Por lo pronto, se ha desatado ya el ir y venir de declaraciones, las renuncias y la renovación de espacios por el tema electoral. Algunas personas piensan en la reelección y otras más en brincar de una curul a otra, incluso por la vía plurinominal o de mayoría. En la burbuja piensan que tienen harto merecimiento. Se vislumbra, otra vez, un proceso electoral lleno de mensajes de odio y con escasez de propuestas, ya veremos si como ciudadanía logramos exigir mucho más que pan y circo y dejar de ser copartícipes de la creación de engendros políticos que sólo detienen el avance social. Y en este escenario esperado, una política de la talla de Anabell Ávalos Zempoalteca ha brindado una grata sorpresa al decidir terminar el encargo que le fue confiado por las y los capitalinos a través del voto.
Bien por Noé Rodríguez Roldán al expresar que su intención es “garantizar la seguridad de los usuarios del transporte público”, porque la plataforma Pronto ha trabajado desde siempre en la “irregularidad”. Si es seria esta intención, entonces la sociedad tlaxcalteca deberá estar muy tranquila porque no encontraremos choferes de taxi abusivos, groseros y caros, mucho menos a choferes de combis y autobuses acosadores, que manejan con exceso de velocidad, que dan “mordida”, que no respetan los descuentos a personas de la tercera edad ni a estudiantes, que manejan unidades viejas, destartaladas y en exceso sucias y que muchas veces no son realmente manejadas por quien aparece en la licencia. El funcionario, acostumbrado a viajar en una buena camioneta y seguramente con chofer, no puede entender cómo gran parte de las y los usuarios que hemos utilizado Pronto, celebramos el trato digno y el precio justo; además de la percepción positiva en seguridad que nos han brindado. Si fuera seria su intención, Tlaxcala debería convertirse en ejemplo a nivel nacional, al contar con un transporte público seguro, eficiente… por lo pronto no tenemos nada que presumir. Personas jóvenes tlaxcaltecas con un proyecto innovador, generando auto empleo y tecnología y ese aire cosmopolita que sí tenemos, han sido limitados por la visión pequeña de quien no sabe reconocer lo que le puede dar mejor calidad de vida a Tlaxcala.