El senador del Partido Acción Nacional (PAN), Ernesto Ruffo Appel, acusó al ex gobernador, Rafael Moreno Valle Rosas, de endeudar a Puebla por varias generaciones, al comprometer recursos de las próximas administraciones en la construcción de obra pública que tuvo como único propósito posicionarlo como aspirante del instituto político derechista a la presidencia de México.
Lo que está sucediendo en el proceso electoral del estado de México, la pésima experiencia y debacle que está sufriendo Acción Nacional, debe servir como punto de reflexión para militantes de esa fuerza política, pero sobre todo a sus dirigentes, porque es claro que han dejado de representar una alternativa de cambio para la sociedad.
En efecto, a pesar de su conservadurismo, el PAN fue visto por muchos años como una opción partidista viable para que la ciudadanía enfrentara la corrupción e impunidad que han distinguido al Grupo Atlacomulco como facción política.
Es así que si el instituto político de derecha pretende aspirar a recuperar la confianza de la sociedad y ser una verdadera alternativa para los electores en 2018, debe empezar por depurar su padrón y corregir los vicios y prácticas corruptas y antidemocráticas que han perpetrado líderes como Rafael Moreno Valle Rosas, quien en Puebla puso al partido de rodillas y al servicio de sus intereses particulares, pero también uso los recursos públicos para apuntalar sus ambiciones.
Morenovalle y el morenovallismo representan pues, no solo lo peor del PAN sino de la política mexicana.