Miércoles, abril 24, 2024

Jesús Hernán recomienda cuidar a la esposa

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Jesús Hernán asegura que en la vida el ser humano no debe pensar ni hacer tonterías, así como cuidar siempre a la esposa porque ella es la que al final está pendiente de su marido
Jesús Hernán asegura que en la vida el ser humano no debe pensar ni hacer tonterías, así como cuidar siempre a la esposa porque ella es la que al final está pendiente de su marido

Todo hombre que aspire llegar a viejo, debe cuidar no la salud ni la cartera, sino a la esposa, porque cuando ella falta, uno no tendrá tiempo de pensar en el dinero ni en otra cosa, sostiene Jesús Hernán, un hombre que a los 91 años de edad tiene “muchas ganas de vivir, aunque a veces ni sé para qué”.

Es más, don Chucho, como le conocen sus vecinos de la ciudad capital, tan distraído está que no sabía ni recuerda que este 28 de agosto se celebra el día del abuelo, porque “mis nietos no los tengo cerca, ellos, como mis hijos, ya hicieron su vida y me están dejando hacer la mía”.

En México, el día del abuelo se celebra el 28 de agosto gracias a la propuesta que en la década de 1990 hizo el locutor Edgar Gaytán Monzón, pero eso poco o mejor dicho nada importa a don Chucho, quien a su manera disfruta la vida, porque “de las autoridades no hay que esperar nada, ni tampoco de los hijos y mucho menos de los nietos. Uno debe trabajar de joven para poder vivir de viejo”.

Él forma parte de las estadísticas gubernamentales. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Tlaxcala tiene una población de un millón 169 mil 936 personas, de las cuales el 8.4 por ciento, es decir, 98 mil 229 personas, tienen 60 o más años de edad.

De acuerdo con estimaciones, para el año 2030 se pronostica que serán aproximadamente 137 mil 470 habitantes mayores de 60 años de edad, lo que representaría el 9.06 de la población total estatal.

Del análisis de estos datos, se identifica que en el periodo 2013–2030, la población de este grupo de edad se incrementará en 83.63 por ciento; sin embargo, en relación a la población total estatal, se observa un incremento moderado en este grupo de población de 3.04 puntos porcentuales.

Por lo anterior, resulta urgente no pasar por alto estos cambios predecibles en la estructura poblacional, a fin de prever la cobertura de las necesidades básicas de los adultos mayores.

El envejecimiento de la población trae consigo grandes desafíos para las políticas públicas, ya que deberán incorporarse nuevas estrategias y programas que permitan satisfacer las necesidades de este grupo poblacional con oportunidad, equidad y eficiencia.

A menudo, envejecer es sinónimo de pérdida de salud. Por ello, se recomienda envejecer activamente, lo cual se traduce cómo mantener y recuperar la funcionalidad física, mental y social, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen.

Sin embargo, para el originario de la comunidad de San Jorge Tezoquipan, perteneciente al municipio de Panotla, no hay ningún interés ni preocupación porque las autoridades diseñen políticas públicas a favor de este sector de la población, pues él, como ex empleado del extinto departamento del Distrito Federal, ya cuenta con una pensión que “no me hace vivir en la riqueza, pero para chiles, tortillas y frijoles me alcanza”.

Don Chucho tiene 10 años de vivir en soledad, pues hace una década su compañera de vida, de sueños y de andanzas falleció y con ello la realidad de su economía es clara.

“Ya no quiso trabajar (dice entre risas). La edad y las enfermedades propias de la vejez me la quitaron. Pasamos muchas cosas juntos, pues vivimos más de 60 años juntos, pero así es la vida, llegamos solos al mundo y así nos vamos a ir”, dice.

“Antes no me preocupaba por el dinero, porque con lo que llegaba de pensión ella se dedicaba a las compras. Las buenas mujeres son buenas magas, hacen que alcance y si no aparecen las cosas”, dice don Chucho entre risas.

Aunque es padre de seis hijos, de los cuales sólo le sobreviven dos, así como seis nietos, ahora él tiene que enfrentarse a su realidad.

Este miércoles, “ahora que salió el de amarillo (el sol), me voy temprano a comprar el recaudo para la semana… ahí donde me ve me guiso y hago la limpieza de la casa, sólo doy a lavar mi ropita, que no es mucho”.

–¿Cuál es el secreto para vivir tantos años y con tanta fortaleza?–, se le inquiera al hombre que camina apoyado de un bastón y usa lentes oscuros.

–Dos cosas, que no son secretos: no pensar ni hacer tonterías y la mejor, cuidar siempre a su esposa en todos los sentidos, desde salud, comida y vestido, porque sólo así nos duran en la vida, porque cuando ellas se van se acaba la magia, la familia y hasta las ilusiones y vienen las preocupaciones, responde con suma claridad este hombre que a sus 91 años de edad tiene ganas de caminar, de sonreír, en fin, de vivir.

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