Jueves, abril 25, 2024

Piden que no se le conceda la libertad al defraudador Juan Rodríguez Barragán

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Después de andar a salto de mata en diversos poblados en Puebla, el estado de México y Michoacán y un procedimiento de más de ocho meses de búsqueda y captura, finalmente y para bien de sus acreedores, Juan Rodríguez Barragán fue detenido.

El pasado viernes el juez de Control Enrique López Criollo decretó la prisión preventiva justificada y se espera que, dadas las características gangsteriles y escurridizas de este delincuente sin escrúpulos –que ha dejado a un centenar de inversionistas en la calle al estilo de los hermanos Tiro Moranchel–, le sea negada su libertad por cambio de la medida cautelar decretada en su contra y se le vincule a proceso sin derecho a obtener su libertad, dado el grave riesgo de fuga al haber defraudado 100 millones de pesos a incautos inversionistas.

Se sabe que los abogados de Rodríguez Barragán, encabezados por Rodolfo Aragón Mijangos –a guisa de comentario, con una pésima reputación como abogado–, aseguran haber corrompido a las autoridades para obtener su libertad.

Sin embargo, la reconocida probidad del juez de la causa, Enrique López Criollo, genera certeza y confianza en los afectados por ser conocido como un hombre capaz e incorruptible.

A esta redacción llegaron reportes de empleados del despacho contable Osorio y Lama S.A. de C.V., ubicado en la 2 Sur número 705, de la ciudad de Puebla, quienes dijeron que desde mayo del presente el director general Juan Rodríguez Barragán, planeaba el cierre la empresa sin liquidarlos conforme a derecho.

Ante ello, señalaron que en caso que de no tener una respuesta procederían legalmente, aunque admitieron que ninguno de ellos contaba con seguridad social, pues eran empleados de confianza.

De acuerdo con uno de los afectados, la mañana del 3 de mayo las instalaciones del centro de trabajo amanecieron cerradas sin previo aviso, por lo que manifestaron su inconformidad ya que incluso algunos trabajadores no cobraron su quincena.

“La inconformidad es que llegamos al trabajo y nos llevamos la sorpresa de que estaba cerrado y los candados habían sido cambiados por eso ya no pudimos ingresar, nuestro jefe no contesta las llamadas y pues tememos que nos corran sin liquidación”, dijeron.

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