Monterrey goleó cuatro por cero a Lobos BUAP en partido correspondiente a la Jornada 16 del Clausura 2018, el cual se realizó en el Estadio BBVA Bancomer.
Lobos BUAP salió con la obligación de sumar para mantener la esperanza de permanecer en el máximo circuito. En la cancha se vio intensidad, ganas y esfuerzo de los poblanos en los primeros instantes. Rayados no lograba tener el balón.
Al minuto 16, Luis Olascoaga desbordó por derecha, llegó hasta línea de fondo, metió servicio que fue cerrando y exigió a Hugo González, quien con los puños mandó a tiro de esquina. Era el primer aviso. Sin embargo, al minuto 31, los anfitriones sin ser mejores se pusieron en ventaja con un golazo de Celso Ortiz, el paraguayo anotó con una volea desde los linderos del área.
Los dirigidos por Antonio Mohamed tomaron confianza y terminaron la primera parte jugando mejor mientras que los Licántropos buscaron el empate, pero sin imaginación, fueron más ganas.
Para el complemento, las emociones llegaron después del minuto 60. Primero, el silbante señaló penal a favor de los visitantes por una mano de José María Basanta. Julián Quiñones tomó la responsabilidad, tomó poco vuelo, tiró y Hugo González atajó.
De inmediato, un contragolpe de Rayados terminó con un autogol de Francisco Rodríguez. Un tanto que prácticamente finalizó con las aspiraciones de Lobos BUAP. Era el minuto 71. Por si fuera poco, al minuto 73, el árbitro marcó pena máxima a favor de la Pandilla. Dorlan Pabón no falló y puso el 3–0.
Los Universitarios siguieron atacando, querían acortar distancia. Generaron una oportunidad clara, la cual falló Diego Jiménez, sin marca y frente a la portería al minuto 83. En compensación, Lucas Albertengo puso cifras definitivas con un cabezazo tras asistencia de Misael Domínguez.
No hubo más. Monterrey goleó cuatro por cero a Lobos BUAP que descendió de manera dramática y sorpresiva.
En un torneo donde solamente necesitaba hacer 15 puntos, la soberbia, además de la torpeza de los dirigentes y sus asesores causaron este final que pasa de tener una franquicia valuada en más de 18 millones de dólares a una que ahora vale millón y medio. Increíble final.