En este año se conmemoran los primeros 25 de la Convención sobre los Derechos del Niño, documento en el que se precisa que “el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión”. La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) reconoce que en términos de la legislación constitucional, México ha adoptado los lineamientos de la Convención, se requieren mayores modificaciones legales para que ésta tenga un impacto real. Asimismo, son necesarios mecanismos claros de exigibilidad para cumplir con los derechos de la niñez.
En 2013, se realizó el foro “Paternidad Responsable: Niñas y Niños con Derechos Plenos Construyendo Ciudadanía”, convocado por Mujeres en Consenso y la diputada Aurora Aguilar Rodríguez, con el propósito de reflexionar sobre los altos costos sociales generados por la falta de una cultura de paternidad y maternidad responsable; por ejemplo, el subsecretario de Inclusión Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Ignacio Rubí Salazar, informó que 31 mil 700 niños trabajan en el estado.
Además, ocupamos el lugar 18 en todo el país por los casos de embarazos no planeados y el primero por embarazos en adolescentes. Estas cifras bastan para llamarnos a la reflexión en torno de la calidad de vida de nuestra niñez y sobre lo que pensarán y sentirán al darse cuenta de que si sus oportunidades disminuyen, se debe principalmente a la falta de responsabilidad de su padre o madre. Aunque no es exclusivo de los varones, existe una alta incidencia de quienes se lavan las manos para evadir sus obligaciones al traer un hijo al mundo, agravándose la situación cuando las parejas que se sacan los ojos atropellando sin medida los derechos de las y los menores. Es momento de pensar en las y los niños, empezando por garantizar sus derechos a la identidad, filiación y alimentos. Así que antes de pensar en evadir responsabilidades o lastimar a la ex pareja, deberemos pensar en el pleno y armonioso desarrollo de nuestras hijas e hijos. La responsabilidad es de dos.