“En Tlaxcala ser mujer es algo malo, pero es peor ser transexual, porque pareciera que dejamos de ser personas y perdemos derechos”, acusó Gisele, al coincidir que en esta entidad se carece de acceso a la justicia.
Lo anterior, durante un conversatorio, organizado por la Alta Escuela para la Justicia, a través del Intercity: Italia, Argentina, Colombia, México, del 12 al 16 de marzo, efectuado en el Instituto de Estudios Superiores Dante Alighieri de Tlaxcala A.C.
Antes de Gisele, una mujer joven de nombre Diana, se quejó porque este estado “no me da justicia”, pues sufrió violencia machista, pero recibió atención inadecuada por parte de las instituciones a las que recurrió.
“Necesitaba ir con golpes, moretones y sangre, casi muriéndome” para que –subrayó- consideraran mi caso como un delito grave. Le respondieron que su situación se ajustaba a la fracción I del artículo 236 del Código Penal, “pues –dijo- me dieron a entender, él te pegó despacito, vete a tomar una terapia al DIF, síguele adelante”.
Reclamó al Estado porque no le cumplió en el seguimiento a su problema, sobre todo en atención psicológica. “Me dejó en el aire; cargo con broncas horribles. Me dijeron, ¿no va a volver con el señor?, es que todas regresan”.
Gisele refirió que si en esta entidad las mujeres “son vistas del hombro para abajo, nosotras personas transexuales, peor peor peor. Pareciera que al transicionar de mujer a hombre o de hombre a mujer, dejamos de ser personas, porque perdemos derechos a la educación, a la salud, a servicios jurídicos. Se nos priva de libertad y derechos”.
Repasó que para lograr el reconocimiento jurídico como mujer, por parte del Registro Civil, tuvo que promover un amparo. “Nos ven como un mal, algo negativo, por el machismo y la educación. En mi caso, al pasar de hombre a mujer, voy de más a menos, porque la mujer no vale nada, no tiene derecho a nada”.
Lucía Lotti, procuradora de Roma e integrante del III Intercity, respondió a preguntas y precisó que en su país hay avances significativos, pues los impartidores y procuradores de justicia son absolutamente independientes del poder político.
Sin embargo, anotó que en Italia el índice de violación sexual y violencia es alto, pero las víctimas reciben tratamiento especializado. Comentó que el fenómeno de la migración también ha generado un “tráfico espantoso de personas”, sobre todo de menores de edad no acompañados. A esa nación llegan infantes de Egipto sin identidad y entran al mercado del narcotráfico, prostitución y tráfico de órganos.