Ahora sí se desataron las furias de la derecha y de una parte de la izquierda, la razón de tanta rabia es, para la primera, la suspensión de la construcción del aeropuerto en Texcoco y que AMLO está decidido a suspender las alianzas de Pemex con el capital privado. A quienes se siente afectados porque el aeropuerto se construirá en Santa Lucía y se rescatará el petróleo, no les importa la soberanía nacional, el mercado no la admite, y no pueden tolerar que se afecten sus “oportunidades de inversión”; la segunda, la izquierda, acusa que se capituló ante Trump a cambio de que Estados Unidos no aplique los aranceles con que nos amenazaba, incluso dicen que el gobierno y AMLO se “espantaron con el petate del muerto”; otros exigen que México denuncie en la ONU, en la Organización Mundial de Comercio y hasta en el G–20, la ilegalidad con la que actúa Trump, olvidando que es ilegal su intervención en Irak, Afganistán o Siria y ahí sigue demostrando que el imperialismo no es un tigre de papel.
No debe extrañar que un país quiera poner orden en sus fronteras, incluso por razones humanitarias como evitar la violencia y el tráfico del que son víctimas los migrantes. Nuestro país debe estar atento a la masiva migración proveniente de Centroamérica, que es difícil suponer sea espontánea, alguien o algunos la organizan y como en el capitalismo nada se hace sin dejar ganancia, alguien o algunos ganan muchos dólares traficando con los migrantes, extorsionándolos y engañándolos. Nadie quiere tráileres transportando, en condiciones infrahumanas, a cientos de migrantes; eso hay que evitarlo respetando los derechos humanos. Conviene que advertir que, ningún país, en ninguna parte del mundo, desea perder el control sobre sus fronteras. Porfirio Muñoz Ledo dice que él sí quiere hacer un viajecito a Estados Unidos; si lo hace, ya verá que, aun siendo presidente de la Cámara de Diputados, para entrar a ese país deberá tener pasaporte vigente, además de visa y someterse a todas las vejaciones que impone el gobierno estadounidense, como dejar impresa su huella digital y no habrá discurso sobre la libertad de tránsito que valga para eludir esos requisitos. En México a nadie se debe tratar así, en eso es preciso insistir. Pero hay algo inadmisible en el acuerdo suplementario firmado también el 7 de junio y que, en su desesperación, los críticos de AMLO no han reparado: el acuerdo inicial advierte que, de no disminuir el flujo de migrantes hacia Estados Unidos en los primeros 45 días, México –se establece en el acuerdo suplementario– se verá obligado a realizar las reformas legales consecuentes en los siguientes 45 días, “so pena de la aplicación de aranceles punitivos”, aún más si se cumplen todas estas condiciones, el acuerdo suplementario sigue vigente. Será tarea de los legisladores, al discutir el acuerdo, evitar esta espada de Damocles y prepararnos para enfrentar la ofensiva imperial mediante la unidad nacional, que a tantos disgusta.
- “El PND un listado de buenas intenciones: IP” y los comentarios de la IP: un catálogo de perversos propósitos.