En su 43º aniversario luctuoso, ¿por qué es importante recordar al profesor Genaro Vázquez Rojas en una situación como la nuestra y particularmente por el impulso de concejos populares municipales en Guerrero como formas de autogobierno?
Hablar de él, su vida, sus experiencias y lo que ha aportado para la lucha por los más desvalidos del país equivaldría a llenar centenares de hojas, espacio que no tenemos. Por ello, solamente me detendré a expresar algunas ideas sobre los sucesos ocurrieron entre 1960 y 1962. Cuando se realizaron tomas populares de ayuntamientos y la creación de concejos que después de meses de operar “a la libre” intentaron legalizarlos a través del proceso electoral de 1962, cuando por la fuerza y la imposición, usando policía y soldados, fueron derrotados los pueblos y los entonces llamados “civicos guerrerenses”, desalojadas las alcaldías con brotes de violencia popular de resistencia.
1.- Es de trascendencia fundamental porque con su conducta nos enseñó que es posible, a pesar de que cada grupo e individuo tenga puntos de vista diferentes, unirnos en un gran frente de masas a fin de que todos luchemos por un objetivo común. No importó que sectores gubernamentales, estudiantiles, magisteriales, comerciantes, de filiación priista, comunistas, demócratas, es decir, opositores en otro momento, sin renunciar a sus ideales y principios -en un principio oponentes a la lucha de la Asociación Cívica Guerrerense- apoyaran las estructuras de poder local en el estado de Guerrero. Su gran mérito fue contribuir a la unidad de todo el pueblo contra el mal gobierno, contra una administración nepotista, represiva, arbitraria del General Caballero Aburto. Unir a todos en una meta común demostró el enorme potencial del pueblo guerrerense. Construyó poder popular.
2.- Al mismo tiempo, extendió la lucha democrática en el terreno político. Dentro de la lucha anti caballerista, las comunidades, dirigidas por los cívicos, tomaron los municipios. Empezaron a aprehender a administrar los recursos materiales, financieros y humanos, aunque no tuvieron el tiempo necesario. En muchos casos no pudieron intentar mejorar o emprender la administración, pues la represión policiaca y militar en municipios como Iguala y Atoyac frenó ese proceso.
3.- Una vez conseguida la meta central (desaparición de poderes) el movimiento comenzó a desmoronarse. Las contradicciones entre individuos, grupos y organizaciones se mostraron en toda su potencialidad. El resultado fue la división de las fuerzas y la necesidad de crear una organización independiente, democrática permanente, enraizada en las comunidades, en los barrios, escuelas y centros de trabajo, que pudiera con el tiempo ampliarse a nivel nacional. Cercana al sentir del pueblo, que fuera hasta donde conscientemente quisiera llegar, es decir, a la patria socialista.
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