Jueves, marzo 28, 2024

Conagua solo realizó nueve inspecciones a industrias que descargan al Atoyac en un lustro

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La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reservó por cinco años información referente a las condiciones de la cuenca Atoyac-Zahuapan; sin embargo, tras una impugnación por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la dependencia reportó que de 2007 a 2012 sólo realizó nueve visitas de inspección de descarga industrial.

Octavio Rosas Landa, investigador y activista ambientalista, explicó que esta situación derivó de la recomendación 10/2017 emitida por la CNDH a los gobiernos federal, de los estados de Puebla y Tlaxcala, así como a los de los municipios de Texmelucan, Huejotzingo, Ixtacuixtla, Tepetitla y Nativitas, el 21 de marzo del año pasado, por la contaminación del río.

En el mes de abril de 2017 la Conagua respondió que dicha información no estaba disponible, por lo que la CNDH promovió un recurso de revisión ante el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INAI), el cual ordenó atender la solicitud de este órgano de derechos humanos.

La Conagua entregó un documento en cinco mil hojas de papel, del que se desprende que en esos cinco municipios del área sujeta a estudio, es decir, Nativitas, Tepetitla e Ixtacuixtla, del estado de Tlaxcala, y San Martín Texmelucan y Huejotzingo, de Puebla, entre 2007 y 2012 solamente se realizaron nueve visitas de inspección, dijo Rosas.

En esta franja hay más de dos mil industrias de diversos giros y tamaño, por lo que ese número de revisiones efectuadas en cinco años –exclamó- es una muestra no significativa y no nos da una visión real de cuál es la situación de contaminación, los contaminantes presentes ni el origen de estos.

“Y si a eso le agregamos el hecho de que no son nada más estos cinco municipios donde el cauce está contaminado, sino en todos los de la cuenca, en realidad estamos hablando de una catástrofe ambiental”, reiteró.

Apuntó que la respuesta de Conagua muestra que el propio Estado mexicano “ha destruido su capacidad de vigilancia e inspección y hasta de sanción” para las empresas que descargan sus residuos sin sanearlos.

El activista integrante del Centro “Fray Julián Garcés” señaló que la problemática del río también significa una violación al derecho a la información, por parte de las instituciones gubernamentales al negar el acceso a esta.

Alejandra Méndez Serrano, directora de esta asociación civil, refirió que la Coordinadora por un Atoyac con Vida (otra de las organizaciones promoventes de la queja ante la CNDH que derivó en la recomendación) solicitó al Organismo Cuenca Balsas (OCB) su incorporación al Grupo Interinstitucional que diseñará el plan de saneamiento.

Asimismo, pidió que informe sobre el avance de los trabajos para iniciar el saneamiento del cauce, pero el OCB contestó la inexistencia es esos datos, por lo que también se interpuso un recurso de revisión. Con fecha 7 de marzo de 2018, el INAI obligó a entregarlos en un plazo de 10 días, el cual venció el pasado 20 de marzo, sin respuesta alguna, por lo que la agrupación demandaría una sanción.

En torno a la probabilidad de requerir el amparo de la justicia federal, ante el nulo cumplimiento a la recomendación 10/2017, Rosas Landa remarcó que no está descartada, pero será analizada con precisión “porque la comunidad no tiene la posibilidad económica para costear juicios”.

Aseveró que a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) les preocupa que el gobierno federal, principalmente, pretenda heredar el problema a la siguiente administración, y que sus acciones nada más se enfoquen a realizar obras que no resuelven de fondo, como la construcción de plantas de tratamiento.

Alejandra Méndez añadió que hace unos días el área de seguimiento de la CNDH visitó la entidad para supervisar avances. Recalcó que otra medida para presionar a las autoridades, es que la Comisión Nacional de Derechos Humanos pida al Senado de la República que cite a comparecer a funcionarios públicos.

Octavio Rosas Landa abundó que además de la contaminación a la cuenca, también existe un problema de depredación del recurso natural, pues en el caso de la armadora Volkswagen, necesita 450 mil litros de agua para un automóvil, en todo su proceso de producción; las mezclilleras requieren de 300 litros para lavar un pantalón y otras textileras usan 180 para fabricar un par de calcetines.

Tránsito, vecino de San Rafael Tenanyecac, Nativitas, señaló que en sus 81 años de vida ha observado el deterioro del río “que antes era caudaloso, limpio; en temporada de lluvia arrastraba con fuerza árboles completos y reses vivas”.

El Atoyac-Zahuapan era un lugar recreativo donde la comunidad se congregaba y “se bañaba. En 1949, cuando yo tenía 12 años, trabajaba en la ex hacienda de este lugar y el agua era represada con morillos, parar irrigar alfalfa, trigo y otros cultivos. Era muy bonito, muy hermoso, lleno de vida, con mucha fauna. Ahora esa tierra es ejidal y el agua ya está sucia. Quisiera volver a verlo sin contaminación, pero creo que ya es un sueño, por mi edad avanzada; si así fuera le daría gracias a dios”.

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