Domingo 21 de agosto. Carmen Aristegui difunde en su página electrónica un reportaje sobre el plagio que Enrique Peña Nieto cometió en su tesis de licenciatura. Alertó a sus audiencias para que a las 22 horas estuvieran atentas a la difusión del reportaje. La estrategia fue tan exitosa que pese a los intentos por “tirar” su página, los jóvenes expertos en el uso de las nuevas tecnologías se comunicaron eficientemente para divulgar la liga y que todos los interesados pudieran ver el reportaje. La agenda quedó marcada, y aunque un círculo de silencio se tendió en torno al producto informativo, no hay más que revisar las páginas de opinión de los medios para constatar que el tema “prendió”. Solo el periódico Reforma, de donde Aristegui es editorialista, ubicó el asunto en su primera plana, justo bajo el cabezal.
Lunes 22 de agosto. Televisa estrena programas informativos y “cabezas parlantes”. El periódico El Universal dedica una semana de reportes especiales para despedir a Lolita Ayala y a Joaquín López Dóriga. También publica detalles sobre los ajustes en Televisa, el cambio de “El Canal de las Estrellas” por “Las Estrellas”, en una aspiración de convertirse en una plataforma que llegue a los millenials, es decir, los jóvenes que cambiaron la programación televisiva por opciones a la carta como Netflix. El miércoles 24 de agosto el presidente de la televisora, Emilio Azcárraga Jean, aparece en la primera plana con la declaración “Que la Televisión construya un presidente, mito urbano”. La entrevista se despliega en las páginas 8 y 9 de la primera sección. La respuesta intertextual a los libros del periodista Jenaro Villamil es evidente.
Domingo 28 de agosto. Víctima de un infarto, muere Juan Gabriel en Los Ángeles, California. El país entra en una vorágine de tristeza por la muerte de un ídolo popular. Las muestras de congoja se documentan febrilmente en los medios informativos. El culebrón televisivo arranca el mismísimo domingo. Televisa arma un programa especial para documentar la pérdida. Ese filón no tiene para cuándo acabar, y las televisoras documentan con todo cuidado la pérdida del personaje. El lunes 5 de septiembre las cenizas de Juan Gabriel llegaron al Palacio de Bellas Artes y desbordaron toda expectativa. En el camino, Nicolás Alvarado, director de TV UNAM, escribió en el periódico Milenio una columna clasista y de mal gusto, que al cabo de cuatro días lo llevó a presentar su renuncia… a TV UNAM.
Miércoles 31 de agosto. El presidente Enrique Peña Nieto recibe en Los Pinos a Donald Trump, el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos. La indignación es general. Las redes sociales estallan y los periódicos del día siguiente, quedan como testigos del enojo. “Usa Trump a EPN”, cabeceó el periódico Reforma junto a una imagen donde el norteamericano da una palmada por la espalda a un Enrique Peña Nieto que mostraba un rostro descompuesto. “Mexicanos, agraviados” tituló Excelsior, un periódico que normalmente respalda al presidente. Con una foto de gran formato, La Jornada tituló “Gente honesta, los migrantes mexicanos, dice Peña a Trump”. “Tras visita, Peña ve amenaza en Trump”, tituló El Universal, con una foto que también muestra el rostro desencajado del presidente mexicano.
Jueves 1 de septiembre. El informe que no es informe. Peña Nieto ofrece un formato de “diálogo a modo” con jóvenes afines a su gestión. Incapaz de enfrentar a los legisladores, EPN opta por un escenario totalmente controlado, donde no informa, explica. La estrategia de comunicación arrancó con una declaración del martes 16 de agosto, donde censuró a los que “inundan malas noticias”. Vista en perspectiva, esta declaración sirvió como punto de arranque a la campaña “Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”.
13 días intensos, memorables, trepidantes. Queda para la historia un rosario de acontecimientos que es justo reposar y analizar por separado, en su justa dimensión.