El próximo miércoles 9 de julio estará en Tlaxcala el maestro Hugo Huberman, director del Insituto de Género Josep Vicent Marques y coordinador de la campaña Lazo Blanco en Argentina, referente a nivel Iberoamérica en temas de género y en masculinidades, estará en esta tierra de pan de maíz con el propósito de acompañar un proceso de reflexión y análisis en torno a lo que debiera significar un alto honor y una gran responsabilidad: las maternidades y paternidades.
Estas dos palabras encierran una gran complejidad y abren una gama de posibilidades tan diversa que escapan a ese “ideal” de “familia tradicional” que desastrosamente ha pretendido imponer la recién creada Comisión de Familia y Desarrollo Humano en el Senado. Sin duda, debe existir un marco legal mínimo que permita, favorezca y fortalezca a las familias en todas sus expresiones de configuración y organización y, dentro de estos mínimos deben existir aquellos que garanticen y prioricen los derechos de niñas y niños; las licencias de maternidad y paternidad, la prestación de servicios de estancias infantiles para madres y padres por igual, el acceso a trabajos dignos y bien remunerados. Somos un país en donde tener menos de 18 años de edad es un alto riesgo, por la sistemática violación a los derechos y sin duda esta circunstancia tiene como uno de sus elementos fundamentales el que en México ser madre o padre resulta una tarea agobiante por los niveles de pobreza y desempleo que padecemos y por esas inequidades de género que afectan también a los hombres quienes no cuentan mecanismos legales ni de política pública que les permitan cuidar, proteger y cuidar a sus hijas e hijos, a la par que la madre, independientemente de su situación de pareja. Hay que universalizar la responsabilidad de las maternidades y paternidades, porque es también tarea de Estado. En ese sentido, es buen momento para hacer una reconstrucción legislativa a partir de las nuevas formas de organización familiar y se hace pertinente una Ley General de Responsabilidad Paterna y Materna, incluyente, con perspectiva de género y derechos de niñez, como lo plantea la diputada Aurora Aguilar Rodríguez.