Miércoles, abril 24, 2024

Revaloran a científicos poblanos que revolucionaron la ciencia médica en el siglo XIX

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La segunda mitad del siglo XIX como el momento en que la ciudad de Puebla estuvo a la par de países europeos como Holanda, Francia y Alemania en materia de investigación médica, es una de las lecturas que ofrece el libro “En Puebla: médicos, ciencia y academia (1850–1910)” de Rosario Robles Galindo.

En dicho volumen, publicado por la Universidad Autónoma de Puebla en coedición con la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), la autora reflexiona sobre las ciencias de la salud de una manera epistemológica, lo que le permite acercarse de manera más profunda y compleja a los aspectos sociales, económicos, políticos y culturales de dicha disciplina.

Presentado en el Paraninfo del edificio Carolino, un espacio de gran significación para la ciencia y la academia médica debido a que el antiguo Colegio del Espíritu Santo fue sede del Instituto Médico Nacional, como compartió Robles Galindo, el texto hace importante aportaciones a la historiografía médica por varias razones.

La primera, como confió la investigadora durante una entrevista, es porque nombra a los médicos y científicos poblanos que experimentaron en la ciencia médica y pusieron a Puebla en el mismo nivel que Europa, mismos que no han sido reconocidos por la historia.

Asimismo, porque el volumen ofrece una lectura a partir de una visión nacional y local, y se aparta de los libros y autores que suelen ser consultados en el área médica y en la historia de la medicina que solo aportan una visión occidental lejana a lo que sucedió en el país.

En el texto que fue resultado de su tesis doctoral, Rosario Robles hizo un rastro de los procesos y los contextos médicos, en especial de la Academia de Medicina en Puebla, a la par de las inversiones, los recursos y los apoyos que tuvieron los científicos por parte de los liberales.

“Los liberales fueron una fuerza que apoyaron a científicos como Joaquín Ibáñez, director de la Escuela de Medicina, a cirujanos como Francisco Marín y Carlos Orozco, y a otros abocados a la tipología criminal como Francisco Martínez Baca y Manuel Vergara”, dijo.

Estos dos últimos, continuó Rosario Robles, hicieron un estudio científico de los criminales alojados en la ex penitenciaría de San Javier –ahora el Instituto Cultural Poblano–, a partir de sus tatuajes constituyendo “Los tatuages: estudio psicológico y médicolegal en delincuencia y militares”, un libro altamente apreciado en Europa.

Mientras que en el caso de Joaquín Ibáñez explicó que fue el primer químico y médico en hacer la “pomada doble mercurial” para tratar la sífilis, una fórmula que llevó a Europa cambiando de manera radical la farmacopea francesa.

Sobre el periodo abarcado, la profesora de la UPAEP señaló que incluye a personajes como el presidente Benito Juárez y a intelectuales como Gabino Barreda, modelo del positivismo; y a Justo Sierra y a Sebastián Lerdo de Tejada, quienes desde el ámbito legislativo hicieron importantes reformas.

Estos alcances históricos que se mezclan con los asuntos sociales y científicos, mencionó, permiten “escribir de una forma no lineal la historia, rompiendo con el esquema funcionalista y proponiendo un acercamiento epistemológico con el que se comprueba el método científico, analizando el aspecto socioeconómico, político y de contenido científico”.

Para Jesús Medina Rojo, psicólogo, filósofo e investigador de la UNAM, la importancia del libro En Puebla: médicos, ciencia y academia (1850–1910), radica en que Rosario Robles Galindo revisa y nombra a personajes que no han sido reconocidos por la historia, debido a que forman parte de una “épica poco conveniente para el lucimiento del poder”.

La historia, dijo Medina citando alguna frase de Miguel León Portilla, también merece el aplauso de los derrotados, es decir, de aquellos que no han merecido la atención de los gobernantes. “Lo importante pasa olvidado por quienes prefieren ser una estrella más del canal de las estrellas. El libro, contrario a ello, da dignidad a quienes han sido olvidados por la historia”

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