En medio de todo el desconcierto y la desesperanza que se vive en el país por la gravedad de las violaciones a los derechos humanos que se traducen en desapariciones, ejecuciones sumarias, holocausto migrante, feminicidios, trata de personas y con todo este dolor de saber que en este país defender derechos humanos, ser periodista o estudiante, implica un alto riesgo de vida o el mirar escenas tan trágicas como lo es que la última voluntad de una madre que busca a su hijo, sea que su féretro sea expuesto frente a la Secretaría de Gobernación federal, como protesta por no encontrar respuestas, ni conocer la verdad del paradero de su vástago, por morir sin tener justicia; se hace necesario buscar aquellas cosas buenas que brillan y nos hacen aún tener confianza y creer que las cosas no sólo pueden sino deben cambiar.
Y es precisamente porque la indiferencia no es opción frente a la injusticia, es que debemos celebrar y fortalecer esos pequeños grandes esfuerzos que de manera responsable, comprometida y confiable se hacen presentes con acciones quizá calladas, pero constantes que dan testimonio de alegría, esperanza y sobre todo porque están impulsados por personas jóvenes.
Algunos ejemplos: la campaña #SinTags #DiloSinOdio que en el estado es promovida por Seraj, a través de Tanya Isidoro, y que hace equipo con el Instituto Tlaxcalteca de la Juventud; el trabajo de apoyo humanitario realizado por Un Mundo Una Nación, en el que la juventud tiene un papel relevante y fundamental, como es el caso de Martín Morales Guerrero; la importante labor del Programa de Atención Alimentaria de ABC Banco de Alimentos de Tlaxcala, que otorga paquetes alimenticios a más de 3 mil 500 personas semanalmente y en el que colaboran Anabel Díaz Cantón y Karen Gabriela Aldana Barragán; la tarea altruista realizada por las y los jóvenes de Rotaract, que impulsan campañas de concientización sobre detección de cáncer de seno y su programa Abriguemos Tlaxcala, para donar cobijas a las comunidades que más lo necesitan, en el que el liderazgo de Ilsey Nohemí Figueroa Solís da muestra de la madera de quienes participan en este espacio. Estas luces nos iluminan, nos toca hacerlas más fuertes.