Rafa Saavedra fue uno de los escritores más sólidos y atrevidos de nuestra generación. De su obra, me quedo con los relatos, hiperkinéticos, audaces, súper libres. Speed & Noise.
A Rafa lo conocí en un encuentro de jóvenes escritores en TJ, en 1997. No crucé palabra con él, pero llegó a mis manos su primer libro, Buten Smileys, que literalmente devoré la misma noche tijuanense en que me lo dieron.
Se trata de un libro impactante, ágil, velocísimo, que hace del espanglés un arma narrativa precisa y sin rubores. Una esgrima verbal, que me reveló que es posible recurrir al inglés sin remordimientos, como ya lo había hecho la generación de nuestros padres, primera que nacía de este lado del río Bravo, según la sentencia de Carlos Monsiváis.
Para entonces Saavedra era una celebridad en Tijuana, una ciudad que amenazaba con revolucionar el arte del país, desde esa joroba geográfica, como lo demostraría meses más tarde el colectivo Nortec, con el que estuvo ligado Rafa.
De hecho, a él se debe la celebérrima frase “Tijuana makes me happy”, que fue retomada por Fussible, uno de los integrantes del colectivo, y que acabó en uno de los álbumes editados, cuando aún estaban juntos & happy.
Polifacético, Rafa ensayó en varios terrenos, teniendo particular interés por lo multimedia, arrastrado por ese imán que es Estados Unidos y su alma electrónica.
Uno de los primeros blogeros del país, cuando la mayor parte de nosotros aún sufría con las Olivetti, supo trasladar a su literatura ese potencial híbrido que representa la tecnología.
Sus relatos no se sienten impostados. Sus personajes fluyen, como un río heraclitiano. Siguen siendo, a pesar de sí mismos, entrampados en una dialéctica que va más allá de la situación planteada. Son deliciosamente superficiales… en apariencia, porque ahí, en los resquicios de sus almas, late una oscura profundidad, que da vértigo cuando uno se asoma en ella. Creepy. Kinky.
Rafa nos quedó mucho a deber. Ahora el beat sigue en otro lado de la Matrix. Que así sea. Give us a break, bro, ‘cause life continues.