Como muchos otros deportes, el fútbol ha dejado de ser exclusivo del sexo masculino o el juego del hombre –como narraba en su tiempo el cronista Ángel Fernández–, gracias a la capacidad y empuje que han demostrado desde hace ya varias décadas las mujeres, tanto en este tipo de actividades como en otras.
Así lo considera Concepción Rosete, una menor que se desempeña en la posición de portera en el equipo mixto “Cachorros” de Tlapancalco de la colonia Loma Bonita en la capital del estado. Es un ejemplo claro de cómo las mujeres también pueden practicar estas disciplinas y demostrar que pueden competir en condiciones igualitarias con un hombre,
Es tanta su afición por este deporte, que también juega con sus compañeros en la Secundaria Técnica número 35 de la colonia El Alto en Chiautempan. No se rinde, por el contrario trata de ser como uno de sus ídolos en esta disciplina, el arquero y seleccionado nacional, Guillermo Memo Ochoa.
Concepción recuerda que desde pequeña juega al soccer, pues empezó con sus amigas en la escuela y poco a poco se fue enamorando de este deporte que hoy ama y que sin temor a sufrir alguna lesión practica con sus amigos, cuando sus tareas escolares y obligaciones con su familia se lo permiten.
“Me han dado balonazos o golpes accidentales, pero son parte del deporte, son acciones o jugadas que se generan por el mismo juego y, por el contrario, yo también le entro. Cuando se trata de ser dura, pues le echo las ganas para no permitir gol en mi portería y mantenerla en cero”, expone con emoción.
Sin embargo, aclara que resguardar la portería de los delanteros no es su única habilidad en el fútbol, pues también ha demostrado tener capacidad y condiciones para organizar el juego en la media cancha o en la delantera, donde siempre trata de ser la mejor como el astro brasileño Neymar.
“Mis dos ídolos son el portero mexicano Memo Ochoa y el jugador brasileño Neymar, son mis máximas figuras, en cada partido me entrego al mil, soy más que una jugadora que se enfrenta a jugadores, soy una guerrera que aguanta todo para no ser vencida”, manifiesta.
Asegura que su familia la apoya, la admira y la motiva a que siga practicando este deporte, pues consideran que a través de su afición al fútbol, Concepción se ha convertido en una impulsora de la equidad de género, en este caso en el fútbol, el cual ha sido catalogado como “el juego del hombre”.
“No hay una desigualdad de género en los deportes, muchas veces creemos lo que se dice y no practicamos el deporte por temor a que nos digan no o a ser rechazadas, por ejemplo, el fútbol es para hombres, pero también para mujeres, puede ser mixto. Desde pequeña siempre he jugado con los hombres y eso no quiere decir que sea de hombres, por el contrario los jugadores me motivan a que siga jugando porque dicen que no hay mujeres que jueguen el soccer”, refiere.
Concepción Rosete también trata de dar el mejor ejemplo a su hermana y hermano que son menores que ella, pues además advierte que el deporte mantiene el cuerpo sano y la mente activa de las personas.
“Mi hermana y mi hermanito son más pequeños, soy la mayor y siempre les he tratado de inculcar que hagan deporte, que jueguen, que se diviertan y que no discriminen al género opuesto, todos somos iguales y debemos tener las mismas condiciones en las competencias y creo que eso es lo más importante y busco impulsar en mi familia, con mis amigos y amigas”, enfatiza.
Los entrenamientos de Concepción son entre semana después de hacer la tarea. Su carácter y decisión en el juego le permiten demostrar que tiene habilidades para estar en igualdad de condiciones con un hombre en esta disciplina, por lo que se ha ganado el respeto de sus compañeros de equipo.
“Quiero decirle a las jovencitas que intenten jugar fútbol, a veces las mujeres somos mejores que los hombres y no siempre los hombres son los que pueden más; y a veces hasta somos más fuertes que ellos y debemos demostrarlo, no sólo en el fútbol, en cualquier otro deporte”, insiste.
Considera que la equidad de género se debe practicar en el deporte para romper con cualquier tipo de discriminación, violencia o señalamiento, “debemos entender que todas las actividades que realizan hombres y mujeres pueden ser desempeñadas por cualquiera de los dos”.
“Sabemos que la equidad de género no es más que la defensa de la igualdad del hombre y la mujer en el control y el uso de los bienes y servicios de la sociedad. Esto supone abolir la discriminación entre ambos sexos y que no se privilegie al hombre en ningún aspecto de la vida social, tal como era frecuente hace algunas décadas en la mayoría de las sociedades occidentales, esto es lo que nos han enseñado los maestros y que ponemos en práctica”.
Comenta que sus profesores y sus padres le han dicho que la equidad de género consiste en estandarizar las oportunidades existentes para repartirlas de manera justa entre ambos sexos.
“Los hombres y las mujeres deben contar con las mismas oportunidades de desarrollo, el Estado, por lo tanto, tiene que garantizar que las oportunidades sean asignadas de manera simétrica y justa, entonces eso lo ponemos en práctica en la escuela, en el deporte, en la casa y con los amigos, el objetivo es hacer conciencia y poner en práctica estos valores”.
Para Concepción, cada partido es diferente y en ellos ha encontrado jugadores que la respetan, pero que también juegan discriminándola de manera verbal y hasta físicamente, pero no se inmuta y les demuestra que en condiciones iguales hay oportunidades para todos.