La comedia es algo más serio de lo quetodos se imaginan, señaló Héctor Suárez
 

Amelía Domínguez q La comedia es algo más serio de lo que todos se imaginan, expresó el actor Héctor Suárez, quien pese a ser reconocido por su excelente desempeño en este género teatral, dijo sentirse un intruso en él: "Soy un actor; utilizo la comedia para decir cosas importantes, como medio para confrontar a la gente, en un sutil texto dentro del diálogo".

Con 65 años de edad, de los cuales 45 han transcurrido en los escenarios, creador de personajes como El Mil Usos, -que le valió un premio por su actuación en la ex Unión Soviética-; Doña Zoila y el Negro Tomás, en el programa ¿Qué nos pasa?, en la televisión, al participar en el congreso Errare Humanum Est, organizado por la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), dijo que el teatro mexicano está agonizando, ya que la asistencia del público ha descendido después del 11 de septiembre de 2001, tal vez por la inseguridad prevaleciente, por la guerra, la situación económica o tal vez sólo "porque estamos tristes".Precisó que luego de la primera serie del programa ¿Qué nos pasa?, que tuvo tanto éxito en la televisión en la época de Emilio Azcárraga Milmo, regresó 16 años después a hacer la segunda parte, ya con Emilio Azcárraga Jean al frente de Televisa, pero se encontró con otras condiciones: el país ya era otro, los mexicanos también, y la política de la empresa era muy restringida; por tanto, no dejaron que hiciera el programa como pretendía, así que tuvo que dejarlo.Por otra parte, en términos generales consideró que existe una buena apertura en los medios, gracias al presidente Vicente Fox. El quitó esa barrera de un presidente intocable, lo humanizó, y a pesar de que se diga que no ha habido un cambio, sí lo hay: "haber sacado a esos bandidos del poder, haber sacado al PRI, ya es mucho, entonces hay que darle chance a ese señor (a Vicente Fox), para que saque al país, que estuvo sumergido durante 80 años en la corrupción, pues es difícil que en dos o tres años lo haga; estamos siendo injustos con él".Explicó que los programas de comedia que se ofrecen actualmente no son para hacer pensar, sino simplemente para hacer reír a la gente con tonterías, pues a los productores lo único que les interesa es hacer producciones baratas, sin importar el contenido. Rememoró cómo hace varios años, cuando estaba al aire su programa La Cosa, lo corrieron de TV Azteca porque costaba mucho la producción y él no admitió que le pagaran menos. Esta situación lejos de afectarle le benefició, "porque me enseñaron a producir y a valerme por mí mismo". Poco después, Juan Carlos Méndez le robó la idea de su programa, produciendo un programa muy similar al que denominaron Puro Loco, que resultó ser una copia de La Cosa, sostuvo.Ante la escasa oferta actual de programas de comedia en la televisión anunció que descansará un poco de este género para regresar al drama, haciendo el papel de antagonista, de villano, en la telenovela Velo de novia, que empezará a transmitirse la próxima semana en Televisa.En una larga charla, que se llevó más del tiempo programado y en la que respondió a una serie de preguntas formuladas por estudiantes y académicos, el comediante aceptó que errar es necesario, porque lastima el ego y hace a la gente tener coraje para continuar, para no ceder. Aconsejó a los jóvenes ser perseverantes, aferrarse a que las cosas sean hechas como deben ser o mejor no hacerlas. Admitió que el peor error cometido durante su carrera, fue el haber caído en la drogadicción y el alcoholismo, de donde tuvo que levantarse muchas veces, porque "preferí en lugar de la luz, la oscuridad"; de ahí que actualmente deba hacer muchas cosas y tener su cabeza ocupada para mantenerse en el justo medio.Contó sus inicios en el teatro, en 1958, las vicisitudes y las afrentas por las que ha debido pasar en estos 45 años de carrera. En aquel entonces estudiaba arquitectura en el Instituto Politécnico Nacional cuando lo invitaron a una clase, de oyente, con el actor Carlos Ancira, quien le hizo una prueba en el escenario. Al bajar sintió como si le hubieran cambiado la sangre, y decidió continuar en esa profesión. En cuanto a su formación profesional, manifestó pertenecer al teatro denominado de gran vanguardia, que impulsó Alejandro Jodorowski. Tomó clases de pantomima con Marcel Marceau y ha participado en obras serias de autores como Franz Kafka, Eugene Ionesco, Jean Paul Sartre y Nicolás Gogol. Durante nueve años seguidos participó como actor del género clásico, recibiendo diversos premios por sus actuaciones.