Un libro que es importante y necesario por la temática que aborda que son la forma de hacer la producción, la gestión y la difusión de una obra teatral. Que debe ser visto no como un gasto sino como una inversión y que se propone como un título indispensable en la biblioteca de todo creador escénico.
Así, describió Marisa de León al volumen Espectáculos escénicos. Producción y difusión, que constituye una valiosa herramienta de la disciplina, ya que en sus páginas presenta un modelo de trabajo sistematizado para el ejercicio cotidiano del productor ejecutivo y/o promotor cultural en el campo de las artes escénicas.
Presentado en Puebla en el marco de la programación de Teatro Cuerpo Laberinto, un proyecto que armaron varias compañías de la ciudad de Puebla en torno al Día Mundial del Teatro que se conmemora este 27 de marzo, la autora señaló que el material se gestó para responder al trabajo arduo que existe en torno a la profesionalización de las artes, particularmente el teatro.
Acompañada de Silvia Peláez, colaboradora de esta segunda edición, la productora de más de 200 puestas en escena mencionó que el libro Espectáculos escénicos. Producción y difusión, también permite tejer un puente entre la sociedad, el arte y la cultura sobre “algo que no importa porque no se ve”: la producción, gestión y realización escénica.
Marisa de León agregó que en este material que vio su luz en 2004, en una primera edición que tuvo cinco reimpresiones y ediciones en varios países de latinoamericanos como Argentina y Colombia, hace hincapié que “son los pequeños detalles los que hacen las grandes obras”.
El libro, que también definió como un “acto de generosidad” por la colaboración que tuvo de sus colegas, reúne una labor de más de tres décadas de trabajo sobre la necesidad en común que existe por saber cómo se produce, se gestiona y se difunde una obra teatral.
Sobre todo, apuntó que el material se coloca entre la bibliografía existente como un libro de la realidad mexicana, frente a otro tipo de ediciones que respondían a otras geografías y contextos. “Aquí en México hay más variables, más que buscar, más que compartir, más dudas, experiencias y tropiezos”, dijo en compañía, además de Peláez, de José Carlos Alonso, director de Tetiem A.C., y Rafael Navarro, subdirector del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla.
De manera personal, expuso que el libro le exigió hacer un ejercicio de recapitulación y revisión de sus experiencias y de diversas reflexiones sobre la necesidad de una sistematización del trabajo teatral.
Se trató, acotó De León, de aplicar sus conocimientos a la profesión teatral, un terreno que estaba ávido de ser abordado desde esta manera. “Es un intento de aportar un método de trabajo para quienes están a un lado o abajo del escenario, porque en un momento de ‘eventitis’ (sic) sabemos que la obra sale, pero que es necesario cuidar los detalles”.
Ahondó que ese esfuerzo se debe a que es claro que el teatro necesita de calidad en el trabajo de la producción, la gestión y la difusión. En ese sentido, dijo que el libro aporta en temas como el ahorro de tiempo y de recursos, además de que no es un método o una fórmula lista para ser aplicada, sino que es accesible a las características particulares de cada proyecto.
Marisa de León explicó además que la segunda edición del volumen Espectáculos escénicos. Producción y difusión incluye dos nuevos capítulos. El primero de ellos concernientes al aspecto legal que tiene que ser tomado en cuenta en cada montaje, con temas como los trámites, las regalías o los pagos. Señaló que si bien el tema ya había sido abordado en la primera edición, en esta nueva aparece de manera conjunta, en un solo capítulo, que permiten una mejor lectura y comprensión.
Continuó que el otro tema atañe a la producción de festivales escénicos del cual tiene el registro que en el país, de manera anual, se realizan más de 450 festivales, es decir, más de uno por día, lo que convierte a México “en el país de la festivalitis (sic)”.
En suma, la también encargada de un taller de gestión cultural en Puebla mencionó que al libro lo integran 17 capítulos, nueve de ellos dedicados a la producción y los restantes a la difusión de los espectáculos escénicos.
“Hay mucho trabajo por hacer. La profesionalización, la formación de cuadros, el tejer puentes sobre algo que no importa porque no se ve, porque los pequeños detalles son los que hacen las grande sobras”, concluyó Marisa de León.