La visita apresurada de Enrique Peña Nieto a Tlaxcala generó expectativas, pese a que lo hizo casi 20 días después del devastador terremoto del pasado 19 de septiembre.
Si bien esta entidad sufrió consecuencias menores, comparativamente con Puebla, Morelos y Ciudad de México, pues los daños solo fueron materiales, se esperaba una noticia relevante para la población por parte de la Presidencia de la República.
Con base en el censo oficial que el mandatario federal mencionó, la cifra es de mil 171 inmuebles afectados en algún grado, tanto en planteles educativos, templos religiosos y viviendas. Reconoció que los daños mayores se registraron en infraestructura educativa, en mil cuatro instalaciones, de las cuales 61 requieren reparación parcial, otras 960 tienen averías mínimas y una necesita reconstrucción total.
En patrimonio cultural, citó que son 133 templos, y 34 viviendas con deterioros parciales. En este recuento, el presidente confirmó lo que autoridades locales han informado. Reafirmó la inversión de 300 millones de pesos para reparar escuelas y las formas para fondear la restauración de las diferentes edificaciones.
Pero nunca precisó el costo de la reparación total en Tlaxcala. A la fecha, no se ha definido el monto que se requiere para templos. En ningún momento las autoridades se han referido a las más de 79 mil unidades productivas perjudicadas por los dos terremotos registrados en septiembre, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Peña Nieto no constató la problemática en escuelas
En esta visita el jefe del Poder Ejecutivo federal llegó acompañado de varios secretarios de Estado, para verificar las condiciones de la iglesia de San Felipe Apóstol en el municipio de Ixtacuixtla, averiada por el sismo del día 19 y a la cual ingresó toda la comitiva que incluyó al gobernador Marco Antonio Mena.
La estancia de Peña Nieto fue breve, menos de una hora y, como siempre, en medio de medidas extremas de seguridad y con asistentes afines que lo recibieron entre loas. No constató la situación de algunos planteles educativos donde la niñez toma clases a la intemperie, ni conoció de manera directa los reclamos de padres de familia que exigen un dictamen confiable, tampoco las de aquellos que han protestado a través del cierre de vialidades y carreteras. Solo vino a tomarse la foto.