Según la organización Freedom House, México registra el peor nivel de libertad de prensa en los últimos 10 años. Ocupa el lugar 139 de 199 países.
El dato es significativo cuando hay una polémica grande entre informadores y han ocurrido acontecimientos terribles: la supresión del espacio de Carmen Aristegui. Amén que continúan las agresiones a compañeros y no hay avances en las investigaciones acerca de los más de ciento tres asesinatos a colegas, ocurridos desde hace 15 años.
Hace poco, el periodista Jorge Ramos- uno de los 100 personajes más influyentes, según la revista Time-, dijo que el asunto de la Casa Blanca- que investigó Aristegui y su equipo-, en un país democrático hubiera llevado a la renuncia del presidente en turno. No hubo respuesta oficial, pero supuestos analistas censuraron al mexicano que vive en Estados Unidos. Por fortuna, muchos más defendieron su libertad a expresarse. Libertad de información.
Luego se esparcieron rumores acerca de la quiebra técnica y económica de La Jornada. Lo mismo el gerente del impreso, Luis Linares, que un editorial del rotativo (30 de abril) pusieron en su lugar a quienes desean que las voces críticas se apaguen. En algunos casos se trató de los mismos que atacaron a Ramos.
El caso de Aristegui, que aparentemente tendría un desenlace rápido, se postergó para el 12 de mayo, y seguramente el litigio va para largo. Sin embargo el juez que trata de proteger la libertad de información y a la audiencia, Fernando Silva, ha recibido varias embestidas.
Hay infinidad de agresiones a tecleadores en Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Michoacán y más. Ante ello la autoridad no hace nada.
El panorama de los medios y periodistas es terrible. Pero únicamente la solidaridad entre los informadores y el apoyo de los ciudadanos hará que en México el silencio sea derrotado.
@jamelendez44