Jueves, abril 25, 2024

Reforma educativa. Una reforma que siempre inicia de cabeza

Reforma educativa. “una reforma que empezó de cabeza porque en todos los lugares del mundo primero se crea el modelo, después se crean los planes y programas, después los materiales educativos, después la capacitación y al último la evaluación”. Afirma el Secretario de Educación Pública.

Hay que recordar que Esteban Moctezuma fue el encargado de implementar el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y Normal, lo que le permite una relación cercana con Elba Esther Gordillo, quien lo reconoce como uno de sus 3 amores. El diseño dura 20 años (1992-2012) y comienza de cabeza.

En su comparecencia con los diputados, informa que la reforma tiene como grandes propósitos: 1) Poner el aprendizaje de niñas, niños y jóvenes al centro. 2) crear un sistema educativo con equidad y calidad. Y, 3) la revaloración integral del Magisterio nacional. Aunque más adelante cambia calidad por Excelencia.

¿Estas preocupaciones son realmente nuevas? O se trata de la refuncionalización de algunas ideas que llevan mucho tiempo presentes, no sólo en el ámbito de la discusión internacional de la educación, sino en la esencia misma de la construcción del sistema educativo mexicano.

Quizá la memoria ayude un poco. Se sugiere dar una revisada a las versiones estenográficas del diario de debates del congreso constituyente 1916-1917. En particular la discusión sobre el artículo tercero.

Educación laica y gratuita. El espíritu del legislador

En el proyecto de Constitución propuesto por Venustiano Carranza, se lee: “Artículo 3º. Habrá plena libertad de enseñanza; pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación, y gratuita la enseñanza primaria superior y elemental, que se imparta en los mismos establecimientos”. Eso es todo

El primer dictamen que se realiza sobre estas 35 palabras, se centra en dos de ellas: laica y gratuita. Sin embargo, el énfasis se pone en la primera. “Excusado es insistir, después de lo expuesto, en que la enseñanza en las escuelas oficiales debe ser laica. Dando a este vocablo la significación de neutral. Se ha entendido que el laicismo cierra los labios del maestro ante todo error revestido de alguna apariencia religiosa. La Comisión entiende por enseñanza ajena a toda creencia religiosa, la enseñanza que transmite la verdad y desengaña del error inspirándose en un criterio rigurosamente científico. No encuentra la Comisión otro vocablo que exprese su idea más que el de laico, y de éste se ha servido…”

La comisión integrada por Francisco J. Múgica, Alberto Román, Enrique Recio y Enrique Colunga, proponen sustituir la redacción: “Artículo 3º. Habrá libertad de enseñanza; pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares. Ninguna corporación religiosa, ministro de algún culto o persona perteneciente a alguna asociación semejante, podrá establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria, ni impartir enseñanza personalmente en ningún colegio. Las escuelas primarias particulares, sólo podrán establecerse sujetándose a la vigilancia del Gobierno. La enseñanza primaria será obligatoria para todos los mexicanos y en los establecimientos oficiales será impartida gratuitamente”.

No una escuela laica, sino una racional

Para que, en casa, no se destruya lo que se hace en la escuela. El constituyente Monzón propone que el concepto de laico sea sustituido por el de racional. Ya que el “El niño siempre, o casi siempre, … es el que llega a las manos del maestro para recibir la luz que debe disipar las tenebrosidades de su alma —acéptese provisionalmente el término— y para recibir también las doctrinas destinadas a extirpar los errores y absurdos de que lo ha provisto la ingenuidad atávica del hogar.”

Se pregunta ¿Qué recomienda el laicismo? “No tratar en lo absoluto dentro de las aulas asunto alguno que trascienda a iglesia y respetar estrictamente las creencias religiosas del hogar, por erróneas, absurdas e irracionales que sean”. Les recuerda que: “La soberanía de un pueblo que ha luchado por su dignificación y engrandecimiento, nos ha confiado la tarea de que quebrantemos los hierros del siglo XIX en beneficio de la posteridad, y nuestro principal deber es destruir las hipócritas doctrinas de la escuela laica, de la escuela de las condescendencias y las tolerancias inmorales, y declaran vigente en México la escuela racional, que destruye la mentira, el error y el absurdo, doquiera se presenten”.

Por lo que pide a la Comisión de Reformas constitucionales. “se haga al artículo 3º de que me ocupo, la única modificación de que la palabra laica, en todas las veces que se presente, se substituya por el vocablo racional”.

El fanatismo no se combate con la persecución, sino por medio del convencimiento

Francisco J. Múgica, expresa que la revolución tuvo como fin vencer al usurpador. Pero, la discusión de la educación: “se trata nada menos que del porvenir de la patria, del porvenir de nuestra juventud, del porvenir de nuestra niñez, del porvenir de nuestra alma máter, que debe engendrarse en los principios netamente nacionales y en principios netamente progresistas, y evidentemente, señores, la ciencia pedagógica ha hablado ya mucho sobre la influencia que la enseñanza religiosa, que la enseñanza de las ideas absurdas, ejerce sobre los individuos para degenerarlos, no sólo en lo moral, sino también en lo físico”.

El diputado Cravioto le recuerda que “El fanatismo no se combate con la persecución, sino por medio del convencimiento. El triunfo liberal sobre la enseñanza religiosa no está en aplastarla con leyes excesivas que sólo producirán reacciones desastrosas. El verdadero triunfo liberal sobre la enseñanza religiosa está en combatirla en su terreno mismo, multiplicando las escuelas nuestras. He aquí el remedio, el verdadero remedio, y lo demás es tiranía”.

Cravioto hace énfasis que “El Estado es la persona moral de la sociedad, el representante político de la nación; debe, pues, fomentar el desarrollo de la cultura pública;… exigir un mínimum de instrucción a todos, para que todos realicen mejor la obra colectiva. Debe suplir la deficiencia de la iniciativa privada abriendo el número de establecimientos de enseñanza suficientes para satisfacer la difusión de la cultura; el Estado, que es neutral en asuntos de iglesias, debe permanecer también neutral en cuestiones de enseñanza; y por lo tanto, se desprende que el Estado puede y debe impartir enseñanza elemental y que ésta debe ser en los establecimientos oficiales laica y gratuita; prescribiéndose la obligación de la enseñanza elemental aunque sea recibida en escuelas particulares”.

Los niños al centro

El diputado Lira manifiesta: “vengo aquí a hablar por la libertad de los niños y no por el jacobinismo. Esa virginidad de la conciencia de los niños nadie debe violarla, ni para imbuir en ella patrañas, o cuando menos puntos muy dudosos y muy discutibles. La Comisión, señores diputados, lo ha interpretado así; el dictamen quiere quitar a las escuelas la libertad para la enseñanza religiosa y no creo que esto nos traiga propiamente ninguna guerra religiosa. Yo creo, señores diputados, que es sencillamente dejar a las escuelas oficiales y particulares la misión que realmente tienen, de enseñar”

El diputado Macías, le hace segunda: “las costumbres de los pueblos no se cambian de la noche a la mañana; para que un pueblo deje de ser católico, para que el sentimiento que hoy tiene desaparezca, es necesaria una educación, y no una educación de dos días ni de tres; no basta que triunfe la revolución; el pueblo mexicano seguirá tan ignorante, supersticioso y enteramente apegado a sus antiguas creencias y sus antiguas costumbres, si no se le educa. Y la manera de educarlo no es quitarle la libertad de enseñanza, sino defender la instrucción.”

El diputado Chapa propone “que el Gobierno sea el único que imparta la educación primaria y que el Poder Legislativo sea el que decrete el plan de estudios. Se me dirá que de esta manera se está violando igualmente la libertad de enseñanza. No, señores; se instituye una nueva obligación a los mexicanos, y esto en bien de la comunidad, … Sería la gran escuela de la democracia, porque…; [porque] si pobres y ricos frecuentan la misma escuela, mucho aprenderán el uno del otro, se respetarán y, lo que, es más, crearán esa Igualdad y esa Fraternidad que tanto necesita nuestro país”.

Reforma educativa. Una reforma que siempre inicia de cabeza

Si el Secretario de Educación Pública afirma ante la soberanía del país. Que el orden adecuado para poder crear una política educativa de Estado es: primero, definir el modelo. Vale la pregunta: ¿Dónde está el modelo educativo de la IV transformación? Porque, hasta ahora, lo único que se ha presentado es la propuesta de reforma constitucional. ¿Una vez más, inicia de cabeza?

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