“No renunciaré”, sentención Tomás Zerón de Lucio, encargado de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), de la PGR. Todas mis actuaciones están acordadas con la procuradora, Arely Gómez, expresó. Aunque la funcionaria que llegó después de la verdad histórica o histérica- como habíamos ironizado-, de Jesús Murillo Karam, ha tenido que cargar con ese único burócrata del equipo anterior.
Esta serie de exabruptos de Zerón, se realizan después que fue exhibido por el GIEI– mediante una filmación efectuada por los reporteros: José Manuel Giménez y Daniel Rodríguez Villa- al llevar a cabo diligencias sin el apoyo internacional, sacar de la cárcel por sus pistolas a Benjamín García Reyes, motejado El Chejere, sembrar bolsas cerca del río Cocula, levantar huesos sin orden judicial y elaborar, posteriormente, un video para justificarse, el cual es más falso que el lema: “Mover a México”.
El responsable de la AIC ha sido desmentido por el Alto Comisionado de la ONU, expertos internacionales y diversas organizaciones civiles. Es decir, ha quedado en ridículo y al descubierto. Pero además, debido a las torturas realizadas a 17 de los detenidos por el caso Iguala, muchos de ellos pueden quedar libres ya que alegarán que no fueron interrogados bajo el debido proceso.
De ese tamaño es el daño que ha infringido este señor, el cual cada vez que se aparece en los medios se hunde más. Y deja claro, aquí y en el exterior, que la justicia en México es nula, a pesar que Enrique Peña Nieto anuncie que ésta práctica llegara clara y expedita a todos los mexicanos (sic que se rasca la cabeza y quiere meterse a un circo).
El asunto es:
¿quién protege a Zerón de Lucio?
Varios analistas señalan que es un alfil de Humberto Castillejos, el muy influyente asesor de Peña Nieto. Otros más aseguran que debido a su intervención en el truculento caso de la niña Paulette, el Jefe Enrique lo adora.