Miércoles, abril 24, 2024

Una nueva Constitución, remembranzas

Destacamos

Para su excelencia Monseñor Huesca Pacheco con el cariño de la familia Meza Torres, QDEP.

Hace exactamente cinco años me referí a la serie de comentarios que esta casa editorial difundió en relación al debate Carpizo vs. Valadés, sin imaginar siquiera que la mansedumbre y sumisión de este gobierno federal frente a los voraces intereses de las trasnacionales para lograr la consumación de la famosa reforma energética (artículos 25, 27, 28, de la CPEUM) se hubiera consumado.

En un prolongado debate con mis alumnos, retomamos los puntos de vista de dos grandes juristas mexicanos que considero oportuno reproducir. Veamos:

Durante cinco semanas “Solo para Abogados” se encargó de comentar y analizar el debate que sostuvieran dos grandes constitucionalistas mexicanos con motivo del aniversario de nuestra Constitución y Carta Magna de 1917. Me refiero al doctor Jorge Carpizo a quien dedico esta entrega y el constitucionalista Diego Valadés. Hoy solo haré alusión al primero de los nombrados.

Las ideas preclaras y de una sustancia jurídica propia de quien fuera el primer Presidente de la CNDH, ministro supernumerario de nuestro máximo tribunal federal de justicia, Procurador General de la República, secretario de Gobernación a nivel federal, rector de la UNAM, académico, autor de un sinnúmero de libros que han nutrido a cientos de miles de estudiosos del derecho a través de su inteligencia y vasta cultura, hoy deja este espacio terrenal para unirse a hombres de su talla, hombre firme, probo y honesto consigo mismo y con los demás, fue Jorge Carpizo McGregor quien a los 67 años de edad deja mucha tinta en el tintero en aquellos trabajos, ensayos y libros iniciados que ya no pudo terminar al sobrevenir una reacción alérgica severa previa a una intervención quirúrgica.

El pasado 31 de marzo el personal del Instituto de Investigaciones Jurídicas del que era académico emérito realizó en el auditorio Héctor Fix Zamudio una ceremonia de cuerpo presente, por ello dedico esta entrega transcribiendo si bien, no la totalidad de su pensamiento y opinión con respecto a la necesidad o no de una nueva constitución, me remito a los puntos de vista que considero generaron no solo polémica sino la convicción entre aquellos partidarios de la mutación total de nuestra Carta de Querétaro por reformas pautadas, como lo proponía el ilustre jurista en esta impronta que a continuación ofrezco a mis lectores. Al respecto el ínclito jurista opinaba:

“…me pronuncio en contra de una nueva Constitución o un cambio profundo en el texto vigente, pues advierto que esta posibilidad también podría permitir retrocesos tales como desmantelar el Estado de bienestar…”

“…considero injusto que se le achaquen a la Constitución “todos los males”,  el problema no es la ley sino los vicios de la realidad política y social.

“…el próximo presidente de la República debe centrar el debate que desde 1998 está abierto en torno a la vigencia de la Constitución, recopilar todas las ideas que existen al respecto y proponer las reformas específicas que se requieran…”

“…La creación de una nueva Constitución no es un problema teórico ni académico, sino de la realidad: un país tiene una nueva Constitución cuando existe una ruptura jurídica, política y social. Esta ruptura puede ser pactada o no pactada, generalmente las no pactadas son en forma violenta y las pactadas, en forma pacífica. En este momento en México no hay esa ruptura, ni pactada ni no pactada… sí vamos a tener una nueva Constitución cuando la realidad imponga esta necesidad…”

“…En este momento no veo factible ni conveniente una nueva Constitución: nuestra Constitución es actualizada a través de muchas reformas, no estoy de acuerdo con una serie de reformas porque han sido inútiles, pero varias han sido muy positivas. Hoy en día, la Constitución de 1917 ha admitido casi todas las instituciones constitucionales de la segunda posguerra mundial; claro, aún habrá que hacerle otras reformas…”

“…La Constitución tiene un diseño institucional o ingeniería constitucional adecuado, indudablemente perfectible. Los principios esenciales de nuestra Constitución son respeto a los derechos humanos, en todas sus vertientes; soberanía popular; división de poderes; sistema representativo; sistema federal; el principio de no reelección del Presidente de la República; el control del poder, y garantías procesales para hacer valer las normas constitucionales en caso de que éstas sean violadas…”

“…Se le atribuyen a la Constitución una serie de males, y los males no son de la norma, sino son vicios de la realidad política y social. Por ejemplo, ¿en qué norma de la Constitución se encuentra aceptada la gran corrupción que hay en México?, ¿en qué norma se encuentra la irresponsabilidad de los poderes políticos?, ¿en qué norma se encuentra el fraude electoral de otras épocas?, ¿en qué norma está la destrucción de la moral pública, la virtud cívica y el patriotismo?…”

“…Para cambiar una Constitución hay que saber qué queremos y cómo lo vamos a hacer. Yo quiero cambios pacíficos…”

“…Entonces, mi miedo de una nueva Constitución es que, en las circunstancias actuales de México, se vayan a dar retrocesos…”

“…Es un problema muy serio lo que dice el doctor Valadés, y tiene toda la razón, grandes partes de la Constitución no se cumplen. A pesar de ello, en los últimos años hay un esfuerzo por acercarse al cumplimiento de la Constitución. Voy a tomar un ejemplo de lo que decía el doctor Valadés: el artículo 123, que todos sabemos que se refiere al derecho al trabajo. La tesis más importante de la Constitución de 1917 es la realización de la justicia social; es decir, que todos los mexicanos lleven una vida digna, es obvio que esto no sucede, cuando la mitad de los mexicanos se encuentran en algún grado de pobreza, pero tampoco se cumple cuando el desempleo ha ido aumentando, cuando 7 millones y medio de jóvenes, los famosos “ninis”, no tienen oportunidad de empleo ni de trabajo. En una nueva Constitución podemos dar pasos hacia atrás en este aspecto de la justicia social, y no son imaginaciones. Veamos qué está pasando en Europa. Los países más ricos de Europa occidental están desmantelando su Estado de bienestar; entonces, mi miedo es que ante una nueva discusión, pues con el argumento de que no hay dinero, que es lo que está pasando en Europa occidental, demos pasos hacia atrás…”

“…El gran problema de la Constitución mexicana de 1917, y es por lo que hay que luchar, no es que sea una Constitución deficiente, aunque coincido con el doctor Valdés, hay que hacer reformas, pero reformas muy precisas…”

“…Muchas de las reformas que se han hecho a la Constitución no son para resolver problemas, sino son elucubraciones académicas o políticas por intereses personales o de grupo. Si no resolvemos una serie de problemas muy concretos de México, desde luego que podemos llegar a una situación en que se necesite una nueva Constitución, y como yo tengo mis dudas que pueda ser pactada, pudiera ser en el marco de una convulsión social…”

“…Lo que primero se necesita en México, con urgencia, es el cumplimiento cabal y total de la Constitución: el verdadero resplandecimiento del Estado de derecho, pero ahí tenemos problemas muy serios, no sólo del gobierno, sino de la sociedad, que es muy tolerante a la corrupción y a la impunidad…”

“…Hay que discutir algunas reformas muy precisas, no volver a abrir este ejercicio que está desde 1998 y que nos ha llevado a pocas reformas de peso…”

“…El próximo Presidente debe de centrar la discusión, él debe de proponer una serie de reformas para solucionar problemas en el país. Se ha dicho de todo, hay centenares de ponencias, cosa de que designe a un grupo técnico para que estudie todo lo que se ha dicho desde 1998 y se propongan ciertas reformas. Y quiero referir algunos objetivos: el cumplimiento de la Constitución, la gobernabilidad, el reforzamiento de la cultura del Estado de derecho en nuestro país, y esta función no es sólo de ningún Presidente…”

“…A la norma jurídica no le podemos dar efectos milagrosos que deseamos. No es la realidad que el cambio de la norma va a modificar la realidad o la mentalidad de las personas. Tenemos que ir a otros caminos: mayor educación constitucional, mayor conocimiento de las normas, una cultura de la legalidad…”

“…Hay que ver la tesis primordial de la Constitución de 1917, incumplida después de 95 años, hay que regresar a ella. Si a mí me preguntaran qué es lo más importante, tomaría el aspecto de justicia social, porque es la columna vertebral de nuestra Constitución…”

“…Hagamos una realidad todos los derechos de justicia social que se encuentran en la Constitución. ¿Cómo le debemos los mexicanos de hacer honor a esa Constitución?, antes que nada cumpliendo con todos los postulados de justicia social que son 169 derechos sociales, ¿y cuáles se cumplen? Pocos y muy mal…”

Con lo anterior pretendo cumplir de alguna manera con un compromiso serio al transmitir quizá las últimas aportaciones si no es que la última aportación de quien a destiempo y de manera irreparable deja un espacio insustituible en la noble tarea de enseñar y proponer tesis y opiniones que forman ya parte ya de nuestro andamiaje jurídico mexicano en el que gran parte de su envidiable inteligencia lo ha hecho sólido e insustituible. Para los familiares de don Jorge Carpizo nuestro más sentido pésame

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