Desde este jueves severo caos genera la construcción del Distribuidor Vial Cholula, justo en la entrada de los municipios de San Andrés y San Pedro, que prolonga el trayecto de hasta una hora y media en automóvil para llegar al centro de la ciudad de Puebla.
Este caos vial se presenta principalmente en los horarios de entrada y salida escolar y para los centros de trabajo, debido a que el tránsito vehicular se ha confinado a un carril en dirección a la capital.
La problemática se agudizó luego de que trabajadores de la construcción comenzaron a levantar el asfalto de la recta a Cholula, desde la rotonda donde anteriormente estaba la fuente a Quetzalcóatl hasta el puente del Periférico Ecológico, por lo que en este trayecto de más de tres kilómetros de distancia existen dos desviaciones a un tramo de terracería que entorpece aún más la movilidad.
A inicio de abril el gobernador Rafael Moreno Valle esgrimió las palabras “modernidad” y “progreso” para defender su nuevo proyecto vial: un puente atirantado que pone en riesgo la zona arqueológica de Cholula, protegida por decreto.
Como ocurrió con su plan de construir un teleférico en la zona donde se libró la Batalla del 5 de Mayo, su actual proyecto ha provocado el repudio generalizado de la ciudadanía, organizaciones sociales y académicos por atentar contra el patrimonio arqueológico y edificado de la ciudad más antigua de América.
Sin embargo, la obra que se ubica a unos pasos de la pirámide de Cholula continúa desarrollándose sin problema alguno.
Los pilotes que sostendrá ese puente colgante están por colarse con cemento este fin de semana, según reportaron los trabajadores de la obra.
En los últimos días la postal común de los “Pueblos Mágicos” cholultecas, en lugar del Santuario de los Remedios y el volcán Popocatépetl de fondo, es una interminable línea de tráfico dibujada por los automóviles y acero retorcido para dar forma a la base del distribuidor.
Camiones, coches y más coches se atascan en una sola dirección, mientras el ruido de los cláxones y las agresiones verbales de algunos automovilistas malhumorados son el sonido recurrente de la zona.
Automovilistas entrevistados por esta reportera refirieron que si antes tardaban una hora para atravesar la recta a Cholula, la colonia La Paz y la Avenida Juárez para llegar al centro de la ciudad de Puebla, ahora el trayecto en automóvil se realiza hasta en 90 minutos.
Explicaron que la “obra de envergadura” solo causará más congestión vial en la zona, ya que desembocará en la avenida 12 Oriente–Poniente, de sólo dos carriles de ancho.
Por su parte, agrupaciones sociales y colectivos, como Cholula en Bici, han manifestado su inconformidad con la construcción de dicho distribuidor, pues aseguran que más que los beneficios prometidos por el gobierno habrá accidentes viales donde estarán involucrados los peatones y ciclistas.
Especialistas del INAH advirtieron en una carta abierta publicada el pasado 9 de abril que el subsuelo de la zona en la cual se construye el citado distribuidor tiene vestigios arqueológicos, como se comprobó en 2009, cuando se dañaron estructuras palaciegas y murales policromados en unas excavaciones en San Pedro.
Esta advertencia se cumplió la semana pasada, cuando empleados del mismo organismo confirmaron el hecho.
Pese a ello, el gobernador comenzó la construcción del puente sin respetar el decreto de 1993, que declara Zona de Monumentos Arqueológicos a San Pedro y San Andrés Cholula, y el cual asienta que por ningún motivo se puede obstruir “la visual” de la pirámide, catalogada con el basamento más grande del mundo y coronada por el Santuario de la Virgen de los Remedios, del siglo XVI.