Con el objetivo de conocer nuevas alternativas médicas, la Unidad de Atención Integral a la Mujer (UAIM) de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mediante el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO), efectuaron la “Jornada de Urología Avanzada”, encabezada por Mario Romero Ortega, proveniente de la Universidad de Texas en Dallas, con lo que se inicia en México, de manera formal, el proceso de incorporación a la medicina traslacional, que se centra en la aplicación de la investigación básica con beneficio social.
En este contexto, Margarita Martínez Gómez, coordinadora del Centro Tlaxcala Biología de la Conducta (CTBC), mencionó que este tipo de tareas buscan unir el interés por la biomedicina y la parte clínica, para lograr un resultado de impacto en la colectividad.
Dijo que al grupo piloto que atiende la UAIM, se les realizaron 40 consultas personalizadas, a quienes se les practicaron análisis que fueron valorados por el Centro de Urología Avanzada de Chihuahua, actividad que fue complementada con círculos de lectura y ejercicios.
Martínez Gómez indicó que cultural e históricamente la mujer, desde el punto de vista social, ha estado para preservar a la familia e impulsar el trabajo y el progreso de las comunidades, por ello, primero debe atender sus problemas de salud para continuar con el papel de servicio que desempeña.
Recordó que hace más de 20 años un equipo de investigadores de la UNAM y de la UAT inició estudios de fisiología del área pélvica, además de formar recursos humanos en esta rama.
Al tomar la palabra, Mario Romero Ortega, explicó que estos especialistas que lidera Margarita Martínez, son un ejemplo para México y el orbe, porque han llevado la fisiología del aparato genital a un modelo animal muy cuidado, que coincide con el desarrollo de electrónicos miniaturizados implantables e inalámbricos con flexibilidad para activar los nervios.
Enfatizó que estas acciones dan la oportunidad de trasladar el conocimiento fisiológico básico generado a través de 20 años, al tratamiento de una complicación que aqueja a casi el 40 por ciento de la población femenina a nivel global y poco menos a la masculina, en donde algunos casos se atienden por medio de cirugía, pero que, a través de este tipo de implantes, se puede controlar este padecimiento de incontinencia urinaria.