad, espacios y oídos atentos a nuestras palabras.
A 50 años de los sueños, deseos y luchas de nuestras abuelas y madres políticas, en nuestro panorama se puede extender nuestra mirada para observar la gran diversidad de partidos políticos y darnos cuenta que algunos en su historia, en sus hechos concretos y sus proyectos son más cercanos a nuestras necesidades y a nuestros sueños como personas, como ciudadanas y como mujeres
Las herencias no son materia de tesoros guardados en baúl. Son recuerdos para vivirlos y hacerlos vivir. Así que como herederas de derechos políticos tenemos que seguir trazando estrategias para fortalecer la solidaridad entre las mujeres y dejar clara su posición ante la sociedad en general. Debemos seguir desarrollando la capacidad de lograr que los hacedores de políticas se comprometan a desarrollar estrategias equitativas para las mujeres.
Así como cada gota puede romper la piedra, cada voto femenino puede influir en el rumbo económico y político de nuestro país.

 

 

 

 

 


 

Carmen Caballero de Cortes

Rocío García Olmedo q La lucha femenina en nuestro país por el acceso al poder corrió en forma paralela a la que se libró por el sufragio.
Si bien la campaña en pro del voto femenino antes de 1916 alcanzó pequeños logros, no fue hasta Hermila Galindo ­que se desempeñaba como secretaria particular del presidente Venustiano Carranza­ cuando se vuelve "oficial", con la solicitud que hizo al Congreso Constituyente, y que fue rechazada con el argumento de que "la mujer no estaba preparada para actuar en política y por lo tanto existía la necesidad de capacitarla mediante su incorporación paulatina a esta actividad".
De manera que, como lo sostiene la investigadora del PIEM del Colegio de México Luz de Lourdes de Silva, la lucha de las mujeres no puede estudiarse fuera del marco de los estudios de formación, consolidación y estabilización del Estado posrevolucionario, toda vez que la reorganización del poder público incidió en la evolución del movimiento sufragista, en el que se observa tres etapas:
La primera, "el surgimiento", entre 1916 y 1934, que principia con la instauración del Congreso Constituyente y concluye con el gobierno de Abelardo L. Rodríguez. La segunda, "el auge", de 1934 a 1940, que comprende el gobierno de Lázaro Cárdenas. La tercera, "el refugio", de 1942 hasta 1952, que se refiere a las gestiones presidenciales de Manuel ¡vila Camacho y Miguel Alemán y termina con la intervención de la sección femenina del PRI y la Alianza de Mujeres de México con la publicación de las reformas a los artículos 34 y 115 constitucionales, siendo presidente Adolfo Ruiz Cortines.
Puebla es considerado en este marco histórico ­como otros gobiernos del sureste del país­ como un estado progresista, en el que fueron integrándose a las mujeres no solamente al concederles el derecho de voto municipal, sino también apoyándolas en candidaturas.
Surge a nivel nacional la unificación del movimiento feminista en el año de 1935, que adoptó la modalidad organizativa de frente único multiclasista, constituyéndose el Frente Unico ProDerechos de la Mujer, cuyo programa atendía las demandas democráticas y femeninas, de las cuales un tema coincidente era justamente el derecho al voto y a ocupar cargos públicos, pero también, demandas económicas y sociales en beneficio de la mujer y de la niñez.
Este frente integró a 800 organizaciones que afiliaban a 50 mil socias; una de estas organizaciones fue la Agrupación de Mujeres Poblanas, presidida por Carmen Caballero de Cortes.
Poblana nacida en el municipio de Acatlán de Osorio, profesora de Educación Primaria y Superior por el Instituto Normal del Estado, desde estudiante se identificó por su apoyo a las causas de las mujeres y las de los niños.
Con esta agrupación funda el sector femenil del PRI en Puebla, siendo su primera dirigente y convocando a mujeres de todos los sectores sociales a participar. Cuando el movimiento nacional de mujeres se unifica, ellas se suman a la lucha sufragista.
Carmen Caballero de Cortes, junto con Irene Pacheco de Luna, María Camacho, Consuelo Lima de Valdemar, la licenciada Concepción Sarmiento, la profesora Evangelina Osorio Palacios, Matilde Leblanc, Mimi García Barna, Camerina Camacho, profesora Elena Luna de Bernal, la doctora Liz de Gante de Rosales, Xeruthza Rangel Navarro, Fabiola y María del Carmen García Rossetti, ángela Parra de Madrid, Elvira Olea, Evelia Onofre, Angelina Martínez Cacho, Alicia Torres de Araujo, Aurora Artime, Amelia Jofre y María de los ángeles Flores de Beristáin. Se incorporan también Aída y Guadalupe Pardo, María de los ángeles Flores Fernández de Lara, Bertha Yeverino Muñoz, Flora Amador, Ana María Garrido y Adoración Youtzimats, y muchas otras que quedaron en el anonimato.
En 1952, cuando el entonces candidato a la presidencia Adolfo Ruiz Cortines visita Puebla en su campaña electoral, es la profesora Carmen Caballero de Cortes quien participa exigiéndole, en un discurso histórico, su compromiso con las mujeres para reconocer sus derechos políticos.
Ellas participan en la concentración femenil que concluyó con la celebración de la Asamblea Nacional Femenil del PRI, realizada con la presencia del candidato Ruiz Cortines. El 5 de agosto de 1953 ­la asamblea duró tres días­ toca la intervención de la delegación de Puebla, Carmen Caballero de Cortes expresó: "... sin la plenitud de los derechos cívicos, las mujeres no pueden enfrentarse a la solución de sus problemas. Algunos de gran trascendencia para el desenvolvimiento del progreso nacional, otros, que por su importancia mínima no desmerecen ni demeritan la actividad femenil para realizar obras de índole social que puedan a la postre cristalizar en mandamientos legales para constituir perfecta garantía de los derechos de la mujer, que hasta hoy, por discriminación sistemática y permanente, el hombre venía haciendo, convirtiéndola en víctima de las circunstancias políticas y defraudando en parte los ideales de la Revolución Mexicana, que tiene todavía postergadas a las mujeres, colocándolas en un plan de inferioridad, en todos, en todos los aspectos de la vida nacional..."
Un 17 de octubre de 1953 fueron aprobadas las reformas constitucionales a los artículos 34 y 115, las mujeres lograban el reconocimiento de sus derechos políticos, a partir de entonces y en base a las luchas de estas mujeres que nos antecedieron, las primeras mujeres empezaron a ocupar cargos de elección popular en nuestro estado: Luz Maria Martínez Contreras, primera presidente municipal, por San Martín Texmelucan (1957); Esperanza Ramos de Naranjo, primera diputada al Congreso del estado por el entonces Distrito III, de San Martín Texmelucan (1963); Esperanza Téllez Oropeza, primera diputada al Congreso de la Unión por el entonces X Distrito, que comprendía a Huauchinango y Zacatlán (1958), y Guadalupe López Bretón, primera senadora de la República (1973).
Carmen Caballero de Cortes creó el primer albergue para niños en los altos del entonces mercado de La Victoria, en esta ciudad; fundó lo que denominó "maternidades" para mujeres campesinas, donde recibían capacitación sobre diversos rubros; fundó centros de salud y escuelas en muchos municipios del estado; fue miembro fundador de la Mesa Redonda Panamericana, sólo por mencionar algunas de sus aportaciones.
Su activa y permanente militancia política la llevó a ocupar cargos de elección popular: fue regidora suplente, posteriormente propietaria por el municipio de Puebla; diputada suplente y después propietaria; presidente municipal de Tetela de Ocampo.
Humberto Ferniza escribió en su semanario Gente de Hoy y Siempre la semblanza de Carmelita ­como la llamábamos quienes tuvimos la fortuna de conocerla­ días después de su fallecimiento: "...aun enferma y en estado agónico, se disculpaba por no poder ayudar a sus semejantes debido a su enfermedad y decía: 'Ahora que me levante'. Ya no fue así. Un 7 de marzo de 1991 muere Carmen Caballero de Cortes".
Su aportación a favor de las mujeres poblanas ­que alcanzó a las mujeres de todo el país­ me permitió proponer, defender y lograr la aprobación por unanimidad de todos los partidos políticos a la propuesta presentada en mi calidad entonces de presidente de la Comisión de Igualdad y Género en el cabildo de la ciudad de Puebla 1999­2001, de colocar un busto de Carmen Caballero de Cortes que está ubicado en la avenida 43 Poniente y 3 Sur de esta ciudad de Puebla y con ello cumplir ­como mujer, amiga de Carmelita, militante priista y regidora­ con el doble objetivo que tiene la historia de la mujer: "restituir a la mujer en la historia y devolver nuestra historia a las mujeres".

Fuentes:
Trabajo, poder y sexualidad. Programa interdisciplinario de estudios de la Mujer. El Colegio de México.

Archivo personal de la profesora Carmen Caballero de Cortes y diversas investigaciones de la autora.

 

 

 

 


 

 

Cronología integrada del movimiento de mujeres en México

Catalina Pérez Osorio q
1932. Se inicia la Constitución de Ligas Femeniles Campesinas y de Centros Femeniles Revolucionarios impulsados por el Partido Comunista Mexicano para luchar por los derechos de las mujeres trabajadoras.
1934. Durante la campaña presidencial del general Lázaro Cárdenas, se da la mayor organización de mujeres hasta entonces, y se conforma el Frente de Mujeres Mexicanas. Por su parte, Carlos Riva Palacio, líder del Partido Nacional Revolucionario, convoca a la formación del sector femenino del partido. Las principales asociaciones de mujeres que se suman a las filas del PNR son: la Liga Orientadora de Acción Femenina (creada en 1927), dirigida por Elvia Carrillo Puerto; el Bloque Nacional de Mujeres Revolucionarias (creado en 1929), presidido por Florinda Lazos León; el Partido Feminista Revolucionario (creado en 1929), de donde saldrá la primera dirigente del Sector Femenil del PNR, Edelmira Rojas viuda de Escudero, y la Confederación Femenil Mexicana (creada en 1931), encabezada por María Ríos Cárdenas.
1935. En su primer informe de gobierno, el presidente Lázaro Cárdenas señala la necesidad de que el PNR busque un mayor acercamiento con las masas, particularmente con los sectores juvenil y femenil. En consecuencia, el PNR transforma la sección femenina en una Oficina de Acción Femenina, dependiente del Comité Ejecutivo Nacional. Su primera directora es Margarita Robles.
Promovido por el Partido Comunista Mexicano y por otras fuerzas, se crea el Frente Único Pro Derechos de la Mujer, que llegó a contar con 60 mil afiliadas. Luchó por el voto, la extensión de la alfabetización, guarderías, maternidades y hospitales; además, incorporó a las mujeres a la lucha política, obtuvo algunas de sus reivindicaciones. Entre sus dirigentes destacaron Consuelo Uranga, Frida Kahlo, Adelina Zendejas y María del Refugio García.
1936. En Puebla se reforma el artículo 33 de la Ley Electoral para poderes locales, donde reconoce que "son electores y por lo mismo tienen derechos a ser inscritos en el padrón electoral los varones y las mujeres poblanas".
Nace el Comité Femenino Interamericano Pro Democracia, que apoya y divulga los principios de la política exterior del gobierno ante la guerra civil en España.
Margarita Robles, directora de la Oficina de Acción Femenina del CEN del PNR, informa al Presidente Cárdenas sobre la fusión de diversas agrupaciones femeninas en el Consejo Nacional del Sufragio Femenino.
1937. El presidente Cárdenas anuncia en Veracruz, en un mitin de la Confederación Femenina Mexicana, y declara a la prensa, el 26 de agosto de 1937, que "el gobierno no se detendrá únicamente a tratar cuestiones que interesen o más convengan a los hombres, sino que colocará a las mujeres en el mismo plano que a los hombres, y para tal efecto, presentaré a las cámaras las reformas necesarias para que las mujeres queden definitivamente incorporadas a la función social y política. Porque no sería justo que estuviéramos reclamando la presencia de la mujer en los actos sociales, si no la hemos colocado en un plano de igualdad política". El presidente Lázaro Cárdenas envió a la Cámara de Senadores la iniciativa para reformar el artículo 34 constitucional como primer paso para que las mujeres obtengan la ciudadanía. No se otorgó.
1938. El Frente Único fundado en 1935 despliega una intensa campaña para reformar el artículo 34 Constitucional a fin de que fueran reconocidos los derechos políticos de las mujeres. Estas reforma se logró en 21 estados, pero el Congreso de la Unión no aprobó el proyecto, debido a una campaña en la que se expresó el temor de que las mujeres se sumaran a la oposición derechista.
1939. El presidente Cárdenas reitera su iniciativa de reformas y explica que "por falta de declaratoria" no se ha llevado a cabo la reforma constitucional.
1941. Las secretarías femeniles de la CTM, la CNOP, la CNC, la FSTSE y el SNTE integran la Alianza Nacional Femenina, que se conforma con pedir acceso a los puestos públicos para las mujeres. Matilde Rodríguez Cabo es nombrada jefe del departamento de previsión social de la Secretaría de Gobernación; Palma Guillén es nombrada embajadora en Colombia.
1946. El 24 de diciembre, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa enviada por el presidente Miguel Alemán, en la que se adicionó el Artículo 115 Constitucional, que entró en vigor el 12 de febrero del siguiente año. Se establecía que en las elecciones municipales participarían las mujeres en igualdad de condiciones que los varones, con el derecho a votar y ser elegidas.
1947. Tres días después de haber iniciado su periodo presidencial, Miguel Alemán envía a la Cámara de Senadores la iniciativa de adición al artículo 115 de la Constitución, por la que otorga el derecho a la mujer de votar y ser votada en elecciones municipales. Esta iniciativa fue aprobada, después de interesantes debates, el martes 31 de diciembre de 1946, en sesión ordinaria de la Cámara de Senadores. Se publicó en el Diario Oficial de la Federación del 12 de febrero de 1947, fecha en que entró en vigencia.
En Aguascalientes, María del Carmen Martín del Campo se convierte en la primera presidente municipal de esta ciudad.
1952. Ante un mitin de 20 mil mujeres el candidato Ruiz Cortines promete en su discurso: "... si el voto nos favorece en los próximos comicios, nos proponemos iniciar ante las Cámaras las reformas legales necesarias para que la mujer disfrute los mismos derechos políticos del hombre".
1953. El 6 de octubre en sesión ordinaria de la Cámara de Diputados se declara reformados los artículos 34 y 115, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La aprobación se dio por unanimidad.
El 17 de octubre se publica en el Diario Oficial de la Federación el nuevo texto del artículo 34 constitucional: "Son ciudadanos de la República los varones y las mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos reúnan además los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años de edad, siendo casados, o 21 si no lo son y tener un modo honesto de vivir"
Las mujeres mexicanas adquieren la ciudadanía plena; reivindicada por primera vez hacia 1824 y formulada por primera vez en un programa político en 1876.
1954. Aurora Jiménez de Palacios se convierte en la primera diputada federal, por el Distrito I del estado de Baja California, como resultado de las elecciones extraordinarias verificadas el 4 de julio de 1954 en esa entidad. Rindió protesta ante la XLII Legislatura (19521955) el 7 de septiembre de 1954.
1955. Las mujeres acuden a las urnas para elegir diputados federales para la XLIII Legislatura (19551958). La primera en depositar su voto fue doña María Izaguirre de Ruiz Cortines. Resultaron electas: Remedios Albertina Ezeta, por el estado de México; Margarita García Flores, por Nuevo León; Guadalupe Ursúa Flores, por Jalisco, y Marcelina Galindo Arce, por Chiapas.
1958. Macrina Rabadán se convierte en la primera diputada propietaria de la oposición, por el Partido Popular Socialista, en la XLIV Legislatura (19581961).
1967. Alicia Arellano Tapia y María Lavalle Urbina se convierten en las primeras dos senadoras de la República por el partido en el poder, representando a Sonora y Campeche, respectivamente, en las XLVI (19641967) y XLVII (19671970) Legislaturas. Lavalle Urbina llegó a ser presidente del Senado.
1971. Nace Mujeres en Acción Solidaria (MAS). éste es el primero de una serie de grupos feministas influenciados por el feminismo estadounidense y europeo posterior a 1968; el feminismo enarbola la frase "lo personal es político".
1979. Griselda ¡lvarez Ponce de León se convierte en la primera gobernadora de un estado de la República Mexicana: Colima. Ocupa el cargo hasta 1985.
1980. Se crea el Programa Nacional de Integración de la Mujer al Desarrollo dependiendo del Conapo.
1985. Se crea la Comisión Nacional de la Mujer .
1988. Ifigenia Martínez Hernández se convierte en la primera senadora de oposición, como parte de la LIV Legislatura (19881991).
1993. La Cámara de Diputados debate la fracción III del artículo 175 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Este mismo día se aprueba la propuesta de varias diputadas que dice: "Los partidos políticos promoverán en los términos que determinen sus documentos internos, una mayor participación de las mujeres en la vida política del país, a través de su postulación a cargos de elección popular".
1996. El gobierno de México crea el Programa Nacional de la Mujer, Alianza para la Igualdad como programa sectorial que dependiente de la Secretaria de Gobernación, dentro del Programa Nacional de Desarrollo 19952000.
1997. En Puebla se crea el Programa Estatal de la Mujer, impulsado por el Grupo Plural de Mujeres Poblanas.
En debate de la Cámara de Diputados, las mujeres proponen y se aprueba una adición a la fracción XXII transitoria del artículo 1 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, que señala que "los partidos políticos nacionales considerarán en sus estatutos que las candidaturas a diputados y senadores no excedan del 70 por ciento para un mismo género. Asimismo, promoverán la mayor participación política de las mujeres".
1998. Para darle seguimiento al Programa Nacional de la Mujer el gobierno crea la Comisión Nacional de la Mujer.
1999. En Puebla se crea el Instituto Poblano de la Mujer.
2000. Artículo 201 del Código Electoral del Estado de Puebla: "....en ningún caso los partidos políticos podrán postular a cargos de elección popular, un porcentaje mayor al 75% de candidatos propietarios de un mismo género para integrar el Congreso del estado y los ayuntamientos de la entidad".
2001. Se crea el Instituto Nacional de las Mujeres, el 8 de marzo.
2002. El 25 de junio se publica en el Diario Oficial de la Federación las reformas al Cofipe, donde se obliga a los partidos políticos a inscribir por lo menos el 30 por ciento de las candidaturas femeninas en las listas a puestos de elección popular en calidad de propietarias; además de asegurar en las listas plurinominales, una mujer por cada tres hombres.
2003. Se conmemora, el 17 de octubre, el 50 aniversario del otorgamiento del voto a las mujeres en México.

 

 

 

 

 


Selección bibliográfica sobre el voto femenino en México

Silvia Reyna Pacheco q La historia de la lucha de las mujeres por conquistar espacios en la sociedad, pasa por el rescate de las fuentes bibliográficas, hemerográficas, gráficas, etcétera, que permitan recuperar la memoria colectiva, con una visión objetiva y veraz de los procesos, en los distintos ámbitos de la vida pública de nuestro país.
Esta selección bibliográfica, espera ser un aporte para los interesados en recobrar la historia desde las mujeres.
Agrupación Nacional Femenil Revolucionaria. Participación política de la mujer en México. México: ICAP, 1984.
Bremauntz, Alberto. El sufragio femenino desde el punto de vista constitucional. México: Frente Socialista de Abogados, 1937.
Cano, Gabriela. Las feministas en campaña, en Debate feminista, año 2, Vol. 4, Septiembre, México, 1991.
Cano, Gabriela. Adelina Zendejas: arquitecta de su memoria, en Debate Feminista, año 4. Septiembre, 1993..
Cano, Gabriela. Revolución, feminismo y ciudadanía en México, 19151940 en Historia de las mujeres. Vol. IV. Madrid: Taurus, 1993.
Contreras, Gabriela. El día cuando las mujeres se vistieron de verde, en Política y Cultura, No. 1, Otoño, México, UAM.X.
El ¡lbum de la mujer. Antología ilustrada de las mexicanas: vol. 3. México: INAH, 1991.
Flores, Ana María. La mujer en la sociedad en México, 50 años de Revolución mexicana. La vida social. Tomo II.México: FCE, 1961.
Jiménez ¡lvarez, Ana Victoria y Francisca Reyes Castellano. Sembradoras de futuro: Memorias de la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas. México: UNAM, 2000.
Las mujeres en la Revolución mexicana. Biografías de mujeres revolucionarias 18841920. México, 75 años de vida constitucional 19171992. México: INEHRM: H. Cámara de Diputados LV legislatura, 1992.
Lau, Ana. Un siglo para las mujeres en México: de sujetas olvidadas a ciudadanas participantes, 19002000. Ponencia presentada en el ciclo de conferencias Siglo XX, revoluciones, sueños y pendientes. México: Instituto de Cultura de la Ciudad de México, 2001.
Macías, Ana. Felipe Carrillo Puerto y la liberación de las mujeres en México en Las mujeres latinoamericanas: perspectivas históricas. México: FCE, 1985.
Manzanero del Campo, María Elena. La igualdad de derechos políticos. México: UNAM, 1953.
Morton, Ward. Woman sufrage in Mexico. University of Florida, 1962.
Organización y participación política de la mujer. México: Cambio XXI, Fundación Mexicana, A. C.
Orozco ¡vila, Soledad. Nuestra lucha por el voto, en García Flores, Margarita. ¿Sólo para mujeres? Y en medio de nosotras el macho como un dios. México: UNAM, 1979.pp. 4146.
Presidencia de la Gran Comisión. Secretaría Técnica. Participación de la mujer en la H. Cámara de Diputados XLII a la LV Legislatura (19521993) México: Cámara de Diputados, 1993.
Ponce Lagos, Antonio. Historia de las reformas a los artículos 34 y 115 constitucionales, que conceden la ciudadanía a la mujer mexicana. México: s. e., 1954.
Rocha, Martha Eva. Las mexicanas en el siglo XX, en Mujeres mexicanas del siglo XX, la otra revolución, vol. IV. México: Edicol; UNAM, 2001.
Tecuanhuey Sandoval, Alicia. Cronología Política del Estado de Puebla, 19101991. Puebla: BUAP, 1994.
Tirado Villegas, Gloria. Suspiros de ayer: mujeres poblanas de los cuarenta a sesenta. Puebla: BUAP, 1999.
Tuñon Pablos, Enriqueta. La lucha política de la mujer mexicana por el derecho al sufragio y sus repercusiones, en Presencia y transparencia. La mujer en la historia de México. México: Colmex, 1987.
Tuñón Pablos, Enriqueta. El otorgamiento del sufragio femenino en México. Tesis de doctorado. México: UNAM, 1997.
Tuñón Pablos, Enriqueta. ¡Por fin ya podemos elegir y ser electas: el sufragio femenino en México (19351953) México: INAH: Plaza y Valdés, 2002.
Tuñón Pablos, Esperanza. Mujeres que se organizan. El Frente Único Pro Derechos de la mujer, 19351938. México: UNAM ; Miguel ¡ngel Porrúa, 1992.
Tuñón Pablos, Julia. Mujeres en México. Una historia olvidada. México: Planeta, 1987.
Zendejas, Adelina. No nos detendrá nada, en García Flores, Margarita. ¿Sólo para mujeres?: y en medio de nosotros el macho como un dios. México: UNAM, 1979. pp. 2739.

 

 

 

 

 


 

A 50 años, en la izquierda seguimos en la lucha

Susana Wuotto Cruz q Hoy en día las mujeres en nuestro país podemos votar gracias a la batalla por el sufragio femenino ganada hace 50 años por las mujeres de la izquierda; anteriormente los derechos ciudadanos solo eran para los hombres.
Pero, ¿cuántos sabemos que el voto de las mujeres es un ejercicio pleno de la ciudadanía?
El mayor acontecimiento social en la historia del siglo XX fue la irrupción de las mujeres en la refundación de la vida privada y pública en un contexto prácticamente universal. La profunda revolución hecha por las mujeres, la transformación de nuestra condición de entes heterónomos, adheridas al universo masculino, en un sujeto con identidades, caminos y decires propios: la revolución de las mujeres.
El esfuerzo de las mujeres, de esas mujeres que hoy debemos reivindicar el reconocimiento de nuestra lucha, las mujeres de izquierda que construimos un sujeto de identidades propias a partir de la generalización del acceso de las mujeres a la educación, y con ello nuestra pertenencia a los dominios del saber formal e informal, la incorporación masiva al trabajo que dio piso y materialidad a nuestra independencia como sujeto; la utilización masiva de los anticonceptivos, que nos permitió una apropiación y liberación de nuestro cuerpo y del sexo; de la existencia del divorcio sin las cargas del cuestionamiento social, que nos dio personalidad civil; de la generalización del sufragio que nos instituyó como ciudadanas, a contrapelo de la visión patriarcal del quehacer político; y desde luego, de los movimientos feministas que dieron ese paso adelante en el plano de las ideas y de las acciones para reivindicar para las mujeres aquel trozo de historia que nos había sido expropiado impunemente.
Las mujeres sufragistas, las de avanzada, las de ideas libertarias, que iniciaron el movimiento por el reconocimiento de los derechos de las mujeres a votar y ser votadas en México en el siglo XIX, ya no pudieron ver cómo después de 50 años esa lucha logró elevar nuestra presencia en las responsabilidades políticas de la nación, con el establecimiento a nivel federal del sistema de cuotas.
Las mujeres en la izquierda, que hemos encontrado en el PRD un espacio político de representación, opción política que con todo y sus profundos desatinos, tiene la suficiente claridad y congruencia para reivindicar la lucha por la construcción de una ciudadanía para las mujeres y sus resultados.
"... en el Partido de la Revolución Democrática las mujeres representamos el 48 por ciento del total de afiliados del partido; somos el 36 por ciento de las y los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional; ocupamos el 16 por ciento de las diputaciones locales, y casi el 3 por ciento de las presidencias municipales. Además, en la totalidad de los Comités Ejecutivos Estatales se ha constituido la Secretaría de la Mujer, que durante la presidencia del partido de Rosario Robles fue sustituida por la Secretaría de Equidad, instancia a través de la cual, desde 1996, se impulsa la perspectiva de género en las acciones políticas del PRD a nivel nacional".
La década de los 90 es hasta ahora la más prolifera en el empeño y los logros a favor de la equidad entre las mujeres y los hombres. Pero esto no ha sido gratis, en este proceso ha sido clave la disposición de las mujeres para la concertación, los acuerdos, los pactos y el intenso diálogo que ha trascendido de posiciones partidistas, individuales para pasar a la acción común por el reconocimiento de la diversidad y la lucha por la igualdad y la justicia hacia las mujeres y sobre todo de las mujeres de la izquierda, que sabemos defender nuestros logros, haciendo política "como mujeres"; la lucha es por ocupar los espacios y hacer política, pero no como a lo largo de la historia la han hecho "los hombres".
Las mujeres ­como en muchos otros aspectos­ hemos puesto el ejemplo: cuando de mujeres se trata, sólo nos vemos en blanco y negro, sabemos pactar y cumplimos acuerdos.