La falta de planeación en la construcción del segundo piso de la autopista México–Puebla, a cargo de Obrascón Huarte Lain (OHL) y Pinfra, obligó a la Secretaría de Infraestructura y Transporte del estado (SIT) a corregir el error y demoler las guarniciones que evitan el libre tránsito debajo de la estructura vial, a escaso un mes de su inauguración.
El segundo piso de la México–Puebla fue inaugurado por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto y el gobernador Rafael Moreno Valle el pasado 18 de octubre. La inversión fue de 10 mil 500 millones de pesos, y es considerada la autopista más cara del país por el pago de 55 pesos por peaje.
Al respecto, el regidor del ayuntamiento de Cuautlancingo, Rafael Ramírez Hernández, reclamó que el gobierno malgaste los recursos públicos de esta forma, con obras mal hechas y productos de un capricho personal, con el fin de impulsar la candidatura presidencial del mandatario poblano.
Ramírez Hernández rechazó que el gobierno estatal haya reducido a un carril y medio el tránsito de la antigua autopista México–Puebla, que será convertido en carretera estatal.
En lugar de dar solución al problema de la movilidad, sostuvo que agravará la circulación vehicular en la zona.
Concluyó que la demolición de las guarniciones hechas por OHL y Pinfra sólo justifica que la obra fue un negocio para un grupo de poder, entre la autoridad y las empresas constructoras, en perjuicio de miles de poblanos.
Sobre el tema, el secretario de Infraestructura y Transportes, Diego Corona Cremean, reconoció que hubo un error en la construcción de guarniciones debajo del segundo piso, por lo que tendrán que corregirlo con su demolición.
Estamos haciendo unas barreras, unos colados para construir este camellón. Las mediciones que se hicieron estaban un poco más anchas, entonces les dijimos que lo demolieran para dejar dos carriles de circulación, confirmó.
En entrevista, el funcionario estatal admitió que las guarniciones se construyeron muy gruesas, lo que ocasionó que la vialidad se redujera a un carril.
Corona Cremean informó que la finalidad es que sean dos carriles de 7.80 metros de acuerdo a la norma autorizada para una vialidad en la que los automovilistas tendrán que circular a 70 kilómetros por hora.
Negó que se vayan a destinar recursos adicionales a la obra, pues los 130 millones de pesos que se ejecutarán para su construcción ya cubren el monto.
Recordó que los trabajos que se llevan a cabo son los del bulevar urbano y la ciclopista que irá en el camellón central de la carretera.
A inicio de noviembre, automovilistas denunciaron que el gobierno del estado inició una estrategia para que los automovilistas usen el segundo piso de la México–Puebla.
Para lograrlo, redujeron a un carril la planta baja y restringir la circulación de los vehículos pesados a partir de diciembre.