Entre 2016 y lo que va del año, la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram) de Tlaxcala, ha recuperado por sí sola alrededor de 27 unidades robadas, sin reportarlas a la autoridad porque el trámite es más complicado, tardado y oneroso, informó Pedro Carmona Zamora, delegado de esta asociación en el estado.
Expuso que los robos no han disminuido y “esperamos que las policías federal, estatal y municipal se homologuen y capaciten a su personal; que no vea el policía en su uniforme, en su patrulla y en su arma, una forma de poder extorsionar al transportista, ya sea de carga, de pasaje o particular”.
Señaló que elementos de seguridad municipal también cometen este delito y que en general los operativos ya no se efectúan para revisar que la unidad no tenga reporte de robo o que no traslade armas o droga.
“Lo que quieren es amedrentar al transportista, le dicen, te voy a infraccionar, a quitar la unidad, a ponerla a disposición, a mandar a traer la grúa, para chantajearlo y para que caiga en su juego. Eso se llama delincuencia”, enfatizó.
Sugirió a la ciudadanía que denuncie cualquier acto de corrupción y que si es amenazada con la advertencia de infracción, que la acepte y verifique si existen elementos para imponerla. “Hay que aprender a no dejarnos de esos malos elementos… pues no hay que dejarlo todo al gobierno, también hay que hacer lo que nos corresponde”.
Reconoció que hay uniformados profesionales, tanto en la Policía Federal como Estatal; sin embargo, hay algunos que no desempeñan su función adecuadamente.
Pedro Carmona contestó que la Conatram no ha presentado denuncias por robo de unidades, debido a que se convierte en un trámite complejo, pues al momento de acudir al Ministerio Público, al primero que intentan detener es al conductor, bajo el argumento de que podría tratarse de un autorobo.
Por eso, se ha aplicado la estrategia de reportar el hecho a los grupos formados en redes sociales por la organización en todo el país, a fin de realizar una especie de búsqueda en las carreteras de paso, “para ver si está abandonada” la unidad en alguna parte.
Se ha optado por esa medida en lugar de dar parte a la policía y ponerla a disposición –añadió–, ya que se convierte “en todo un problema para sacarla del Ministerio Público; se lleva mucho tiempo y hay que repartir mucho dinero, aparte del pago al corralón donde la tarifa es por día, sumado al gasto para grúa. Ahí nos acaban”.
“Es más fácil, pues se ha demostrado que nosotros las encontremos y no la autoridad. Un ejemplo es que en una ocasión se detectó un carro que llevaba productos de una cadena comercial, de Puebla a Villa Hermosa (Tabasco); lo detuvo un policía y le pidió documentos”.
“Pero un poco más adelante, ya cerca de la bodega, lo asaltaron. Aventaron el camión en una comunidad, llegó la policía, ya con el reporte de robo, y antes de ponerlo a disposición le quitó las llantas nuevas que tenía; costaba un dineral sacarlo”.
Cuando un camioncito es localizado –señaló– y si le dejan las llaves puestas, lo arrancamos, le ponemos todo lo que le hayan quitado y seguimos trabajando.
El año pasado fueron halladas alrededor de 25 unidades que nunca fueron reportadas ante las autoridades y, en lo que va del año, aproximadamente dos, de las cuales una se encontraba en Texmelucan, Puebla, y otra en Emiliano Zapata, Hidalgo.
Recientemente transportistas dieron aviso de un carro abandonado en Cuapiaxtla, pero la policía municipal ya había actuado, por lo que la Conatram no intervino. “Pero generalmente sí nos hablan para darnos a conocer el robo”.
Remarcó que esta estrategia ha sido emprendida por los más de 500 agremiados a la Conatram Tlaxcala y se replica entre todos los grupos que hay en el país.
Agremiados a la Conatram encaran a delincuentes
“Andamos patrullando sin que los delincuentes se den cuenta… nos vamos cuidando, a veces nos arriesgamos a enfrentar a los delincuentes, a como nos vaya… pero podemos echarlos a correr un rato”.
Mencionó que la Conatram cuenta con una base de datos sobre las características de cada vehículo, la fecha y lugar donde fue hurtado y el estatus que tiene, ya sea de localizado o de recuperado. Esta información es compartida entre los operadores.