Aunque aseguró que los murales de Palacio de Gobierno se encuentran en buen estado de conservación, el restaurador Jorge Herrera Cedillo advirtió que los problemas de humedad continuarán hasta que no se subsane lo del subsuelo y el manto freático que pasa por debajo del inmueble y que tendría que ser desviado en su trayectoria.
El especialista del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) expuso lo anterior en una rueda de prensa que fue convocada para dar a conocer el avance que registra el proyecto de conservación y restauración de las pinturas murales de Desiderio Hernández Xochitiotzin y Rodolfo Ayala.
Informó que los trabajos que realizan, bajo su mando, cinco especialistas del INBA tienen un avance del 75 por ciento, por lo que estimó que el proyecto será concluido el próximo 30 de noviembre.
En general, indicó, los murales están en perfectamente conservados, “los 450 metros del maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin, que son los más importantes, están muy estables, salvo las afectaciones por sismos, humedad, prácticamente lo demás está en buenas condiciones”.
Para el especialista, lo que se debe controlar y atender de manera un tanto urgente es el problema de humedad del inmueble, si bien observó que esta labor corresponde a la Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi), por tratarse de un edificio propiedad del gobierno del estado.
“Siempre estará con el problema de humedad mientras no se subsane lo del subsuelo y el manto freático, que hay que desviarlo”, señaló.
Respecto de los trabajos en el mural, explicó que son de conservación y restauración, y tienen que ver con limpieza, consolidación y reintegración cromática, a base de acuarela, que es la técnica más apropiada para intervenir un fresco, abundó.
Estos trabajos iniciaron el mes de septiembre pasado, para los cuales el gobierno del estado destinó un presupuesto de un millón 13 mil pesos. La intervención comprende, en la planta baja y en el cubo de las escaleras, los murales pintados por Desiderio Hernández Xochitiotzin entre 1956 y 2000, y las pinturas de la planta alta elaboradas en 1947 por Rodolfo Anaya.
Herrera Cedillo refirió que la parte correspondiente a Rodolfo Ayala ya fue concluida. Destacó la labor de los cinco especialistas que le apoyan, pues “son muy precisos y meticulosos” en su labor.
Subrayó la necesidad de que se diseñe un programa de conservación de los murales, para que sean intervenidos cada dos o tres años, pues actualmente solamente son atendidos cuando presentan algunos problemas.
Esta ocasión, reveló, los trabajos se realizaron por las fisuras y grietas que provocaron al inmueble los sismos de septiembre de 2017, “y ya estando aquí una conservación”.