El gusto de Luis Alberto por la historia de México encontró hace un año una nueva forma de conocerla, ahora a través de los billetes y monedas que han circulado a lo largo de los años, y que en su impresión y uso contienen episodios históricos que son parte importante en la conformación de este país, pero que son desconocidos por la mayoría de la gente común, pues no son proporcionados en las aulas escolares.
Por ejemplo, refiere este joven originario del Distrito Federal, pero avecindado en Tlaxcala desde hace 14 años, la gente desconoce que en tiempos de la Revolución Mexicana, prácticamente cada estado emitía sus propios billetes, los cuales no tenían valor fuera de éstos.
Luis Alberto Morales Olvera supo de todo ello gracias a que hace un año se aficionó a la Numismática, que es una ciencia auxiliar de la historia que estudia el dinero en todas sus formas, aunque originalmente tan sólo se ocupaba de monedas y medallas.
La Numismática proviene de la palabra latina “Numisma” y ésta del griego “Nomisma” derivada de “Nomos” que significa costumbre o convención. Esta ciencia puede dar testimonio inestimable de los intercambios y de la economía de los pueblos, así como de su historia política, geográfica, religiosa, etc.
“Empecé hace un año a conocer la Numismática, a comprender la historia de México dentro de los billetes y monedas. Es una forma distinta de aprender la historia del país, porque todos los billetes y monedas tienen un pasado histórico por el cual fueron hechos, desde tiempo de la Conquista, las primeras monedas que trajeron los españoles, y que los equivalentes que hicieron aquí en el país les dieron nombres originales de las monedas de allá”.
Luis Alberto recuerda que su afición a la Numismática comenzó cuando conoció a Isaac Sarmiento, quien tiene un taller de joyería en la ciudad capital y vende monedas y billetes antiguos a coleccionistas.
Desde entonces, se asoció con esta persona y también se dedica a vender estas monedas y billetes antiguos en diversas plazas a través del Tianguis Cultural Ocotelulco, el cual está instalado en estos días en la Plaza Juárez de la ciudad capital, enfrente de la sede del Congreso del estado.
En entrevista, comenta que es pasante de la Licenciatura de Derecho, pero siempre ha sentido una inclinación especial hacia la historia de México, por lo que además de exponer y vender las monedas y billetes antiguos, aprovecha para dar pláticas a los transeúntes sobre diversos pasajes históricos del país, pero todos relacionados con la impresión y uso del dinero.
En este tenor, recuerda que fue Benito Juárez quien, una vez que regresó a la Presidencia de México, tras la derrota de la intervención francesa, implantó el sistema decimal, por lo que todas las monedas conocidas desde la época de la Conquista española como reales se fueron sustituyendo por centavos y pesos. “Esa estabilidad duró hasta 1910, pues durante el régimen de Porfirio Díaz se consolidó la aplicación de la moneda. En ese momento un centavo de cobre alcanzaba para comprar muchas cosas, aunque se continuaron haciendo pesos de oro y de plata”.
En la época de la Revolución Mexicana, refiere, surgieron muchas monedas debido a que cada grupo revolucionario tenía su zona de influencia, por lo que emitían dinero con valor en esos lugares, por ejemplo Zapata mandó hacer dinero que valía sólo para los estados de Morelos, Puebla y Guerrero.
A su vez, Francisco Villa mandó acuñar monedas con el distintivo de la División del Norte que comandaba, pero ordenó poner en cada moneda debajo del escudo nacional la frase “Muera Huerta”, por lo que el entonces presidente de México, Victoriano Huerta sentenció que a cualquier persona que se le sorprendiera con una moneda de este tipo fuera fusilada por el solo hecho de tenerla. Este mandato duró hasta que Huerta salió del país.
Entonces, como ahora, el valor de la moneda mexicana estaba sujeto a los vaivenes políticos, pues Luis Alberto recuerda que mientras la Convención de Aguascalientes estuvo en la ciudad de México mandó hacer billetes con denominaciones de uno hasta 100 pesos que tenían que ser cambiados por su equivalente en monedas de plata.
“Pero dado que la Convención en lugar de unir a los revolucionarios los dividió más, cada billete se quedó sin cobrar. Los únicos válidos fueron los que tenían un sello con la leyenda: Revalidado por decreto del 17 de diciembre de1914”.
Los estados del país, observa, también ejercieron su facultad de emitir papel moneda, principalmente para protegerse de los problemas políticos entre los grupos revolucionarios que ocasionaban que un día un billete tenía valor y al otro ya no.
“Por ejemplo, el gobierno de Querétaro imprimió billetes válidos sólo en su jurisdicción, pero si alguien quería salir a Coahuila, tenía que cambiar sus billetes por monedas y una vez en el otro estado cambiar éstas por billete emitidos por el gobierno coahuilense. En Puebla estaba el Banco Oriental de Puebla que emitía billetes válidos únicamente en este estado y Tlaxcala”.
Una vez terminada la Revolución, abunda, en 1925 se crea el Banco de México y se retoma la idea de emitir billetes para toda la República, aunque estos se podían cambiar por monedas. El billete tenía la leyenda: El Banco de México pagará cinco pesos a la vista al portador en efectivo, es decir, el billete funcionaba como un título de crédito.
Sin embargo, como la gente estaba acostumbrada al uso de monedas, acudía al Banco de México para cambiar sus billetes, es decir, no daba valor al papel. Al darse cuenta las autoridades del banco de esto, a mediados de los años treinta del siglo pasado, emitió la segunda serie de billetes con denominación desde un peso hasta 10 mil pesos, pero que ya traían intrínseco el valor nominal.
“Esos billetes se enviaron a elaborar al American Bank North Company, en Nueva York, Estados Unidos, porque se consideraba el banco más seguro, por eso esos billetes tienen un diseño parecido al del dólar, pues se usaba el mismo papel y el mismo tipo de letra. Esos documentos duraron más de 30 años circulando”.
Empero, a finales de 1960, el Banco de México crea su propia fábrica de billetes y es a partir de entonces que se emiten estos documentos con características nacionales. “Se han emitido billetes desde 1969 a la fecha con imágenes de personajes históricos, ha habido desde 5 hasta 100 mil pesos”.
Estos últimos billetes se emitieron en los años de inflación, en los ochenta del siglo pasado, “cuando las cosas costaban cientos de miles y la gente ganaba millones de pesos, pero dada la amplia gama que había de monedas, en 1992 las autoridades decidieron hacer una reforma monetaria y toman como base la unidad de mil pesos, se usan entonces los nuevos pesos. Posteriormente desaparece la leyenda nuevos pesos y son los billetes que se utilizan actualmente”.