Con la aplicación del INE, no habrá ningún candidato independiente en la boleta electoral de 2018. Sendos problemas ha generado la recolección de firmas de los suspirantes independientes a la presidencia de la República, pues las fallas de conectividad se han multiplicado en prácticamente todo el territorio nacional, mostrando la brecha tecnológica que persiste en el país. De hecho, la innovación propuesta por el INE, no sólo ha puesto en jaque a los promotores y suspirantes sino que ha dejado de manifiesto la escasa visión de los consejeros, al suponer que todos los mexicanos tenemos el mismo nivel de acceso a la tecnología. México no es territorio INE.
El problema de la conectividad y, por ende, acceso, rapidez y validación de datos que están padeciendo los suspirantes, echa abajo el éxito discursivo de la reforma en telecomunicaciones impulsada por el gobierno mexicano, el Pacto por México y aprobada en el Poder Legislativo, en virtud de que no todos los mexicanos tienen acceso a la red mundial de internet, ni todos los mexicanos tienen celulares de alto nivel tecnológico, ni mucho menos tienen acceso al conocimiento que supone el uso eficaz de nuevas aplicaciones, pues a pesar de que el gobierno afirma, una y otra vez, que la conectividad es para todos, la realidad es que hay miles de ciudadanos que carecen de este nivel de tecnología. A ello se debe añadir que a pesar de que los promotores tienen acceso a la red, el punto es que la señal es débil, se corta o de plano no hay en los aparatos que se han destinado para la recolección de firmas, lo que ha provocado serios retrasos en la integración de la firma.
A la conectividad se suma el poquísimo interés que han despertado las candidaturas independientes, a la fecha y tal como van los registros, la probabilidad de que algunos logren la meta cada vez se agota, lamentablemente el fracaso de la aplicación del INE será usada por los suspirantes para culpar a la árbitro electoral de limitar el derecho ciudadano de votar y ser votado, de crear un mecanismo tecnológico sin las pruebas suficientes para este proceso y más de un independiente desacreditará desde ahora el proceso electoral de 2018.
De hecho, una cosa es la fallida conectividad y otra es el interés ciudadano en algún suspirante, sin embargo, el INE debió realizar las pruebas pertinentes para validar el éxito de la aplicación, pues más allá de las exigencias de los suspirantes, lo que está en juego es la certeza, imparcialidad y credibilidad del proceso electoral 2018, se inicia mal y se inicia así por la torpeza de suponer que el territorio nacional es homogéneo, con altos niveles de ingresos y que cualquier ciudadano tiene plan de datos, vive en zona wi fi o tiene la capacidad de transferir datos al vecino de al lado. Ese México no existe, por el contrario lo que caracteriza es un mosaico de colores, brechas de desigualdad entre entidades federativas, no es lo mismo Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche que Jalisco, Ciudad de México, Nuevo León y Querétaro, las regiones existen y en ellas las diferencias persisten. La propia geografía del país es un elemento que el INE debió considerar, pues muchas comunidades no tiene acceso a la red, la propia dispersión de la comunidades (miles), así como los grandes relieves y las mismas condiciones de pobreza, cultura y condiciones socioeconómicas e históricas son factores claves y en ellas se observa la brecha tecnológica. ¿Acaso los consejeros no conocen el territorio nacional?
De hecho, la fallida conectividad, no sólo afecta al INE y a los suspirantes, sino que de paso ha puesto en jaque al gobierno federal, a los estatales y municipales quienes presumen los miles de millones de pesos que han gastado para que haya acceso a internet, la realidad es que es un fracaso; ocurre que hasta en las oficinas del gobierno se carece de acceso, en las zonas de influencia ciudadana como los centros históricos, simplemente no hay, si pasa en el México de todos los días, entonces ¿cómo es que se les ocurrió a los consejeros del INE que la conectividad es para todos?, ¿cómo se les ocurrió pensar que los gobiernos de cualquier nivel cumplen la promesa de cerrar la brecha tecnológica?, ese es el tema y la consecuencia es poner en entredicho el proceso electoral.
Al respecto, entre los suspirantes, Margarita Zavala se está dando de topes en la pared, pues las sumas no le cuadran, ésta no ha recibido las miles de muestras de apoyo a su favor que suponía lograría al salirse del PAN, no hay tal lluvia de gente formándose en la fila para ofrecerle la famosa firma; sin embargo, el INE ya le dio elementos para la victimización, el fracaso de la candidatura independiente de la esposa de Felipe Calderón será facturada a nombre de los consejeros del árbitro electoral, la culpa será la fallida aplicación, ¡qué necesidad!
La red, el celular y otros aparatos sirven para ampliar la comunicación y está vista su utilidad, ayudan a establecer un mayor flujo de datos en un corto tiempo, pero de eso a que sean fiables para un proceso electoral dista mucho, aún más cuando miles de millones de pesos se han ocupado para el enriquecimiento personal de los funcionarios corruptos en vez de aumentar la conectividad. Código R.