Jueves, abril 25, 2024

México debe comprender que es un pueblo mestizo: Úrsula Camba

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Parte fundamental de la reconstrucción del tejido social del país es poder mirar atrás para encontrar en ese espejo que es la historia, con todas sus polémicas y en todas sus versiones, un reflejo que permita comprender que México es un pueblo mestizo, consideró la investigadora e historiadora Úrsula Camba Ludlow.

Al dictar la conferencia “Repensar la conquista. Reflexiones en torno al mestizaje”, como parte de las actividades programadas por la Comisión Organizadora de los 500 Años del Encuentro de Dos Mundos, la especialista egresada de El Colegio de México (Colmex) cuestionó que la historia ha sido utilizada como una doctrina del odio, “que no sirve, no explica, no se entiende” para construir un diálogo enriquecedor que permita a la sociedad saber de dónde viene y por qué es así.

Con la participación de Úrsula Camba, que tuvo lugar este miércoles en el Teatro Xicohténcatl, dio inicio el ciclo de conferencias “Reflexionando Tlaxcala” que se celebrará a lo largo de todo el año, y también se presentó el libro “Cara o cruz: Hernán Cortés”, de Alejandro Rosas y la investigadora.

De inicio, la conferencista consideró que de los hechos históricos del país, el de la Conquista es uno de los más desconocidos por el pueblo mexicano, derivado de la forma como se ha enseñado la historia, pues se privilegió el aprenderse las fechas de las batallas, de los tratados, los nombres de los grandes héroes, “lo que se llamó la historia de bronce”.

Esta situación, abundó, revela “un desconocimiento total de la historia de México, en general, y de la conquista en particular, y un ejemplo de ello es la solicitud de disculpa que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Corona Española por lo sucedido hace 500 años.

Para Úrsula Camba, ese episodio histórico debe ser analizado y comprendido con base a los valores existentes en esa época, entre ellos que se trató de una conquista lo que implicó sangre y matanza y que lo que buscaban Hernán Cortés y sus hombres fue la gloria y la fama, no sólo la riqueza.

“Creo que es importante ahondar en el tema, leer muchísimo y tratar de no aplicar modelos a realidades que no se adaptan. Creo que en la medida en que conozcamos más y sepamos más, vamos a poder transmitirlo con mayor claridad y con menos odio.  No entiendo por qué la historia se utiliza como una doctrina del odio, no sirve, no explica, no se entiende, y creo que hay que partir en general, no solo de los tlaxcaltecas, de respetar a nuestro interlocutor aunque piensa distinto, no decir que es un estúpido porque piensa diferente”.

Partiendo de eso, sostuvo, se puede construir un diálogo mucho más enriquecedor, pero si partimos siempre de que el otro está equivocado, lo único que vamos a hacer es abonar a un clima de por sí ya complejo, de encono y de odio. “Lo importante es leer mucho, leer cosas de calidad, cosas buenas, que vayan forjando el criterio más crítico, de análisis y reflexión, no de descalificación del otro”, expuso con relación a críticas que recibió en twitter por cuestionar la solicitud de disculpa hecha por López Obrador.

Nos toca, consideró, comprender de dónde venimos, por qué somos así, pero no podemos culpar al pasado de nuestras propias decisiones y actos, “decir: ‘ay, acepté un soborno, es culpa de (Hernán) Cortés”, si me pasé un alto fue por culpa de (Pedro de) Alvarado”.

Aseveró que ni todos los españoles que llegaron hace 500 años eran iguales y tampoco tenían los mismos privilegios, así como todos los indígenas no eran todos iguales. Señaló que las relaciones y los vínculos que se realizaron en ese entonces se sustentaron en malentendidos, en suponer lo que el otro estaba pensando, por ejemplo, la matanza protagonizada por Pedro de Alvarado cuando Cortés salió a Veracruz a combatir a Pánfilo Narváez.

De acuerdo con Úrsula Camba los españoles no entendieron los rituales a Huitzilopochtli que estaban haciendo los aztecas y, en su lógica de su propia codicia y carácter, pensaron que se estaban preparando para matarlos y decidieron masacrarlos.

Para la investigadora, “parte fundamental de la reconstrucción del tejido social del país es poder mirar atrás para encontrar en ese espejo, quizás empañado, quizás roto en sus bordes, un reflejo que nos permita comprender lo que hoy somos: un pueblo mestizo”.

Por su parte, Alejandro Rosas, coautor del libro “Cara o cruz: Hernán Cortés”, subrayó la necesidad de acercarse a la historia sin prejuicios y destacó que a diferencia de años atrás, cuando solo existía una versión histórica, ahora cualquier suceso puede se confrontado.

“Obviamente como solamente teníamos una versión, nos quedábamos con ella, pero hoy ya se puede consultar la historia, cualquiera que sea, con cualquier otro. Creo que lo importante es entrarle a la historia no con ideas preconcebidas, volver a redescubrir la historia, pero sin pensar que los españoles eran malos y los aztecas buenos.

“Creo que tenemos que hacer un ejercicio de streptease intelectual, de prejuicios. También es necesario contar la historia quitándole lo solemne, porque al final todos esos güeyes (los personajes históricos) eran seres humanos, seguramente se buleaban entre ellos, se reían, un día estaban de malas y al otro de malas, pero aquí, esta historia de bronce y de mármol convirtió todo en solemne”.

Para Alejandro Rosas la participación de los tlaxcaltecas en la conquista de Tenochtitlán no fue una traición, “porque eran distintas naciones, distintos pueblos, que para bien o para mal habitaban en el mismo tiempo y en el mismo espacio, tuvieron que llegar a acuerdos o desacuerdos y enfrentarse. Yo creo que, como dicen, la ocasión la pintan calva, los tlaxcaltecas la aprovecharon. Creo que hay que dejar atrás el asunto de la traición”.

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