El personal militar que sea objeto de una agresión, actuará en legítima defensa, conforme a los principios del uso de la fuerza y su gradualidad, sentenció la secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), luego de que el 8 de septiembre castrenses fueron agredidos por pobladores de Apango, junta auxiliar de Acajete.
En un comunicado, la dependencia federal expuso que esta indicación tiene como objetivo proteger la vida e integridad física de los miembros de las Fuerzas Armadas, con estricto apego al orden jurídico vigente y a los Derechos Humanos.
Asimismo, detalló que el marco del “Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024”, personal militar perteneciente al segundo Regimiento Blindado de Reconocimiento, jurisdiccionado a la XXV zona militar, en el poblado de Apango, municipio de Acajete, localizó una bodega con indicios de que en su interior se resguardaban vehículos robados y mercancía diversa, procediendo a resguardar el lugar a la vez que solicitaron la presencia de las autoridades competentes para la obtención de la orden de cateo correspondiente.
“Con motivo de estas acciones, esta fecha un grupo de aproximadamente 150 pobladores agredieron verbal y físicamente con palos y piedras a los militares, escuchándose detonaciones de armas de fuego, sin poder determinar su origen; en respuesta el comandante de las tropas invitó a los agresores para que desistieran de su actitud, manteniendo en todo momento el control de los elementos castrenses”.
En el comunicado se especifica que debido a que la turba continuaba con la actitud hostil, el personal militar efectuó disparos al aire como una medida disuasiva, para proteger la vida e integridad física del personal, logrando dispersar a los agresores.
Durante los hechos no se registraron personas lesionadas de ninguna de las partes, y el personal militar continúa en el lugar en espera de la autoridad ministerial para que realicen las diligencias de ley.
El lunes en redes sociales fue difundido un vídeo grabado por una persona que acudió a confrontar a los castrenses.
En el mismo son visibles tres vehículos del Ejército Mexicano y aproximadamente 10 castrenses que son confrontados por una turba que intentaba pasar el cerco que los militares instalaron.
En las imágenes se aprecian forcejeos entre civiles y soldados, así como a uno de estos últimos intentar defender a sus compañeros golpeando con un palo a un poblador; sin embargo, rápidamente se lo quitaron.
A los 58 segundos de la grabación se oyen cuando menos 12 detonaciones de arma de fuego y se observa a la gente correr. En la huida, algunos alcanzar a tomar piedras para lanzarlas a los miembros del Ejército Mexicano.