Se dice que para el Comité Ejecutivo Nacional del PRI la pelea por la candidatura a la gubernatura de Puebla se ha reducido a dos nombres: Enrique Doger Guerrero y Juan Carlos Lastiri Quirós. La decisión final estará en función del papel que el partido quiere jugar en la próxima contienda, que se expresa en dos posibilidades: realmente pelear la recuperación de la titularidad del Ejecutivo estatal o volver a pactar con el morenovallismo.
Hasta ahora quien parece llevar la delantera es Enrique Doger Guerrero no solamente porque aparece en el primer lugar de las encuestas, sino porque se sabe que ya ha recibido mensajes confiables en el sentido de que es el único priista que está en el ánimo del presidente Enrique Peña Nieto.
Por esa razón Doger ha acotado su activismo a solamente encabezar eventos del Instituto Mexicano del Seguro Social –en donde funge como delegado en el estado– y evitar otro actos de proselitismo, pues desde Los Pinos le han pedido mesurar sus apariciones públicas y cuidar su imagen, es decir evitar ser objeto de ataques, criticas o conflictos que vulneren sus números positivos en los sondeos.
Aunque Doger parecería tener todo a su favor para ser el candidato, todavía podría darse de la decisión a favor del subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, quien está desbordado en sus actividades proselitistas, pero no en popularidad, en mucho por su falta de carisma y que su discurso carece de todo interés para quien lo escucha, por lo anodino de sus mensajes.
Hasta hace unas semanas quien parecía tener importantes posibilidades de avanzar en el camino de obtener la postulación es el senador Ricardo Urzúa, a quien se le instruyó hacer trabajo proselitismo para posicionarse como aspirante a la candidatura, pero su activismo ha sido demasiado pobre, casi imperceptible, y a la fecha es desconocido para el grueso de la militancia priista y para casi toda la opinión pública en general.
Urzúa en el presente solamente es garantía de ser un cero a la izquierda como candidato a la gubernatura.
¿Qué es lo que va a decidir en el CEN del PRI si el candidato es Enrique Doger o Juan Carlos Lastiri? Se especula que la balanza se inclinará por los siguientes factores:
Si el PRI realmente buscará en 2018 salir a pelear la gubernatura de Puebla y asumir un papel de oposición al morenovallismo, entonces lo más seguro es que el candidato será Enrique Doger Guerrero, quien no es muy querido por la mayoría de los grupos del PRI, pero es un personaje cuya popularidad es alta y positiva en la ciudadanía en general.
Las principales ventajas de Doger es que dejó un buen sabor de boca como alcalde de la capital, es ajeno a la facción del ex gobernador Mario Marín Torres y se ha confrontado con el ex mandatario Rafael Moreno Valle Rosas.
Pero si el PRI va a volver a pactar la continuidad del morenovallismo, tal como lo hizo en 2016 cuando postuló a Blanca Alcalá Ruiz como candidata a la gubernatura para garantizar la derrota del tricolor, entonces el abanderado va a ser Juan Carlos Lastiri Quirós, quien es unos de los aspirantes priistas menos competitivos.
Con Lastiri se garantizaría que el PRI obtendría un importante porcentaje de la votación total, para poder conseguir una fuerte presencia en el Congreso local y algunas alcaldías, pero estaría asegurado que la titularidad del Poder Ejecutivo seguiría en manos del grupo político de Rafael Moreno Valle Rosas.
Ello a cambio de que Moreno Valle en 2018 juegue a ser un aliado del PRI para combatir al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, y ayudar a ganar al tricolor en algunos estados en donde el ex gobernador de Puebla ha tejido alianzas con facciones políticas locales.
Todo dependerá de las negociaciones que alcance Moreno Valle en el PAN, ya que si no logra una alianza con Margarita Zavala para que juntos derroten a Ricardo Anaya Cortés, el líder nacional del blanquiazul, en la disputa de la candidatura presidencial, entonces se obligará al ex gobernador de Puebla buscar acuerdos con el PRI.