El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.
Pablo Neruda
Mayo es un mes hermoso. A medio camino entre la primavera y el verano, se le considera el mes de las flores y los frutos. En el hemisferio norte, por supuesto. Sabrá dios lo que pasa en el sur, porque allá queda entre el otoño y el invierno.
Pero acá son días luminosos y soleados, regados por las primeras lluvias. Esta noche debiera usted salir a disfrutar de su famosa luna llena. Famosa no solo por su hermosura, sino por comenzar en el día de Vesak (13 de mayo), fecha del nacimiento de Buda, ocurrido en el 623 a.C., quien luego fundaría una de las religiones más antiguas y humanistas del mundo, para regocijo de los millones de budistas del orbe.
Debo aclarar que aunque mi vida está muy ligada al mes de mayo, ya que mi santo es el día 3 y mi diablo el 12, siempre he considerado que cualquier mes del año es bueno para nacer y, por cierto, también para morir.
Bendiciones climatológicas, astronómicas y zodiacales aparte, mayo es reconocido también por sus efemérides de alto significado para México y el mundo. Empezando por el primer día del mes, consagrado como Día Internacional de los Trabajadores. Aunque habrá que reconocer, con pena y nostalgia, que esa conmemoración está en vías de extinción, principalmente porque el movimiento sindical, instrumento primordial para la lucha y defensa de los trabajadores, se ha hundido en un mar de ineficiencia, corrupción y autocomplacencia, para beneplácito de los patrones.
Le sigue el 5 de mayo, fecha en que “las armas nacionales se cubrieron de gloria” al derrotar al invasor ejército francés en la célebre “Batalla de Puebla” en 1862. Sostengo la hipótesis de que se han magnificado las celebraciones de esta fecha, con la perversa y premeditada intención de borrar de la memoria nacional las invasiones norteamericanas y el robo de más de la mitad de nuestro territorio por parte de nuestros “buenos vecinos”.
Si cree que exagero, lo conmino a que vaya al todopoderoso Google o al buscador de su preferencia e intente encontrar la información correspondiente a tales hechos históricos. Se va a sorprender, se lo aseguro. Necesitará tiempo, paciencia y cierta experiencia para ir encontrando pistas. Insólito tratándose de acontecimientos tan relevantes en nuestra historia nacional ¿a que sí?
Seguimos: el 9 de mayo se recuerda la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania Nazi. El hecho marcó la división de Europa, el surgimiento del bloque socialista en la disputa por la hegemonía mundial y la época de la llamada “Guerra Fría”. 20 millones de soviéticos muertos en la que ellos llaman “Gran Guerra Patria”, son muchos muertos. Es por ello que, a contrapelo de los nuevos regímenes capitalistas, los pueblos de la antigua Unión Soviética, continúan conmemorando la fecha de aquel magno acontecimiento.
Luego viene el festivo día de las madres que, con toda su carga comercial, no deja de ser una fecha de alto contenido social, que convoca a las familias en torno a un personaje central en la vida de las personas, para bien y para mal. En México, además, tiene un ingrediente adicional que se corresponde con su cultura machista, pero ese es otro tema. Tan complejo que prefiero, por ahora, no meterme en camisa de 11 varas, como decía mi madre.
El 15 de mayo tiene un alto significado personal. El magisterio, al que dediqué buena parte de mi actividad laboral, simplemente marcó mi vida. Mi madre, dos hermanos, dos hermanas y muchos parientes y amigos son o fueron maestros.
Desde mis años de normalista (en los gloriosos 60) comprendí a plenitud la importancia y el compromiso que implica la profesión magisterial. Sobre todo porque en esos años me inicié en la política. Como dirigente estudiantil participé en la Central Nacional de Estudiantes Democráticos, cuyo lema era “Luchar mientras se estudia”. Al mismo tiempo ingresé a la Juventud Comunista de México, cuando ser de izquierda era ser revolucionario y, en consecuencia, peligroso. Hoy ser de “izquierda” es un lucrativo negocio. Ahi se ven.
Esa formación me permitió ser, hasta donde mi modestia me permite, un maestro comprometido con mis alumnos, con sus padres y con la comunidad. Si fui bueno o malo solo lo pueden decir quienes me conocieron y padecieron como profesor. Lo que sí puedo afirmar es que siempre me esforcé por no defraudarlos.
Por eso me avergüenza y agrede la situación de crisis en que han hundido a la educación en México. Autoridades y sindicatos se confabulan en un toma y daca de favores y prebendas que nada tienen que ver con la educación, sus necesidades y su calidad. Los alumnos, que debieran ser los protagonistas de la película, son rehenes y víctimas de un sistema que ni los ve ni los oye.
Los maestros que se precien de serlo, deberán sacudirse las cadenas de los caciques sindicales del SNTE y la CNTE para reivindicar la labor magisterial y reivindicarse a sí mismos. Esa es la premisa básica para comenzar a salir del atolladero educativo. Que los maestros asuman su responsabilidad a plenitud. Un maestro, como un padre o cualquier autoridad, tiene que ser antes que nada un ejemplo de integridad y congruencia.
Así de fácil y de difícil. En tanto, nada que celebrar en este que debiera ser un maravilloso día de mayo.
Cheiser: BBC Mundo abrió un nuevo blog: “Voces desde Cuba”. Según los editores “La idea es reflejar la vida cotidiana de Cuba y los cubanos, el sentir de la gente, desde un prisma individual y en un espacio plural, donde se respetan las diferencias de criterio”. Entre los primeros participantes se cuenta el Premio Nacional de Literatura de Cuba, Leonardo Padura (muy recomendable para quienes aún no lo conocen). Suena interesante, a ver qué pasa.