El riesgo de que la ciudad de Pahuatlán se derrumbe completamente no ha desaparecido. Esta cabecera municipal de la Sierra Norte de Puebla está sufriendo la fractura de su iglesia, de la alcaldía, su zócalo y otros edificios ante el desgajamiento de las laderas donde está asentada.
Los trabajos de corrección de una grieta a un costado de la calle de este hoy llamado “Pueblo Mágico” sólo fueron eso, una corrección, que atendió un problema temporal y no una solución de fondo, señaló el ingeniero Vicente Nolasco Valencia, del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder) de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).
Así lo expuso durante su participación en el foro “La Semana del Agua” en la Facultad de Economía de la UAP, donde relató la participación del Cupreder en los trabajos que impidieron que la mitad del poblado desapareciera en octubre de 2007.
Sin embargo, a seis años de distancia del derrumbe de una clínica y otras construcciones por la excesiva cantidad de agua que hay en el subsuelo de esa ciudad, Pahuatlán continúa padeciendo este problema sin que hasta el momento se apliquen soluciones de fondo, agregó el investigador.
Las obras que el actual ayuntamiento panista, que gobierna Pahuatlán como parte del proceso para que se le otorgara la categoría, complicaron más la situación, ya que los lineamientos federales exigen que haya cableado subterráneo, lo que obligó a abrir calles e introducir tubería en donde no debería haberla.
“Tenemos información actualizada de que producto de la instalación de tubos muy cortos ha ido quitándole al pie (talud), al lado norte, al lado sur donde corren estos canales, se ha ido deteriorando a los extremos”, indicó.
En ese sentido, expuso que es urgente que se haga una revisión a ese talud, pues en la cabecera municipal se mantiene el riesgo, y por lo tanto la categoría turística de pueblo mágico.
“Con repecto al zócalo de Pahuatlán, todos los edificios que vemos ahí, edificios del siglo 17, están en riesgo. Le quitaron un pie al soporte, y al decir eso nos referimos a la cimentación. Estamos hablando que con la presencia de agua, que es lo que sostiene ese material que son arcillas y gravas, hay grietas en los monumentos del primer cuadro”, mencionó Nolasco Valencia.
Agregó que la evidencia cada vez mayor de este problema está comenzando a molestar a la población, que de nueva cuenta, tal como ocurrió en 2007, está comenzado a inquietarse.
El 24 de octubre de 2007 se agrandó la grieta que cruza debajo de una de las calles principales de Pahuatlán, lo que ocasionó que 11 viviendas resultaran dañadas, derrumbándose algunas de ellas, así como una clínica de salud.
La fisura comenzó con 20 metros de largo tras las intensas lluvias de 1999, pero entre ese año y 2007 pasó de 300 a 9 mil metros cuadrados de extensión.
Con la intervención de los especialistas del Cupreder, como el especialista en mecánica de suelos Enrique Santoyo Villa, se colocó un talud y se aplicó un sistema para desfogar el agua subterránea de Pahuatlán.
Javier Puga Martínez