Cartas a Gracia
Mientras que tu corrías 27 kilómetros de monte por el antiguo camino a Santo Domingo de tu tierra, propiedad de los comuneros quienes lo mantienen limpio y en buenas condiciones mediante el Tequio (trabajo colectivo) y más de 3 mil metros de altura sobre el nivel del mar, Gracia, Enrique Peña Nieto “recorrió ,–muy a modo– los 10 kilómetros de la tercera carrera Molino del Rey que organizó el Estado Mayor Presidencial, en Chapultepec”. Marco de una declaratoria cuya finalidad estaría encaminada a combatir la obesidad cuando reconoce que, “México sea hoy el primer país con mayor número de población con obesidad” y a quienes propusiera, a más de una tener una “dieta balanceada”, la práctica de un deporte “el que sea de su agrado, de su gusto, pero que procuren la práctica de algún deporte”, consejos presidenciales que sin embargo, a más de buenos deseos y amonestaciones paternales, debiesen estar acompañados de políticas públicas, que permitieran pasar de las declaraciones a los hechos.
En una nación en la que uno de cada dos habitantes vive en condiciones de pobreza (estudio Pobreza y derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México, 2008–2010, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que carece, en zonas urbanas, de suficiente espacio público destinado a la práctica cotidiana de un deporte y en las que la creciente inseguridad y tráfico vehicular intenso, marginan a la niñez y a la juventud de la práctica informal de cualquier actividad física y recreativa en las calles y para que lo que se dice y a cargo de quien lo espeta, ni fuese una cachetada con guante blanco, se requieren estrategias y acciones en ámbitos de economía, organización social, educación, salud, que permitiesen zanjar una brecha a quienes menos tienen.
Tal parecería que con el receso escolar, vacaciones de verano para los educandos, Gracia, los conflictos magisteriales causados por las modificaciones a los artículos 3 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la presunta publicación de las leyes secundarias que darían vida a las modificaciones, tomarían un descanso, y sin embargo, el rechazo a la reforma señalada, las protestas en contra de medidas que afectarían derechos laborales adquiridos y las propuestas alternativas formuladas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) continúan, Gracia.
Propuesto por las autoridades educativas como un instrumento inherente al funcionamiento de los revalorados Consejos Técnicos Escolares, la “autonomía de gestión” legitimaría, de acuerdo con la CNTE, las “aportaciones voluntarias” que forzosamente entregan madres y padres de familia a las autoridades de los planteles educativos por intermedio de las asociaciones de padres y que, a falta de presupuesto oficial, local y federal, son utilizadas para dar una manita de gato a las instalaciones escolares, comprar insumos varios –entre ellos escobas, trapeadores, sacudidores–, pagar “ el teléfono y la luz”, electricidad e internet, reparar equipo de cómputo y adquirir cartuchos, comprar obsequios y pagar convivios del personal escolar –directivos y planta docente–, costear los viáticos de del personal directivo y cuanta lindura más se les ocurre, Gracia, entre las que se contempla la ampliación física de la infraestructura. So pretexto de ser autorizadas por las asambleas de padres de familia y estar contempladas en la Ley General de Educación y en el reglamento que rige el funcionamiento de las “Asociaciones de Padres de Familia” y condicionando la inscripción de niñas y niños, a pesar de ser contrarias al espíritu del primer y tercer párrafos del artículo 3 (Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos.) y de la fracción IV constitucional (Toda la educación que el Estado imparta será gratuita;), las “para nada aportaciones voluntarias” suplen con aproximadamente 7 mil millones de pesos, equivalente al dos punto siete por ciento del total de los recursos del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica (FAEB), que debiesen invertir quienes tienen en sus manos la responsabilidad de conducir las administraciones federal y locales.
Responsabilidad de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión al autorizar un Presupuesto (a todas luces insuficiente para cubrir las necesidades educativas a lo largo y ancho del territorio nacional) de la Federación para el Ejercicio Fiscal del año en turno, (PFEF201X) turnado por el Ejecutivo federal y que adicionalmente se distribuye entre las entidades de manera inequitativa, obligación constitucional del Estado según se desprende de los parágrafos citados con antelación, exigencia de la CNTE para “garantizar una educación pública laica y gratuita, donde se elimine el pago de “cuotas voluntarias” en las escuelas” y que el “Estado asuma cabalmente el sostenimiento de las escuelas públicas, otorgando una relativa autonomía pedagógica a las comunidades escolares, pero no la autogestión financiera de las escuelas”, la autonomía de gestión, lo mismo que la pedagógica propuesta por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, quedarán truncas, si no incorporan de pleno derecho, a madres y padres de familia, marginados(as) por tirios y troyanos, autoridades, personal docente y directivo, bajo el artilugio compartidos por todos, de no tener la preparación adecuada para opinar lo que conviene a sus vástagos. ¿No te parece, Gracia?