Parafraseando aquello de estar muy lejos de dios y muy cerca de los Estados Unidos, Tlaxcala tiene que agradecer estar muy cerca del centro del país y en frontera con entidades que impulsan la industria que registra el mayor dinamismo en México: la automotriz.
La experiencia de la industria alemana en Puebla ha sido estimulante y benéfica para los medianos y micro empresarios locales, ya que la proveeduría de autopartes ha mantenido un desarrollo constante.
La instalación de una nueva empresa alemana en los límites del territorio, sin duda que se convierte en la oportunidad para fortalecer la economía local, siempre y cuando se logre articular e integrar un marco jurídico, conocimiento, dinero y logística.
El gobierno del estado organiza desde hace años lo que denomina la puerta a los grandes negocios: el foro automotriz para acercar a los tomadores de decisiones de esta industria y sectores vinculados a la misma, como reza su publicidad.
El evento por sí mismo, si se logra consolidar, puede convertirse en un polo de atracción e incidir marginalmente en la economía tlaxcalteca, por el gasto que realizan los asistentes en los rubros de transporte, alimentación, hospedaje y uso de instalaciones, pero esa no es la finalidad.
Al concluir el evento siempre se informa del número de empresas que estuvieron presentes, los asistentes, los negocios agendados y los millones de dólares negociados, empero, la inversión no se ve por ningún lado.
Sin duda que es una apuesta a largo plazo, el problema es que los tlaxcaltecas viven, comen y sufren por empleo todos los días. Difícil se torna la recuperación de la infraestructura para el desarrollo de la industria ¡Pero no se tienen muchas puertas abiertas!