Miércoles, abril 24, 2024

Partidos y financiamiento

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La transición política en México ha sido muy cara en términos económicos, los llamados costos de la democracia crecieron sustantivamente, entre los más beneficiados fueron sin duda los partidos políticos, las famosas prerrogativas crearon incentivos para dar la batalla electoral tanto para lograr triunfos electorales como para asegurar cuantiosos recursos púbicos. Muchos de los actores políticos vieron en los institutos políticos una posibilidad de hacerse de dinero a costa de la ciudadanía. Con el pretexto de contribuir a la pluralidad política y consolidar el sistema de partidos competitivos, los actores hicieron su agosto. Esto cambiará a partir de la reforma impulsada por el grupo hegemónico encabezada por Morena en el Congreso de la Unión.

De hecho, el cambio político que se cristalizó el 1  de julio también obedece a una severa crítica a los partidos políticos y a sus actores, que más que acercarse a la ciudadanía generaron una brecha entre sociedad, partidos y gobierno, por eso la reducción de las prerrogativas al 50 por ciento a aplicarse en 2019, tendrá efectos sustantivos en el futuro de la clase política y de la vida interna de los partidos políticos. La reducción hará que disminuya la nómina de la burocracia partidista, disminuirá de forma importante los incentivos para ocupar a los institutos como plataformas para acceder al gobierno y provocará que quienes busquen estar en las boletas electorales sean quienes tengan aspiraciones genuinas por contribuir al desarrollo del país y no como ocurre hoy día que muchos de los que aspiran a obtener un puesto en el gobierno o en el Poder Legislativo ven en esas posiciones una manera de llenar sus bolsillos.

También es posible que la reducción del 50 por ciento impacte en el futuro del sistema de partidos competitivo y estemos en la antesala de más pérdidas de registros en las elecciones intermedias de 2021, pues acostumbrados a gastar, comprar votos y hacer negocio con las campañas, no tendrán esas posibilidades. Sin dinero, sin ideología y sin mecanismos de intermediación y reciprocidad el panorama es para varios partidos francamente desolador, pues los resultados electorales y la forma en que se distribuyó el voto implicó que el PRD, PVEM y Movimiento Ciudadano estén al borde de perder su registro nacional o local y que aunque hagan esfuerzos descomunales para formar coaliciones o alianzas, éstas ni siquiera les permitan lograr su permanencia, tal como ocurrió con el PES y con Nueva Alianza en el proceso electoral de 2018.

En el caso del PRI, la peor derrota en su historia, ocurrida el 1 de julio, no solo representó la pérdida de la Presidencia, sino ver reducir sus espacios de influencia en el Congreso de la Unión, en los congresos locales y en las nueve entidades que no logró ganar que se suman a las que ya pertenecían a otros partidos o alianzas, pues independientemente de la resolución del Tribunal Electoral en el caso de Puebla, las nueve las perdió y esta brutal caída significa una merma sustantiva en su financiamiento público, cuyos efectos serán devastadores, pues la cultura del PRI no se explica sin el acompañamiento del dinero, el puesto y la foto. En sus raíces permanece la idea de “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”, eso dejará de cumplirse y provocará conflictos públicos o privados por el escasos recursos. Es de esperarse que muchos de los militantes, simpatizantes y excluidos de la cúpula acaben por tomar sus maletas y buscar mejor suerte en otros partidos, al PRI le toca cosechar los abusos desmedidos del poder y del dinero y se estará desfondando en los próximos tres años. Sin un financiamiento público alto, es posible que para 2021 el partidazo esté en condiciones de perder su registro nacional. Ese el impacto de la reducción de las prerrogativas y del catastrófico tsunami del 1 de julio.

Por su parte, el PAN está viviendo su propio viacrucis, ahora mismo con conflictos internos y, por ende, en franca disputa por los pocos espacios que retuvieron en los gobiernos estatales y en el Congreso de la Unión. Los efectos del tsunami empiezan a cobrar facturas en dinero, influencia y posicionamiento, la reducción de las prerrogativas sin duda evidenciará que el blanquiazul se convirtió en un partido donde el dinero definió su agenda de las últimas décadas, eso lo perdió y ahora deberá refundarse para lograr permanecer en el mapa político del país. Es posible que en 2021 mantenga su registro, pero su recuperación será muy lenta ante el despliegue territorial de Morena que seguirá creciendo.

Sin duda, la reducción de las prerrogativas es una buena noticia para la ciudadanía que está cansada de tantos abusos de la clase política y al menos provocará que los partidos que quieran permanecer en el sistema de partidos competitivo tengan que ganarse las voluntades ciudadanas con mucha saliva, mejores ideas y mejores perfiles. La decisión de Morena y sus aliados es positiva, los millones de mexicanos pobres al menos sabrán que los partidos ya no se darán vida de ricos.

Entre tanto, la víspera de la feria, las ausencias son múltiples, el cartel del palenque solo recoge el gusto de un sector de la población, los demás tendremos que vivir de los recuerdos. Las ausencias cuestan y este año han sido muchas, la feria es reflejo de éstas, veamos si se recompone.

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