Su actitud emprendedora, su amor, dedicación y pasión con lo que hace las cosas son características en Marco Antonio Escamilla Figueroa, quien sueña con tener una micro cervecería para que en el futuro él supervise los procesos y posicione a su bebida La Taurina en el mercado nacional.
Su esposa Rocío señala que todas las cosas que realiza Marco Antonio las hace desde el corazón, porque pone mucha dedicación y amor a lo que emprende.
Marco Antonio tiene 53 años de edad, tiene estudios truncos en la carrera de Arquitectura, pero eso no ha sido obstáculo para desarrollarse profesionalmente en otros ámbitos. Actualmente trabaja en el área administrativa de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (USET) y, a la par, impulsa el proyecto de crear una micro cervecería.
En entrevista con La Jornada de Oriente menciona que hace seis años descubrió que se empezaban a abrir negocios con cervezas importadas o artesanales mexicanas. “Me llamó la atención porque en pláticas con dueños de esos lugares me empezaron a decir cómo eran los procesos de producción. Desde joven siempre me ha gustado producir algo, a lo que me dedique me gusta producir”.
Hace 25 años contrajo nupcias con Rocío y en ese entonces fabricaba ropa, “compraba los rollos de tela y los cortaba para confeccionar shorts, bermudas y camisas, las mandaba a maquilar con un amigo en Acuitlapilco y él me empezó a abrir los ojos en ese negocio de que existía oportunidades de crecimiento”.
Antes de hacer cerveza artesanal, preparaba salsa de chile habanero, vivía en Oaxaca y vendía su producto a marisquerías y otros negocios, luego empezó a hacer los chiles en escabeche con vinagre.
“Siempre me ha gustado producir algo y la cerveza ni se diga, me llamó mucho la atención, hace seis años fue la primera vez que hice cerveza, primero me documenté bien por internet y un primo que se fue a Estados Unidos trabaja en una empresa de cerveza y me mandó, vía correo, el procedimiento, no recetas, porque no lo puede hacer, pero me compartió información desde el procedimiento de la producción hasta el embotellado, fue un compendio de información y más me llamó la atención”, menciona.
Hasta que se aprendió bien el proceso se puso a investigar sobre quiénes vendían materia prima y los comercializadores le empezaron a hacer llegar kits para principiantes, lo que incluía la malta de cebada, llenadores de botella y tapador de corcholata, fueron varias cosas, era el manual básico para hacer lotes de 20 litros.
Recuerda que la primera producción de cerveza artesanal le salió muy buena, “creo que fue de las mejores, en opinión de mi esposa y familiares, cuando estuvo lista para tomarse, los invité y la probamos”.
Posteriormente empezó a informase más acerca de los ingredientes que se pueden agregar, pues actualmente hay muchas variantes que los cerveceros han querido hacer, hay de sabores e hizo sus inventos.
Asegura que lo que empezó como un hobby, desde hace dos años ha concebido la idea de hacer un negocio como proyecto de vida, “he ido aumentando mi capacidad de producción con equipo que he adaptado de acuerdo con lo que dictan los cánones y con mi experiencia”.
Explica que lo básico de la producción es la maceración del grano, “entonces primero empecé con una hielera que adapté con un colador que yo mismo soldé de cobre, ahora ya tengo un macerador de 60 litros y una unidad de cocción de 50 litros… mi idea es crecer, con el equipo que tengo ya puedo producir un lote de 45 litros que me representa en botellas de 355 mililitros alrededor de cinco cartones de 24 botellas de cerveza cada uno”.
Marco Antonio ya había encadenado varios lotes y con eso empezaba a abrir mercado en Chalco, Estado de México, y en la Ciudad de México, pero por un problema de salud que implicó que le realizaran una cirugía, dejó de producir.
El precio al mayoreo de su cerveza artesanal es de 550 pesos el cartón, de manera que por unidad es de 23 pesos.
“La cultura de la cerveza artesanal ha crecido, mucha gente que viene a Tlaxcala busca dónde se vende cerveza artesanal”, destaca.
En su caso y como parte del proceso para abrir mercado, entrega su cerveza por consigna a restaurantes, a fin de que la gente conozca el producto.
–¿Es difícil ser empresario?
–Ser empresario sí, sobre todo por la falta de financiamiento, tal vez tengo una buena idea, un producto que gusta, la gente lo dice, pero requiero de capital.
–¿Qué te faltaría para consolidar este negocio?
–Financiamiento básicamente, tengo un proyecto de negocio. Hice una presentación para invitar a algún inversionista, he estado haciendo citas con personas de la Ciudad de México, aquí no, pero si surge alguien, lo analizamos. Necesito capital para comprar una planta de cocción de 100 litros. Ya incluye un sistema de rebombeo. El proyecto que propongo es de 120 mil pesos, incluye la planta y la materia prima porque quiero facilitar los procesos y aumentar la capacidad de producción.
Marco Antonio reconoce que no ha explorado los programas de apoyo a los emprendedores que ofrecen los gobiernos federal y estatal, “no me he enfocado a eso, pero algo que tengo que hacer es tramitar la marca de la cerveza. La marca es La Faena y tiene los sub nombres Gaonera y Verónica, me gusta la fiesta brava”.
Apunta que él ya cumple con los requisitos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), pero si quiere incursionar en otros mercados también tendrá que tramitar el código de barras.
–¿Qué representa para ti la cerveza?
–Una oportunidad de negocio, una oportunidad de mejorar mis ingresos y mi calidad de vida, mi sueño es crear una micro cervecería donde pueda estar supervisando los procesos y posicionar la bebida en el mercado. La cerveza es un producto noble, si bien contiene alcohol y debe beberse con moderación, pero es un placer para el paladar. Es una de las bebidas más placenteras que puede haber.
–Cita tres características que debe tener la cerveza
–Cuerpo, sabor y textura.
–¿Por qué la gente debería comprar tu cerveza artesanal por encima de otras marcas?
–Porque sin lugar a dudas tiene mejor calidad, sabor, textura y cuerpo.
Por último, invita a los consumidores de cerveza a que le den la oportunidad a la cerveza artesanal y sobre todo la que se fabrica en México, pues es de buena calidad, van a encontrarse con otras sensaciones en el paladar, en olfato y gusto, es de mejor calidad que las comerciales y además impulsarían a un sector que está en crecimiento.