La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló en el estudio “Mejorar la educación en México, una perspectiva estatal desde Puebla” que el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas invierte poco en sus profesores y la infraestructura en instituciones data de hace 30 años.
Las malas condiciones laborales de los maestros poblanos también impiden la profesionalización, pues sólo 28 por ciento de los maestros de secundaria en Puebla trabajan de tiempo completo y muchos tienen un segundo empleo, a menudo no vinculado a la educación, señaló la organización.
Asimismo, subrayó que son los padres de familia los que prácticamente mantienen a las escuelas.
Propuso una relación “más profesional” con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y le recomienda que en una sola institución se concentre la toma de decisiones respecto a la educación en la entidad.
La OCDE reconoce que es un atino de administración de Moreno Valle la creación del Consejo de Educación del estado de Puebla.
Sin embargo, lo que ese organismo internacional no señala es que este consejo sólo ha sesionado dos ocasiones en dos años, e incluye entre sus proyectos el de “Educación por la Experiencia” que fue diseñado y promovido el empresario Armando Prida, quien mantiene una estrecha relación con la actual administración poblana y ha sido favorecido con obras en este gobierno.
Este estudio comenzó a difundirse esta semana, tras la presentación que realizó el organismo que dirige el ex secretario de Hacienda en el sexenio de Ernesto Zedillo, José Ángel Gurría. Fue pagado con recursos del erario estatal y desnuda las deficiencias del sistema educativo poblano, pero también apunta las ventajas y fortalezas del mismo.
La OCDE califica al sistema educativo de Puebla como “grande”, pues asegura que en 2010 tenía una población escolar de 1.8 millones de estudiantes en todos los niveles, lo que representó un crecimiento de 21 por ciento con respecto a la matrícula de hace una década. En ese año, la cantidad de estudiantes poblanos entre los 5 y los 14 años de edad duplicó la que hay en Finlandia, y fue similar a la total de países como Bélgica y Portugal, pero la mitad de los que tenía Chile.
Asimismo, subraya que casi la mitad de las escuelas primarias –44 por ciento– de Puebla son multigrado; se imparten clases en la misma aula y casi de manera simultánea a estudiantes de diferentes grados, y si bien estas escuelas se crearon como una solución temporal para extender la cobertura a zonas rurales y aisladas, se convirtieron en opciones permanentes que ofrecen una calidad limitada y pocas estructuras de apoyo externo y de pares para los maestros, señala el estudio.
“Las escuelas estatales operan en condiciones difíciles y tienen poca autonomía ubicadas dentro de un sistema rígido y jerárquico, en el cual la política educativa a menudo se caracteriza por acciones aisladas, sin planeación ni coordinación”.
En su análisis, el organismo señala que las escuelas y los profesores padecen una sobrecarga cada vez mayor de tareas administrativas.
“Las estrategias de apoyo a estas instituciones tienden a estar fragmentadas, son de calidad irregular y con frecuencia se encuentran mal coordinadas e integradas. Los directores de escuela no se encargan de contratar y despedir a maestros e intervienen poco en la evaluación, formación u otorgamiento de incentivos y recompensas profesionales de éstos. Sus presupuestos son limitados y depende en gran medida de la habilidad de los directores para participar en programas. Las escuelas dependen en gran medida de los donativos de los padres de familia”, se establece en el estudio.
Por otro lado, subraya que el tiempo efectivo de aprendizaje es reducido, pues predomina el horario de mediodía, y sólo 85 escuelas en todo el estado participan en el programa Escuela de Tiempo Completo; pocos estudiantes participan en programas extraescolares y muchos realizan trabajos domésticos o remunerados.
La matrícula docente se redujo 33 por ciento entre 2000 y 2010, pero hay un exceso de oferta con 11 normales públicas y 20 privadas; la calidad de todas estas instituciones varía, pues no hay reglas claras en el nombramiento de docentes que es una responsabilidad del estado. Casi la mitad de los docentes trabaja bajo contratos por hora y por periodo académico, y solo 21 por ciento de los maestros tiene estudios de posgrado.
“Las Normales realizan poca investigación y se relacionan limitadamente con las escuelas u otras instituciones académicas o de investigación… Las Normales recientemente pasaron por procesos de acreditación, que no incluyeron aspectos pedagógicos, y la evaluación de sus programas arrojó resultados variados, pero pobres en general. La participación de las Normales privadas en estos procesos ha sido limitada”.
La OCDE señala abiertamente que los maestros a menudo no reciben apoyo ni reconocimientos suficientes por su labor, pues la formación de maestros y su asignación a las escuelas no se basa por completo en una valoración de necesidades y competencias. Los directores de escuelas brindan poco apoyo a los profesores para mejorar sus prácticas y la relación estudiante–maestro es alta.
“Esto frena en particular a los nuevos docentes, que tampoco se someten a periodos de inducción u prueba. Muchos maestros trabajan en escuelas muy lejanas o pequeñas, y tienen pocas oportunidades para el trabajo en equipo y el aprendizaje de pares… los directores de escuela y directivos educativos no reciben preparación específica antes de asumir el cargo, y sus funciones no se orientan a la mejora educativa. Muchos de ellos llevan cuatro o cinco décadas de servicio y quizás carecen de los conocimientos, la experiencia o la capacidad para contribuir al mejoramiento de las escuelas”, resalta el estudio.