Hace unos años, cuando Power Azamar andaba con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional durante un recorrido por Tepexi de Rodríguez, un par de obreros textiles se acercaron al entonces comandante Marcos –ahora Galeano– para decirle que laboraban en condiciones denigrantes y, por denunciarlo, formaban parte de una lista negra que les negada el poder ser contratados por otra maquiladora. Esa lista negra, Power Azamar la entendió entonces como una de las herramientas de los regímenes autoritarios para marcar y exterminar a personas, movimientos, agentes e incluso obras de arte. En muchos casos han sido, dijo el literato de formación, “las esquelas de muchos desaparecidos”.
Desde hace un año y medio, el artista se dio a la tarea de hacer un listado particular: aquella que tiene que ver con las especies extintas en los últimos 200 años a causa de la actividad humana. Lo hizo por medio del dibujo y el resultado está presente en la exposición Lista Negra que, desde este fin de semana, se exhibe en la sala de exposiciones de Bellas Artes UPAEP como parte del cuarto festival Todos los santos en mi barrio.
En este pequeño pero significativo espacio expositivo ubicado en la 11 Poniente 1921, del barrio de Santiago, se exhibe un prólogo de un proyecto mayor. Ahora son 77 piezas de dibujo en pequeño formato que han sido enmarcadas hexagonalmente a la manera de un panal.
Durante una entrevista previa a la inauguración, Power Azamar señaló que la idea de generar los paneles hexagonales tiene que ver con la vulnerabilidad de la vida y con las abejas –las hacedoras de panales que tienen estas formas–, pues ellas son indicadores ambientales del nivel de depredación, contaminación y erosión de la naturaleza
También, añadió el artista, porque esta estructura de panal atañe a “la forma perfecta que transita entre el círculo y el cuadrado”, y la hace una construcción sólida. Asimismo, esta hecha para hacerle ver al espectador que existe una interconexión entre todo y todos: “que la Tierra no es exclusiva del homo sapiens sino de todos los habitantes que comparten este planeta”.
Explicó que en Lista Negra, muestra que contó con la curaduría de Santos Cuatecontzi, hay dos guiños. El primero hacia los libros de los científicos viajantes que documentaron y registraron los individuos ya desaparecidos, de los cuales solamente se puede saber a través de esos documentos.
El segundo tiene que ver con la formación literaria del artista que, cuando niño, miró la estética de las ilustraciones de botánica y biología contenidas en las viejas enciclopedias que le heredó su padre, quien también le dejó la máquina de escribir con la que escribió los nombres científicos de cada especie.
Power Azamar indicó que de México en la lista negra aparece un oso pardo que habitaba en el norte del país, en Chihuahua, desaparecido a mitad del siglo XX. Además, hay especies de Centro y Sudamérica, así como de Japón y Australia. “Todas han desaparecido a causa de la caza y el consumo, además de la introducción de otras especies que depredaron, la destrucción de los hábitats naturales, la pérdida del alimento, la deforestación, el calentamiento global o la introducción de especies”.
Azamar añadió que el proyecto es nostálgico pues aparecen las especies que no se verán jamás, incluso aquellas que desaparecieron en la primera década de este siglo. Por tanto, la idea es que Lista Negra sea un registro por el cual conservar una última imagen: “de aquellas que no vimos y de las que pudimos ver atestiguado y seremos incapaces de volver a ver por nuestra causa”.
Es también, abundó, una forma de reflexionar sobre cómo la huella del hombre ha sido la que ha generado este fenómeno, y que no será hasta que de golpe se vea esta desaparición cuando se podrá generar la reflexión para modificar las acciones que lastiman e impactan.
Azamar propuso un recorrido en orden alfabético por el nombre científico de cada especie extinta, luego por área geográfica y por la causa de su exterminio. Dicho patrón se repetirá en el libro que saldrá en 2018 y en el cual el lector podrá ir siguiendo ese camino.
“Las artes se han pronunciado en la urgencia de parar la contaminación. La pieza es mucho más amplia, pues será de 100 retratos, que a su vez conformarán una colección más amplia denominada El fin absoluto del mundo, en la que también se aborda problemáticas más cercanas como el feminicidio, la carrera armamentística, pues la idea es recordar al hombre que a veces hasta no estar en el límite es capaz de reflexionar y tratar de detener la depredación”, concluyó.