A poco más de 30 años del descubrimiento del Virus de Inmuno Deficiencia Humana (VIH) se observa cada día un conocimiento más completo de su estructura constitutiva y genética. Virus del que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima 2.7 millones de infecciones nuevas cada año; 90 por ciento de ellas ocurren en países desarrollados; es el culpable de la última pandemia del siglo XX y por continuidad la primera del siglo XXI. Ha sido sometido a estudios genéticos que lo revelan heterogéneo, con más de nueve subtipos diferentes, entre los que destacan el subtipo C, presente en más de 50 por ciento de las infecciones; a la par de que hay circulando unas veinte formas recombinantes, lo que se confirma con los retrovirus aislados de primates salvajes africanos, en quienes no causa enfermedad clínica, a pesar de su enorme semejanza con los VIH que infectan humanos, cuya diferencia fundamental estriba en que los virus de simios tienen en sus genes unas 15 proteínas diferentes. El primer virus VIH 1 es el principal patógeno humano, del que se han aislado tres grupos filogenéticos semejantes a los virus de chimpancés; al primer grupo se le llama “M”, siendo el más común. Al segundo grupo se le llama “O”, aislado en Camerún, siendo de menor importancia clínica. El tercer grupo es “N”, calificado de importancia aun menor. El otro virus es el VIH 2, desde un principio se le calificó como menos virulento en humanos, se distribuye en el occidente africano, se subdivide en ocho serogrupos ampliamente distribuidos en monos salvajes que funcionan como reservorios del virus para del hombre.
Se reconoce que el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (sida) fue descrito en 1981 en San Francisco y Nueva York en homosexuales, sin que originalmente se conociera qué lo causaba; así, los investigadores dedicados a encontrar al motivador del cuadro, tardaron hasta el año 1983 en aislar al virus, primero de un paciente que sufría enfermedad linfática que inducía gran depresión de las defensas; se descubrió en Francia, pero sucedió que los investigadores de EU no reconocían el hallazgo, debido a que les molestó que el descubrimiento no hubiese correspondido a ellos; se motivaron enormes discusiones, hasta que se aceptó llamarlo Virus de Inmunodeficiencia Humana; posteriormente concluyeron que había uno en occidente (VIH 1) y otro en África (VIH 2). Con estudios retrospectivos de muestras de sangre guardadas en la República Democrática del Congo en 1959 se demostró la presencia del virus VIH, después retrasaron aun más la fecha de hallazgo a 1930. Finalmente, se argumentó que chimpancés del África occidental, utilizados en el siglo XVII para consumo humano, eran la causa de su origen. Todos los virus lentos que infectan a primates tienen como célula de atracción al parasitar a macrófagos o linfocitos T CD 4 (LT CD 4), que son iniciadores del proceso de defensa o inmunidad del cuerpo humano contra infecciones diversas, que finalmente matan a los enfermos con VIH/sida, patógenos denominados oportunistas, porque se presentan y reproducen dentro del cuerpo ante la oportunidad que este les ofrece para reproducirse y causar cuadros clínicos graves, que difícilmente ocurrirán en sujetos con aparato inmune normal, lo que ocurre cuando los linfocitos (glóbulos blancos) T CD 4 se encuentran debajo del nivel normal en la sangre, que es apenas de unos mil por milímetro cúbico; se considera que la inmunidad está deprimida cuando esos linfocitos T CD 4 bajan a menos de 200 por mililitro de sangre; así, los patógenos oportunistas comunes tienen acceso y se expresan en pacientes con VIH/ sida, patógenos que son múltiples, sobresaliendo virus como: Citomegalo, Herpes simplex, Varicela–Zoster, Adeno, Polioma JC, Hepatitis B y C. Otro grupo son protozoos como Toxoplasma gondii, Isospora belli, Cryptosporidium parvum. Otro grupo constituyen los hongos como Candida albicans, Cryptococcus neoformans, Coccidiodes inmitis, Histoplasma capsulatum, Pneumocystis carinii. Otro más causa las infecciones bacterianas como: especies de Mycobacterium, Listeria monocytogenes, Nocardia asteroides, especies de Salmonella y Streptococcus. Fnalmente se advierte que a los agentes infecciosos se suman cánceres como el Linfoma de Burkitt o Sarcoma de Kaposi. Todo un listado de oportunismo que crispa los nervios al reconocer lo difícil que es curar o controlarlos. Controlar al VIH/sida es el reto a la ciencia, lo que se vislumbra con el uso múltiple de fármacos que intentan bloquear la actividad viral, todos caros, no al alcance de las mayorías y sin vacuna existente. El reto no dilucidado de la ciencia médica.