“Los que mandan,
mandan obedeciendo”
Evo Morales
Esta política de llevar dinero a esas regiones no es nada nuevo. Esto se pretendió hacer y se llevó a cabo debido a la crisis que se presentó hace, aproximadamente, diez años en Europa con la migración proveniente de los países africanos. Se dieron apoyos económicos para que los africanos no llegaran a tierras europeas. Al respecto de esa campaña impulsada por la Unión Europea, el sociólogo Zygmunt Bauman sostuvo que: «El dinero asignado para ser transferido a los países africanos donde está el origen de la “crisis migratoria” irá destinado principalmente a la instalación, en ellos, de campos que acojan (y vigilen férreamente) a quienes tengan intención de emigrar a Europa, entre quienes se efectuará una preselección para excluir de entrada a aquellos a quienes no se reconozca posibilidad alguna de asilo en la Unión Europea» (Extraños llamando a la puerta, Barcelona: Paidós, 2016). Pues bien, es evidente que esa medida, además de contravenir cualquier respeto a los derechos humanos de la población africana, no funcionó. Las noticias desde Europa, en particular, Italia, y las últimas manifestaciones, marchas y plantones en Paris demuestran lo contrario. El problema de la migración africana a Europa subsiste, ahora, con mayor número de pérdidas humanas, cuando los migrantes pretenden atravesar el mar Mediterráneo.En las noticias de los últimos días se ha sostenido que los ahorros que el gobierno federal ha obtenido al reducir plazas de servidores públicos y gastos en general permitirán un apoyo económico a los países centroamericanos (en un principio fue El Salvador y, ahora, Honduras); esto con la finalidad de evitar que sean oleadas de nacionales de aquellos países los que pretendan migrar hacia el norte y, con ello, tener elaborada parte de la tarea que el gobierno de Estados Unidos de América encomendó a nuestro país.
En las noticias del sábado 27 de julio de 2019 se están repitiendo esas mismas medidas europeas. Resulta que se destinará dinero en pagar mensualmente a los migrantes para que en el sur de nuestro país siembren árboles; lo mismo que en las tierras de los países centroamericanos de El Salvador y Honduras. Pero la pregunta que resalta es: ¿y después qué?
En realidad el problema de la migración es un problema global, actual y permanente, es decir, no se le puede responsabilizar solamente a nuestro país y a nuestro gobierno para que haga esas funciones policiales y de asistencia. Además, las sugerencias y medidas que se están implementando, claramente, ya están probadas y han sido reprobadas, es decir, fracasaron en Europa con la migración africana. Entonces, inminente, ellas solo serán un bálsamo para el problema tan grave en que nos encontramos. Es evidente que los países más poderosos del mundo, como en el caso es Estados Unidos de América, no tienen el mínimo interés en resolver el problema; al contrario, procuran hacer uso del mismo como una oportunidad electoral. Con todo, en tanto no se halle un enemigo mucho más fuerte que los migrantes y que, efectivamente, imponga terror a la población, esas medidas que nos han obligado imponer, a costa de los ahorros del presupuesto, del desempleo provocado por las salidas de servidores públicos, de la disminución de los salarios (que ocasiona más corrupción), del recorte en gastos que aumentan la ausencia de circulante en el mercado, sólo serán políticas públicas que, al final, impondrán “lo mismo pero más ahorrado”.