El gobernador Rafael Moreno Valle inauguró en la noche de este lunes la rueda de la fortuna –que se le dio el nombre de Estrella de Puebla– que se instaló en la zona Angelópolis y el Parque Lineal, para lo cual la administración estatal invirtió más de 400 millones de pesos.
Sin duda hasta ahora esta es la obra más polémica del mandatario estatal, no solamente por las dificultades que hubo para encontrarle una ubicación para la rueda de la fortuna, sino por que este asunto exhibe que las prioridades del Poder Ejecutivo son los proyectos que lucen, que llaman la atención y pueden tener un buen manejo mediático, y que en cambio la atención a rezagos sociales no está dentro del interés primario del gobierno estatal.
Para un importante sector de la sociedad y sobre todo entre la cúpula gubernamental la rueda de la fortuna representan los proyectos que detonan el desarrollo económico y social del estado. Sin poner en tela de duda los beneficios monetarios que esa atracción turística pueda aportar, no se puede dejar de cuestionar que se desperdicien los fondos públicos en obras que de ninguna manera van a cambiar la condición de pobreza y abandono de docenas de colonias de la capital, así como de comunidades rurales e indígenas de todo el territorio poblano.
La parte más negativa es que se utilizan fondos públicos para proyectos que acaban siendo controlados por particulares, lo cual representa que el gasto del erario es orientado únicamente para beneficiar a un reducido grupo de empresarios.